Los avances para disminuir la "segregación vertical" en las empresas

Según el IMAD Empresas 2018, tomando el total de plazas disponibles en las 111 firmas evaluadas, solo 17% de los puestos son ocupados por mujeres. Cambio de cultura y creación de metas claras podrían ser algunos caminos.


Casi la mitad de las empresas chilenas no tiene mujeres en sus directorios y sólo el 4% de las compañías tiene una presidencia femenina. Esta es una de las principales conclusiones del Ranking Informe de Mujeres en Alta Dirección - IMAD Empresas 2018, realizado por Mujeres Empresarias y el DESUC de la Universidad Católica.

La muestra de empresas analizadas para este instrumento aumentó de 93 a 111 empresas del sector bursátil, multinacionales y públicas, con ventas superiores a 100.000 UF mensuales y 100 trabajadores o más.

Este año, en lo fundamental, se mantuvo la metodología implementada en 2017, sustentada en tres principios: transparencia, trazabilidad y consistencia. "Los resultados aún nos dan cuenta que el balance de género en niveles altos es una meta aún muy lejana para la gran mayoría de las empresas, incluso para aquellas situadas en el cuartil superior de posiciones del ranking", comenta Francisca Valdés, directora ejecutiva de Mujeres Empresarias.

De hecho, uno de los elementos que comenzó a sonar cada vez con más fuerza a partir del estudio del 2016 es lo que se denomina como segregación vertical. O sea, a mayor nivel de cargo, menor participación femenina. "Este ranking busca aportar a disminuir esta brecha y a motivar a las empresas influyentes a ir avanzando en este desafío", agrega Valdés.

En este contexto, el indicador más relevante para la composición del Ranking IMAD es la proporción de mujeres en cargos de primera línea, "ejecutivos principales". Sólo 17% de los puestos son ocupados por mujeres, situación que disminuye para las compañías de rubros tradicionalmente masculinos como industria, commodities & utilities (11%), y construcción & inmobiliario (14%), mientras mejora para áreas como la salud (28%).

Así también, la participación femenina en este nivel de cargo es mejor en compañías multinacionales con 32%, mientras que en las Igpa este porcentaje llega apenas a 11%.

Entre ejecutivos de primera línea, además, solo 4% de las empresas influyentes seleccionadas tiene una mujer como gerenta general y otro 12% presenta a una como gerenta de finanzas, ambos cargos críticos en la toma de decisiones de una compañía. Finalmente, 28% de las empresas no tiene mujeres como ejecutivas principales.

A nivel de directorio, el segundo indicador más relevante para la composición del Ranking IMAD, sólo 4% de las empresas es presidido por una mujer. Este instrumento también arrojó que 49% de las empresas evaluadas no tiene mujeres en sus directorios.

¿Cómo disminuir la brecha?

La gerenta corporativa de Personas y Sustentabilidad de grupo CAP, María Elena Sanz, señala que es importante crear conciencia en los tomadores de decisión, involucrándolos en la búsqueda de soluciones para disminuir esta brecha.

"Un caso interesante en esta materia ha sido Promociona Chile, programa donde las propias empresas eligen y promueven el talento femenino que será potenciado para cargos de primera línea, lo que está ayudando a esas ejecutivas a romper barreras internas y externas, junto con el compromiso de las compañías de abrirles nuevos espacios", comenta Sanz.

Por su parte, Karen Poniachik, directora del Centro Global de la Universidad de Columbia en Chile, cree que las firmas multinacionales que operan en el país y las empresas del Estado están haciendo un esfuerzo importante, lo que se refleja en su puntaje.

Sin embargo, "pese a los numerosos compromisos que han firmado, las compañías privadas chilenas del Ipsa e Igpa aún están al debe", y agrega: "Me preocupa la falta de representación femenina en los gremios que no aparecen en esta medición: Prácticamente no hay mujeres en los directorios y planas ejecutivas de ramas de la CPC y de otras numerosas organizaciones empresariales, con la excepción de Amcham y otras cámaras binacionales".

Incluso, Poniachik recomienda que las gerencias de primera línea tengan KPI en esta materia que implique que, de no cumplir con la meta de incorporar más mujeres, sus bonos de desempeño sean más bajos "Al paso lento que vamos, no me extrañaría que aumente la presión por instaurar cuotas", señala.

Katia Trusich, presidenta de la Cámara de Centros Comerciales y exsubsecretaria de Economía opina: que "necesitamos apurar el paso, insistir en que la mayor incorporación de las mujeres en directorios y en puestos de toma de decisión, agrega valor a las empresas.

Se están perdiendo talentos que podrían aportar enormemente. Las mujeres ya estamos en muchas áreas, ha sido un año importante para la concientización universal sobre la necesidad de respetar derechos, pero en la economía, sobre todo la chilena, y en las empresas, falta mucho", concluye.

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