Guillermo Tagle: “El plebiscito no nos llevó a una zona de auge, de que vuelva la inversión y los capitales privados”

25 Mayo 2022 Entrevista a Guillermo Tagle, Presidente IM Trust Credicorp Capital Foto: Andres Perez

El presidente de Credicorp Capital Chile sostiene que hay una serie de temas, además del proceso constituyente, que mantienen al mercado preocupado y que mientras se mantenga el fantasma de cambios al sistema previsional y posibles nuevos retiros de ahorros previsionales, se mantendrá hibernando.


La incertidumbre se disipó solo en parte tras el plebiscito del domingo pasado, donde la opción Rechazo ganó con más del 60% de los votos, dice Guillermo Tagle, presidente de Credicorp Capital Chile. Para el ejecutivo, el camino por recorrer de cara la elaboración de una nueva Constitución tiene riesgos y los activos del país reflejan la situación. Por ello, agrega Tagle, tras los comicios del domingo los capitales no retornarán al país, también debido a que el proceso de diversificación de los inversionistas chilenos no retrocederá.

Se estimaban grandes movimientos de los mercados si el Rechazo ganaba, pero las variaciones fueron menores. ¿Qué ocurrió?

El mercado estaba bastante apostado por el Rechazo. Si bien el hecho formal de que un evento real ocurrió genera ajustes adicionales, acá el viernes (2 de septiembre) tuvimos un incremento en la Bolsa bien grande y una apreciación del peso, entonces se generó un mercado más tranquilo los días siguientes. Pero también estaba presente el tema de la incertidumbre económica y financiera, y para el sector financiero es cierto que era un factor era relevante, y el resultado genera tranquilidad, pero aún queda todo un camino por definir.

El plebiscito no nos llevó a una zona de auge, de que vuelva la inversión y los capitales privados, en esos temas queda mucha agua por correr.

¿Entonces el precio actual de los activos permanecerá, este es el precio de Chile?

Claro, estamos enfrentando un escenario de valorización bursátil castigado, múltiplos que en Chile no se veían hace mucho tiempo. También estamos enfrentando un escenario complejo para el mercado, el primero de septiembre empezó a regir la reforma tributaria aprobada en el gobierno pasado, que incorporó elementos complejos para el mercado bursátil y de fondos de inversión, no solo porque se graven impuestos, sino porque en el diseño del proceso no se tuvo en cuenta las complejidades operativas de determinados tributos: la distinción entre inversionista institucional extranjero, o extranjero no institucional, los valores de referencia para efectos de calcular la ganancia, el rol del corredor de retener un impuesto, son cosas que se aprueban y cuando llega la parte operativa complica bastante al mercado.

A la industria de fondos de inversión también se le pusieron gravámenes importantes, y hay un retiro de inversionistas significativo en ese mundo. Y además hay una reforma tributaria en discusión.

¿Qué otro elemento genera incertidumbre?

El mundo podría dividirlo en países que están activamente trabajando para atraer inversión y talento, y países que entran en un camino de reordenamiento social y político donde todos esos temas, que generan un círculo virtuoso, quedan postergados y se ponen otros temas como equidad, distribución de la riqueza, justicia social. Y cuando pones el foco en distribución más que en creación de riquezas, tiene consecuencia en los incentivos de muchos para invertir. Los capitales son volátiles y se van rápidamente donde hay mejor acogida, y lo mismo pasa con gente con talento. Por otra parte, tenemos una inmigración muy grande, pero por ser poco regulada en general es inmigración de poca calificación y problemas sociales, que generan un golpe importante a gente de menos recursos del país.

Chile es una porción pequeña de una cartera global. Que la región esté en una situación complicada, ¿también está afectando los activos locales?

Lo que está ocurriendo en Chile no es una situación muy excepcional. De hecho, hay otros países en Latinoamérica que están viviendo situaciones de incertidumbre más complejas que la de Chile; Argentina es quizás el ejemplo más clásico. La dinámica de crecimiento que tenía Colombia, Perú y Chile, cuando por un período estuvieron en la misma sintonía respecto de atraer inversión, abrirse al comercio internacional, y de pronto los tres países entremos en un proceso de cambios políticos muy significativo, hemos entrado en una etapa de incertidumbre política y económica muy fuerte.

