El otro salto de SQM: ya representa casi un tercio de las transacciones del Ipsa

El ETF IT NOW IPSA anotó flujos por US$32 millones la semana pasada.

En febrero un 31,05% de las transacciones de la Bolsa de Santiago correspondió a negocios con la serie B de la minera no metálica. El año pasado fue 27%. En todo 2019, el peso de la compañía era de 6,87%. Ese año la más transada fue Enel Americas. Y antes ese sitial lo tenía Falabella.


El impulso que las mayores economías del mundo le están dando a la electromovilidad ha empujado a la acción de SQM a ser protagonista del mercado en los últimos años. La minera no metálica es uno de los grandes productores de litio a nivel global, hecho que la tiene en el radar de los inversionistas y al Ipsa -el índice que agrupa a las 29 títulos más transados de la plaza local- moviéndose a su ritmo.

Este jueves la compañía reportó que en 2022 sus ganancias llegaron a US$3.906 millones, un 567,2% más que los US$ 585 millones de 2021. Su extraordinario año fue empujado por el litio, que aportó el 76% de los ingresos totales y el 79% del margen bruto. SQM vendió US$ 8.152 millones en litio, un alza de 770% en relación a 2021.

Y es justamente dicho factor el que genera el interés por SQM. Según datos de la Bolsa de Santiago, en febrero de este año se negociaron valores en el mercado de acciones por $1.802.496 millones (unos US$ 2.169 millones, según el dólar del cierre de mes), de los cuales un 31,05% correspondió a transacciones con la serie B de la minera no metálica.

El peso de los títulos de la empresa sobre el comportamiento del Ipsa lleva años al alza. En los últimos cinco ejercicios la acción se ha mantenido entre las 5 más transadas, pero su importancia ha ido creciendo: en 2019 su volumen implicó un 6,87% del total transado en la Bolsa de Santiago, pero para el 2022 el dato llegó al 27,04%. En 2021 fue el 11% y lideró. No ocurría así antes: en 2019 y 2020 la acción más transada fue la de Enel Americas, mientras que en 2017, 2016 y 2015 fue el retailer Falabella. En 2014 encabezó ese ranking el Banco de Chile y SQM estaba en el puesto 11, muy alejada de los primeros lugares.

Pero el nivel actual de transacciones no necesariamente tiene una correspondencia con su ponderación dentro del selectivo accionario: para medir la variación del IPSA, las alzas o bajas de la minera no metálica pueden ponderar menos del total negociado. Actualmente, la acción de SQM representa un 13% del índice, cercano al máximo de 15% que una acción puede tener en el Ipsa, según la metodología S&P.

Esa ponderación en el índice no es constante, pero ha venido subiendo de forma sistemática con los años. José Ignacio Villaroel, socio de Abaqus, cuenta que “previo al estallido social, en un contexto donde la bolsa local tenía mayores índices de liquidez en general y existía un menor ruido político, SQM pesaba bajo el 6% del índice (y en diciembre de 2020 llegó al 1,7%)”, mientras que las otras acciones típicamente importantes estaban en sectores regulados o pertenecían a sectores que tuvieron muy buen desempeño por décadas como bancos y retail, pero posterior a octubre de 2019, “la realidad cambió para esas compañías tradicionales y perdieron liquidez”.

¿Pero cómo se explica la demanda por esta acción? Según Andrés Cáceres, estratega senior de Bci Corredor de Bolsa, la acción tiene distintas características que hacen que tenga seguimiento por parte de muchos bancos y corredoras del mercado local e internacional, más allá del peso que tiene en el índice: por una parte, explica, la acción es de las más transadas del mercado local con promedio diarios de $ 28.000 millones en los últimos seis meses, y el ADR en EEUU aumenta su visibilidad internacional.

Desde Banchile Inversiones explican que SQM-B es una acción especial y diferente de las demás pues sus ingresos dependen de una tendencia basada en tecnologías más limpias, lo que ha impulsado el precio del litio y consecuentemente sus resultados.

“Dentro de este contexto, su capitalización de mercado se ha triplicado durante los últimos 10 años. Estos dos factores han hecho que los montos transados de su ADR hayan aumentado desde niveles de US$15 millones diarios hace 10 años a los actuales US$150 millones diarios. Lo anterior es equivalente en la bolsa local, pero en una magnitud menor (de US$ 12 millones a los actuales US$ 45 millones). Todo lo anterior ha hecho que su peso dentro del índice haya aumentado desde un 3% en 2013 al actual 13%, pasando incluso en algún periodo cerca del 20%”, dice Banchile.

Pero el peso de SQM en el mercado local tiene otro aspecto. En 2022 el IPSA subió 22%, en tanto SQM anotó un retorno de 63,14%. Y ese dato impactó directamente el selectivo.

Según Cáceres, un 77% de la rentabilidad del Ipsa se explicó por la subida de la minera no metálica, algo que no necesariamente es positivo, pues “tener un porcentaje de esta acción en un portafolio de renta variable local sería importante si es que la estrategia/objetivo es ganarle al índice local. Pero, por otro lado, otro efecto que se puede señalar es que tener SQM con altos montos transados le resta liquidez al resto de acciones del mercado local”.

Sin embargo, Villaroel dice que “no debería ser un problema per se que SQM tenga más liquidez”, sino que “el problema que están teniendo las otras compañías es que las personas creen que tienen un mayor nivel de riesgo y menores oportunidades de crecimiento, por lo que las han castigado”.

En esa línea, Klaus Kaempfe, director regional de Portafolio Solutions en Credicorp Capital Chile, dice que “la bolsa local viene de capa caída desde el estallido social y los retiros de fondos previsionales, y en ese contexto SQM ha logrado sobrevivir”. Por ello, argumenta que el papel no extrae liquidez de otros activos, sino que aporta liquidez. “Sin SQM habría menos transacciones en general. Diría que el interés por invertir en el IPSA se redujo, y eso impactó la liquidez del mercado en general”, enfatiza.

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