Exministros de Hacienda alertan sobre la necesidad de mejorar el sistema político en una nueva Constitución para impulsar la economía

Propuesta de nueva Constitución que fue rechazada.

"¿Cuántos liderazgos conocemos en Suiza? yo por lo menos ninguno y vaya que les va bien, porque tienen un buen sistema y nuestro sistema político está totalmente en crisis", reflexionó Nicolás Eyzaguirre.


En medio del anuncio de un nuevo acuerdo para comenzar otro proceso para redactar una nueva Constitución, los exministros de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre y Andrés Velasco, coincidieron en la necesidad de tener un mejor sistema político que facilite el avance de nuevas leyes e iniciativas que impulsen la economía en Chile.

“El problema número uno es hacer un sistema electoral y político que dé gobernabilidad, de lo contrario, no habrá ministro de Hacienda o del Interior que puedan salvar la plata”, dijo Eyzaguirre en el marco de un seminario que reunió a los últimos ministros de Hacienda tras el retorno a la democracia hasta la gestión de Felipe Larraín.

En ese sentido, el economista criticó el discurso sobre la necesidad de que aparezcan liderazgos que puedan revertir contextos adversos en la administración de un país: “¿Cuántos liderazgos conocemos en Suiza? Yo por lo menos ninguno y vaya que les va bien, porque tienen un buen sistema y nuestro sistema político está totalmente en crisis (...) esa es la tarea del nuevo proceso constitucional”.

Por su parte, Velasco apuntó “cuando la política anda bien, la hacienda pública anda bien y cuando la política anda mal, la hacienda pública se desordena, como ha ocurrido en los años recientes”, y agregó que “mi invitación es pensar bien el sistema político y electoral, y dejarlo en la Constitución, otra cosa no tiene sentido”.

En otro tema, Eyzaguirre también abordó la necesidad de mejorar la productividad y Velasco destacó la necesidad de mejorar el mercado laboral, para que más personas en edad de tener un trabajo se puedan sumar a este, y así, de paso, fortalecer el sistema de pensiones al tener más personas cotizando y con estabilidad laboral. Temas que se podrán discutir y avanzar con un mejor contexto político, según reiteraron ambos economistas.

Otra de las reflexiones compartidas entre los secretarios de Estado fue que el trabajo en la cartera de Hacienda desde el fin de la dictadura hasta hoy, le fue dando a Chile una estabilidad económica.

Foxley, Aninat y Marfán

Previo a la intervención de Velasco y Eyzaguirre, expusieron tres de los primeros economistas que ocuparon Teatinos 120: Alejandro Foxley (1990-1994), Eduardo Aninat (1994-1999) y Manuel Marfán (1999-2000).

Si bien sus exposiciones versaron más sobre los logros conseguidos, igualmente se fueron dando tiempo de hacer reflexiones sobre los tiempos actuales para poner en perspectiva sus respectivas administraciones.

Foxley, el primero en exponer, destacó “la política de los acuerdos”, señalando que “hicieron creíble la estrategia de crecimiento con equidad”.

“Cuando vimos los resultados de esos cuatro años, la política de los acuerdos, la necesidad de trabajar juntos con los que piensan distinto era legítima producía resultados: el crecimiento en el gobierno de Aylwin fue en promedio anual 7,7%; los salarios reales aumentaron 3,8% anual; la inversión aumentó hasta 31% del PIB; con superávit fiscal, la pobreza se redujo en más de 10 puntos entre el 90 y 94, con aumentos muy sustanciales en el gasto social, en la salud públic casi 50% de aumento, en educación; y el ingreso monetario entre los más ricos y los más pobres, la diferencia disminuyó sustancialmente”, dijo Foxley.

En su visión, el gobierno de Patricio Aylwin “puede considerarse refundacional en la forma de hacer política, favoreciendo siempre los acuerdos por sobre la polarización, y favorecer el cambio con continuidad en lugar de la refundación y del desconocimiento de los avances previos”.

Por su parte, Eduardo Aninat destacó los avances en materia de suscripciones de acuerdos comerciales a nivel internacional. El economista, destacó que los 32 acuerdos económicos comerciales con que actualmente cuenta Chile “dio a nuestro país un pelo, una escala diferente”, algo que, en su visión, significa una “conclusión complicada para los tiempos actuales”.

“Me gustaría que se pensara si un país del tamaño de Chile, en el barrio en que está y con las dificultades objetivas que tenemos, puede hacer ‘cherry picking’ en política exterior diplomática”, reflexionó. Agregó al respecto que en la actual administración “hay un problema de capacidad de negociación, de realismo político global y aterrizaje a lo que es más urgente”, por lo que expresó su esperanza de que “este mensaje de evitar el ‘cherry picking’ delicado lo escuchase la gente de la Cancillería actual”.