El mercado chileno, en alguna medida, está en los niveles que está porque a principios de este año, cuando partió la crisis en Ucrania, los fondos de mercados emergentes reasignaron carteras y hubo un flujo de inversión hacia América Latina. Pero ese ajuste de mercado ya se produjo y hoy quedamos relegados también al tamaño pequeño que somos. Eso es lo que genera preocupación, cuando te das cuenta que eres pequeño, y no haces esfuerzos para ser atractivo para la inversión, la verdad es que eso tiene consecuencias.

¿Se puede decir que tras lo ocurrido el domingo se frenó la fuga de capitales?

Hay dos cosas que uno puede señalar. Chile tenía una anomalía total respecto de cómo los chilenos invertían los activos financieros, con una sobreponderación doméstica que en realidad no tiene mucha lógica desde el punto de vista de equilibrios de riesgos financieros y diversificación, y eso era por el exceso de confianza que había en el país. Cuando empieza la incertidumbre, quizás poco antes del estallido social, mucha gente se da cuenta de que esta sobreexposición no tiene mucho sentido, empieza a diversificar hacia afuera, y eso tiene una lógica estructural que es independiente de la coyuntura política. Por lo tanto, haber empujado a mucha gente de abrir cuentas en el exterior y diversificar, es algo que no creo que vuelva.

En el margen, en el último período, los meses previos al plebiscito, cuando daba la impresión de que la opción del Apruebo era imbatible, se produce un salto adicional donde la gente saca el residuo. Alcanzamos a un peak donde en esas semanas llegamos con un dólar a $ 1,051. En el margen creo que hay algo que puede empezar a volver, pero quizás lo más importante de todo es que la forma de suplir esa lógica de diversificación de los inversionistas es que tienes que ser un lugar muy atractivo para que inversionistas del mundo consideran invertir en Chile.

¿Cómo quedaron las carteras, entonces?

Si vamos años atrás, puede haber sido un 75% en Chile, y el resto, en el exterior, y hoy debemos estar en la relación inversa. Es muy difícil que vuelva, por eso también adquiere tanta relevancia lo que ocurra con la reforma de pensiones: evidentemente el golpe más duro al mercado de capitales fue el retiro de los fondos previsionales. Desde entonces entró en una especie de paralización, porque el flujo de ahorro de largo plazo permite que empresas se puedan financiar, así como los bancos que, a su vez, lo prestan, pero tras los retiros, y mientras esté el fantasma de que el sistema puede tener cambios estructurales y poner nuevamente el tema de los retiros, las platas de las AFP han estado invertidas en liquidez de corto plazo. Después está el tema de la reforma de pensiones, y cómo también afectará a la compañía de seguros. Mientras estén estos fantasmas, al mercado de capitales le costará volver a la normalidad.

¿Cómo se reduce la incertidumbre?

Las confianzas, que den claridad respecto del tipo de reformas que se presentará, quién gestionará los ahorros de pensiones. Para los extranjeros, una cosa importante a la hora de venir a invertir es que hay una contraparte, un institucional doméstico, que puede actuar de contraparte.

Que este mundo institucional haya entrado en este proceso de hibernación a la espera de tener claridad sobre el marco regulatorio que los regirá en el futuro, paraliza la inversión y la actividad. El año 2021 en el mercado de renta fija fue del orden del 20% de un año normal.

Respecto de la reforma tributaria, ¿qué incertidumbres vislumbra?

Las complejidades en los sistemas de impuestos generan todo tipo de distorsiones y costos de operación. Llevamos mucho tiempo tratando de convencer a los legisladores de la simplificación del sistema, independiente de la carga tributaria. Mi mayor preocupación es no poner el énfasis en cómo generar los incentivos para que la simplificación tributaria en Chile permita al Estado recaudar lo que necesite de forma eficiente y que, al mismo tiempo, haya inversión, crecimiento y más empleo.

Hay cosas que no se han pensado bien, como cuando se puso el impuesto a la ganancia de capital a las acciones. Nadie se detuvo a pensar que eso implicaría que las empresas más pequeñas no se podrían abrir a Bolsa y que el impacto sería que un emprendimiento prefiera levantar capital a EE.UU., cuando las comisiones de esos servicios en Chile son más baratas que en EE.UU. En el país teníamos una posibilidad de crear un mercado doméstico para emprendedores del país y de la región, donde vinieran inversionistas del resto del mundo a encontrarse en nuestro mercado para este segmento. Tienes un mercado posible para proveer servicios, pero para eso debe ser parte de tu modelo de desarrollo y tomar las medidas que permitan que eso funcione.

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