La buena jugada de la familia Cúneo invirtiendo en Suez

En la imagen Paola Cuneo junto a Juan Cuneo.

El clan, que es parte del pacto controlador de Falabella, en completo sigilo se ha transformado en el tercer mayor accionista de la firma internacional de tratamiento de aguas. Ostenta ya el 3,6% de dicha compañía, que controla a Agbar y, en consecuencia, a IAM y Aguas Andinas, ganando 60 millones de euros en menos de un año.


Juan Cúneo Solari (88) estuvo más de 50 años de su vida profesional ligado a Falabella, retailer que ayudó a expandir en Chile y luego en Latinoamérica, tanto como socio y como gerente general. Si bien su apellido está indisolublemente asociado a la cadena minorista, sus inversiones -que tienen un 8,74% de ella- se han ido expandiendo y diversificando cada vez con más fuerza.

Su oficina de inversiones familiares llamada Liguria, que es manejada por su hija Paola Cúneo Queirolo y por los ejecutivos Ignacio Swett y René Peragallo, inició en 2019 una gran apuesta internacional, la cual hasta ahora se manejaba en sigilo: entraron a la propiedad de una de las empresas de tratamiento de aguas más grandes del mundo, la francesa Suez.

Los Cúneo figuran hoy como los terceros mayores accionistas de dicha empresa -detrás de la francesa Veolia y la española Criteria Caixa-, con un 3,6% de la propiedad, dividida en 22.383.196 acciones. La posición la mantienen a través de la sociedad Inversiones Los Canelos SpA, la cual fue constituida en 2016 por Rentas Portofino Limitada, con el objeto exclusivo de adquirir toda clase de bienes en euros. Según distintas fuentes conocedoras de la industria, cifran el portafolio de inversiones de Liguria en un monto superior a los US$ 600 millones.

El conocimiento en el mundo del tratamiento de aguas los Cúneo lo han ido adquiriendo en la última década, dado que en 2010 apostaron con fuerza en Inversiones Aguas Metropolitanas (IAM), al completar una participación de 2,6% de dicho holding que controla a Aguas Andinas y otras sanitarias menores de Chile. De esta manera, en ese año los Cúneo lograron instalar en IAM a su asesor financiero de confianza, Alberto Muchnick, como director titular, y a Paola Cúneo como su suplente, que también alternó en el tiempo en ese cargo con su hermana menor, Giorgiana.

En 2018 la familia Cúneo traspasó sus acciones desde Inversiones Tramonto S.A. a su actual holding de inversiones, Sociedad de Inversiones y Rentas Liguria Limitada, y, además, ese año pasaron de ostentar un 6,83% de la propiedad a un 7,47%, dado que compraron en la bolsa un poco más de tres millones de acciones a cambio de US$ 5,7 millones. En julio de 2019 la familia de raíces italianas pasó a tener dos directores titulares y dos suplentes: Alberto Muchnick y Luis Enrique Álamos, además de Andrés Muchnick y María José Uauy Cúneo, respectivamente.

En octubre reciente, la familia Cúneo compró 2,5 millones de acciones de IAM a cambio de unos US$ 1,77 millones, por lo que su participación en la matriz de Aguas Andinas llegó a un 7,72%.

Negocio aguas arriba

Al 31 de diciembre de 2019, la inversión de los Cúneo en Suez -compañía que controla a Agbar, e indirectamente a IAM y Aguas Andinas- estaba valorada en 301,94 millones de euros. Desde ese entonces, el precio de la acción ha subido un 20,13%, por lo que su posición está valorada en 60 millones de euros adicionales.

¿Qué ha hecho subir tanto a esta acción europea? La respuesta es una inminente Oferta Pública de Acciones (OPA), calificada de hostil, por parte del grupo industrial francés Veolia, el principal competidor de Suez.

Veolia ha mostrado su intención de lanzar su OPA en cuanto tuviera la autorización de las autoridades de la competencia, en un plazo estimado en agosto de 12 a 18 meses. En estos días aceleró la agenda prevista y la ha dejado a la espera de la opinión de los accionistas de Suez. El precio se mantiene a 18 euros por acción, el mismo que le pagó a Engie a principios de octubre por la participación del 29,9% en Suez.

“Estamos convencidos de que lograremos convencer al consejo de administración de la pertinencia de nuestro proyecto, ya sea en su composición actual o, en caso contrario, tras una asamblea general”, indicó a la prensa su consejero delegado, Antoine Frérot.

Pese a los obstáculos surgidos en la negociación de cara a la compra total de Suez, su responsable ejecutivo se mostró convencido de que su proyecto llegará a término: “El tren ya ha partido y no hay nada que lo pueda parar”, concluyó Frérot. Mientras tanto, los Cúneo celebran, esperando a que el tren llegue a buen puerto.

Balance en el portafolio

Conocedores de las firmas sanitarias aseguran que Cúneo ve sus inversiones en IAM y en Suez como “un bono con un buen dividend yield, o rendimiento de dividendos, gracias a sus flujos de cajas estables”, y sostienen que los ruidos regulatorios del último tiempo en la industria, como permitir que los usuarios puedan atrasar sus pagos por el Covid, no son vistos con mayor preocupación por el exejecutivo número uno de Falabella, pues serían efectos decorto plazo que no amenazan los fundamentales de largo plazo de las sanitarias.

“El negocio sanitario le hace mucho sentido a Liguria, porque equilibra bastante bien sus otros negocios más agresivos que tienen un menor dividend yield, pero con mayores ganancias de capital. Suez e IAM no los hacen estar tan expuestos al retail”, explica un conocedor del grupo.

La entrada en Suez habría estado recomendada por el hombre de confianza de los Cúneo y quien los representa en el directorio de IAM desde que llegaron a la empresa: Alberto Muchnick.

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