Empresas desaladoras alistan firma de acuerdo para fomentar la sustentabilidad en futuros proyectos

Planta Desaladora Antofagasta

Se trata de un Acuerdo de Producción Limpia (APL), el cual está en plena negociación. Utilizar energías limpias para esta actividad, así como una mayor cercanía con las comunidades, son algunos de sus objetivos.


El término “seguridad hídrica” ha aparecido cada vez con más fuerza en la opinión pública, pero también en el sector productivo. Y a pesar de los altos costo, la desalación se ve como una de las soluciones. En ese contexto, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), dependiente de Corfo, junto con la Asociación Chilena de Desalinización y Reúso (Acades), están a punto de firmar un Acuerdo de Producción Limpia (APL) para acelerar el paso al respecto en esta tecnología.

Los APL son convenios de carácter voluntario celebrados entre una asociación empresarial representativa de un sector productivo y los organismos públicos competentes. Su objetivo es mejorar las condiciones productivas y ambientales. Actualmente existen 216 firmados en todo Chile, de diversos sectores productivos.

En el caso específico del APL que está negociando el mundo de la industria desaladora, se acaba de terminar un diagnóstico del sector y durante marzo son las tratativas antes de la firma final, que se espera sea el primer semestre de 2024. En el proceso están participando 25 empresas de Acades, entidad que tiene 70 socios.

Entre varios datos, el diagnóstico reveló que el número de proyectos de desalación está incrementándose considerablemente, presentando más de 22 en operación y 9 en fase de construcción y/o desarrollo, con la respectiva aprobación ambiental del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), lo que representaría próximamente una capacidad de producción total de agua desalada de aproximadamente 8.200 L/s, una capacidad máxima de agua de reúso de aproximadamente 10 mil L/s y una capacidad máxima de agua de rechazo de alrededor de 10 mil L/s.

Actualmente, más del 75% de la producción de agua desalada de los proyectos en operación está destinado con fines industriales, principalmente para el uso de agua dulce para el desarrollo de la actividad minera, y más del 90% de los proyectos están instalados en la zona norte de Chile, aunque el APL está orientado a las regiones de Antofagasta, Atacama, Valparaíso y Metropolitana.

Foco en comunidades

El APL de la industria desaladora tiene seis objetivos, entre los que se encuentran medir e identificar oportunidades de eficiencia energética; implementar proyectos de energías renovables en las plantas de desalinización y reúso de aguas; difundir a los actores territoriales los beneficios e impactos asociados a esta tecnología. Incluso, desarrollar un proyecto piloto para la reutilización de salmuera con integración de la comunidad.

Los objetivos están alineados con las políticas públicas chilenas, como la Contribución Nacionalmente Determinada 2020, la Ley Marco de Cambio Climático, el Plan Nacional de Adaptación de Recursos Hídricos y el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2022-2026, que enfatizan la importancia de la seguridad hídrica y la sostenibilidad ambiental.

Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de Acades, explica que este APL le permitió a esta entidad realizar un diagnóstico de las brechas que enfrenta la industria del agua en tres ámbitos esenciales: ambiental, energético y de capital humano. “Su objetivo es promover acciones entre las empresas adherentes para la adopción de prácticas sostenibles que les permitan adaptarse a los efectos del cambio climático. En su primera etapa, el APL contó con la participación del Hub Ambiental de la UPLA, de las empresas sanitarias que nos abrieron sus puertas para las actividades de terreno, y de múltiples servicios públicos como los Ministerios del Medio Ambiente, de Minería y de Obras Públicas, que participaron entregando su visión sobre la industria”, dice Palacios. Y agrega: “Ello nos permitió proponer acciones que impacten en la productividad y sostenibilidad del sector, tanto en materia regulatoria como operacional, a fin de llevarlo a un nuevo estándar de transparencia y compromiso con el desarrollo sostenible”.

Inquietudes

Según un análisis realizado por la ASCC, las principales inquietudes y voces de alarma respecto a la desalinización y reúso se vinculan con el alto consumo energético, lo que puede afectar la huella de carbono del proceso, por lo cual la transición hacia fuentes de energía renovable es crucial para mitigar este impacto. “Otros desafíos son la captación de agua de mar y la succión significativa de organismos, y las descargas de salmuera generadas durante el proceso de desalinización, que pueden provocar aumento en la temperatura y la salinidad natural del medio marino costero”.

Por otro lado, la sobredependencia de la desalinización podría limitar la diversificación de fuentes de agua y desalentar la búsqueda de soluciones más integrales y sostenibles.

Ximena Ruz, directora ejecutiva de la ASCC, opina que frente a los escenarios que ha producido el cambio climático, “la desalación emerge como una alternativa para hacer frente a la escasez hídrica que continuará manifestándose en el futuro, por lo que es fundamental que lleguemos a acuerdos respecto de cómo podemos mejorar las plantas desaladoras existentes y establecer condiciones para aquellas que se construirán en el futuro. Es en este contexto que el acuerdo público-privado para abordar esta problemática junto a Acades busca hacer más sustentable la operación y desarrollo de las plantas desaladoras”, enfatiza Ruz.

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