El Club Unión El Golf toma medidas para sobrevivir a la pandemia

En agosto, la administración de El Golf 50 extendió por 21 años el contrato de leasing sobre el inmueble de Apoquindo y así redujo su carga mensual en $12 millones. La pandemia así lo exigía. El recinto estuvo cerrado casi todo 2020; perdió un 17% de sus socios y sumó pérdidas y deudas. Ahora busca reactivarse tras el Covid-19.


Estuvieron cerrados desde marzo de 2020 hasta bien entrado este año; perdieron del orden de 150 socios, un 17% de su base, y tuvieron un resultado negativo de $ 1.208 millones el año pasado, pérdidas que fueron un 82% más que en 2019. El ejercicio recién pasado tiñó todos los números de uno de los principales clubes del sector empresarial: Unión El Golf. Vieron en jaque su viabilidad, pero sobrevivieron. “Yo nunca pensé en cerrar”, asegura el presidente del establecimiento de El Golf 50, Herman Chadwick.

Hoy, ya completamente operativo, El Golf 50 busca recuperar su solidez financiera. Sus ingresos siguen abajo. A junio, las ventas sumaban $ 254 millones, menos que los $ 362 millones de hace un año y su caja alcanzaba los $ 140 millones, un 43,4% menos que al cierre de 2020; sus pérdidas, eso sí, totalizaban $ 528 millones, una cifra más positiva que los $ 562 millones de doce meses atrás.

Y si bien respiraron un poco gracias a los $400 millones que consiguieron vía dos créditos Fogape -con BCI y Consorcio-, a pagar en 42 cuotas, fue la renegociación del contrato de leasing por el inmueble de Apoquindo lo que alivianó aún más su carga financiera. Hoy, el grupo tiene 21 años más de plazo para pagar las cuotas de ese leasing a Consorcio.

En 2004 fue la primera vez que Unión El Golf firmó un contrato de arrendamiento con opción de compra con la entidad financiera. Inicialmente se extendería hasta 2012. Sin embargo, en 2005 cambiaron las condiciones: sumaron a la posibilidad de compra de 163 estacionamientos del edificio que ocupan y ampliaron su vigencia hasta noviembre de 2030. En 2020 pagaron sólo en intereses $ 171 millones.

Hace un mes dieron un paso más: extendieron el acuerdo hasta el 30 de abril de 2051. “Teníamos que pagar todos los meses $ 28 millones de cuota, negociamos para poder pagar $16 millones y así estar tranquilos; para ello, renegociamos el plazo”, explica Chadwick.

Y no sólo eso: consiguieron ocho meses de gracia; desde mayo pasado hasta diciembre próximo. “Consorcio se portó un siete, tuvo mucha confianza en el club”, evalúa el presidente de la entidad. Añade: “Fuimos muy abiertos con ellos: les dijimos ‘acá no hay ningún fin de lucro, es un club de socios amigos y esta es nuestra realidad, ustedes verán; si no podemos subsistir tendremos que cerrar la puerta’”.

Antes de la pandemia, Unión El Golf tenía cerca de 900 socios. El pago de esas cuotas significó en 2019 unos $ 1.116 millones; en 2020 todo se redujo: pasaron a 759 socios y su aporte cayó a $ 952 millones. Aún más, los eventos que aportaban $ 1.390 millones hace dos años bajaron a $ 172 millones doce meses después; al igual que los ingresos que derivaban del restaurante, que cayeron a la mitad.

En la dirigencia, sin embargo, están optimistas. Chadwick precisa que varios de los socios que se fueron, ya están viendo la posibilidad de volver. Sumaron, además, 14 nuevos. “Esperamos volver a los 800 socios de aquí al próximo año, es nuestro número de equilibrio”, explica.

Tienen claro que los grandes eventos de antaño tardarán en retornar... si es que regresan. Dado ello, han decidido reorientar la estrategia hacia encuentros más acotados. “No buscamos eventos grandes, si no que eventos menores. Tener acuerdos, por ejemplo, para almuerzos con algunos estudios de abogado, empresas”, explica Chadwick. El restaurante ya está operando de manera prácticamente normal. Y para apuntalar todo: el delivery.

La forma de sobrevivir durante todos los meses que estuvieron cerrados fue incorporar un nuevo negocio: desayunos y almuerzos directamente en las compañías. “Empezamos con el delivery hace un año, es una nueva forma de vender que encontramos y nos ha ido bien; va muy de la mano con la pandemia. Era la forma que teníamos para subsistir”, cuenta.

Los costos también se han reducido. Si bien, inicialmente suspendieron a gran parte del personal, hoy quedan sólo algunos pocos. A junio, los gastos de administración se habían reducido un 13,68%, por menores remuneraciones y bonos, además de costos fijos operacionales y arriendos de equipos.

Ahora, apuntan a seguir adelante, e incluso evalúan comprar el inmueble de Apoquindo apenas logren recuperar sus ingresos. “Algún día queremos comprarlo, por supuesto que sí. Hemos pagado millones de millones en intereses y cuotas y por supuesto que tenemos ganas de poder tenerlo, pero más adelante... cuando tengamos ingresos suficientes”, asegura Chadwick.

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