Sin embargo, Aninat no sólo abordó temas económicos, sino también recordó que esta semana se cumplieron 25 de la promulgación de la jornada escolar completa, medida que cumplía “con una de las metas que fijó el presidente Frei en su discurso de prioridades programáticas”.

En esa línea, el ministro de Hacienda al que le tocó enfrentar la crisis asiática aseguró que la principal ventaja de esa política “radicaba en dar más tiempo a los escolares, a los educando, a permanecer y estar en las sedes de los liceos y colegios”, algo que contrastaba con el resto de la región “y lamentablemente en años recientes en Chile, donde un alto número de escolares, de educandos, tiende a estar en las plazas, en las calles, movilizados, en general fuera de un medio formal que da el derecho comprometido a educarse”.

En tanto, Marfán optó por parafrasear una de las célebres composiciones de Nicanor Parra, y aseguró que “la política y la economía unidas jamás serán vencidas”, frase que usó para medir el éxito de los gobiernos, algo que afectó su período, en medio de los efectos de la crisis asiática.

“Cuando empieza a pegar fuerte en Chile, empieza la polémica entre los autoflagelantes y los autocomplacientes, se corta el diálogo entre el gobierno y los parlamentarios, y los dirigentes tenían cortado el diálogo”, graficó respecto del “desplazamiento” de la coalición hacia sectores más “puntudos”.

Contó que le tocó enfrentarse a la “cabeza política” del gobierno, José Miguel Insulza, a quien le tocó enfrentar de manera interna para mantener “el diálogo entre la lógica económica y la lógica política”. “Eso es importante, porque eso genera también recomponer el diálogo entre la lógica económica y la lógica política del Congreso”, aseguró.

Según comentó, eso sirvió para agregar fondos para la estabilización del petróleo, en medio de una recesión. “Puedo equivocarme, pero tengo la sensación de que no tuvimos ni un solo voto en contra de ese proyecto, en un momento que la política estaba tremendamente polarizada en vista del cuasi empate que se venía para la segunda vuelta (presidencial)”, remarcó.

La última camada

Los últimos ministros de Hacienda que fueron parte de los invitados al seminario de la UC también estuvieron en línea con los expositores anteriores sobre la importancia de los acuerdos y resaltar lo construido en el último tiempo.

“Los países se construyen en el tiempo. Los que tengan esa falsa idea de que pueden refundar un país, yo creo que están equivocados”, expuso el ministro de Hacienda durante los dos gobierno del expresidente Sebatián Piñera, Felipe Larraín, quien también alertó sobre no solamente enfocarse en la necesidad de mejorar la productividad, sino que también impulsar la inversión.

Por su lado, Alberto Arenas destacó que para empujar la economía se “requieren de acuerdos transversales, no de aprobación de mayorías circunstanciales, porque las reformas transversales se hacen pensando en el Estado y no en la administración que gobierna”.

Finalmente, Rodrigo Valdes respaldó los dichos de Arenas, y apuntó que la reforma de pensiones presentada durante el segundo gobierno de la expresidenta Bachelet iba en esa línea. El economista explicó su punto al afirmar que la última versión de la iniciativa presentada durante el segundo gobierno de Piñera fue similar y estimó que la actual no será distinta a la de la exmandataria.

“Es una buena lección de cómo combinar la técnica y la política, la clave ahora es hacerlo de forma oportuna”, agregó.

Reflexión sobre Dominga

En la presentación de lo que fue su gestión, Valdés aprovechó de recordar el rechazo al proyecto Dominga por parte del Comité de Ministros y posterior renuncia a la cartera tras dicha decisión.

“Primera renuncia desde el año 90, Ignacio Briones lo hizo después porque quiso ser presidente. Yo me fui porque tenía desavenencias insalvables dentro del gobierno, y conmigo se fueron el ministro de Economía, Luis Felipe Cespedes, y el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, así que fue un terremoto importante”, recordó.

Sin embargo, el economista destacó de su periodo apuntando que lo importante no era el proyecto en sí, sino que “es si se puede o no saltar las instituciones y las reglas que un país se dan (...) Yo llegué al convencimiento que acá dabamos la pelea en que básicamente la actuación de algunas autoridades se saltaban las reglas”.

“Yo estoy convencido de que hay pocas cosas que son importantes para alcanzar el desarrollo y una de ellas es el tema institucional, pero sobre todo respetarlas. Y veo con preocupación que vamos medios mal en este tema”, disparó Valdes.

Finalmente y respecto a este análisis, el exministro de Hacienda realizó reparos a la administración actual ante la tramitación de la reforma de pensiones a modo de ejemplo sobre su exposición.

“Este gobierno envió la reforma de pensiones al Congreso sin el informe de opinión del consejo consultivo previsional, que vaya cosa, que mandata la ley, y cuando lo envió tiempo después, atrasado, no incluye las respuestas necesarias por parte del Ejecutivo, que también mandata la ley. No es la primera vez, el gobierno anterior hizo exactamente lo mismo”, disparó.

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