Menos bancos y más grandes: número cae 26% en diez años y los cuatro mayores alcanzan casi dos tercios de los activos

De 23 a 17 bancos ha pasado el sistema financiero local entre 2013 y este año, lo que podría reducirse de concretarse la fusión entre Grupo Security y Bicecorp. El proceso de consolidación de la industria estaría siendo empujado por las crecientes regulaciones a partir de la crisis subprime.


Menos bancos, pero más grandes. Ese parece ser el panorama de la industria bancaria local, que en los últimos diez años ha visto caer el número de entidades, algunas de las cuales han pedido revocar su licencia, unas porque han dejado el país, otras por eficientar el uso de capital de su matriz, y en varios casos por fusiones. Y el proceso promete profundizarse luego del anuncio de fusión entre Bicecorp y Grupo Security.


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La semana pasada ambas entidades anunciaron que sus accionistas acordaron la unión de ambos conglomerados, esto mediante una OPA sobre las acciones de Grupo Security que lanzarán conjunta e indivisiblemente Forestal O’Higgins -matriz del grupo Matte- y Bicecorp, para posteriormente concretar la fusión por incorporación de Grupo Security en Bicecorp.

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Tras ello se producirá una fusión que dará paso al séptimo mayor banco del país con colocaciones de 6,6% y la tercera mayor compañía de seguros de vida. El holding en su conjunto alcanzará una valorización de US$3.130 millones, pero el acuerdo profundiza la consolidación del mercado bancario chileno que se ha acentuado en los últimos años.

Sin embargo, la fusión implicará que de 17 bancos actuales, se llegue a 16 (contando las tres sucursales de bancos extranjeros: JP Morgan, Bank of China, y China Construction Bank). Ésta es la primer unión de dos bancos desde la concretada en 2018 entre Scotiabank y BBVA, sin embargo en ejercicios anteriores el número de operaciones de este tipo fue más habitual y conllevó una consolidación de la industria.

Si hoy existen 17 bancos, para enero de 2014 el total ascendía a 23, es decir hoy el número de instituciones es un 26% menos que hace una década. Pero a pesar de la reducción en el número, hay elementos que parecen no haber variado en demasía. Si hace una década existían 11 bancos de capitales chilenos - no se contabiliza a Banco de Chile pues en partes iguales es controlado por Quiñenco y Citi-, hoy la cifra llega a 8, pero en ambos momentos, implica que el 47% del total de entidades vigentes era controlado por capitales locales.

Pero desde noviembre de 2013 el mercado se ha multiplicado por 2,5 veces, con bancos muchos más grandes. El total de activos de la industria al onceavo mes de 2023 llegaba a US$462.823 millones, dato que para noviembre llegaba a US$181.048 millones. Y las cuatro mayores entidades, a noviembre de este año, - Santander, BCI, Banco de Chile y BancoEstado,- concentraban el 65,5% de los activos, 4,2 puntos porcentuales sobre el 61,3% del mismo mes de 2013.

El costo de la regulación es, para Pablo Correa, exvicepresidente de BancoEstado, uno de los aspectos que podría explicar la consolidación de la industria.

Pablo Correa
Pablo Correa, exvicepresidente de BancoEstado

A su juicio, “hace 10 años no teníamos Basilea III, ni los colchones de capital. Se podía pensar que con 8% de patrimonio efectivo funcionaba una entidad. Tampoco existía Pilar 2, ni las consideraciones de riesgo operacional, de mercado. Era un negocio básicamente de riesgo de crédito, donde la regulación era, sin lugar a dudas, más simple. Desde la crisis subprime, la regulación se ha ido transformando en algo más completo, complejo y caro. En ese sentido, tener bancos pequeños no necesariamente es un buen negocio, porque la banca es al mismo tiempo un negocio de volumen, eso explica parte importante de las fusiones”.

En una línea similar, Andrés Rodríguez, líder de Value Creation Services en Deloitte, indica que la tendencia hacia la consolidación se explica “en sus bases de competencia y amenazas de nuevos entrantes no tradicionales. Principalmente, se busca lograr mayores eficiencias, economías de escala, diversificación de servicios, fortalecimiento del capital y, sobre todo, adaptarse al nuevo entorno competitivo. Ser un grupo financiero de nicho no implica un menor tamaño, sino más bien el cómo tener una oferta bien diferenciada y perseguir esa posición con un propósito claro y todos los recursos necesarios”.

Salidas y cancelaciones

Varias son las entidades que en los últimos años han partido del país. Según la cronología bancaria de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en 2021 el Banco do Brasil canceló la autorización de su sucursales en el país, en 2019 siguió el mismo camino el japonés MUFG Bank, y en 2018 lo hizo el Banco de la Nación Argentina. Respecto de los bancos, en 2018 se fusionaron Scotiabank y BBVA, en 2017 se autorizó la disolución anticipada de Banco Penta y Rabobank; en 2016 se fusionaron Itaú y Corpbanca se disolvió Deutsche Bank Chile y Banco París.

Y por contraparte, las peticiones de nuevas licencias bancarias no han ido a la par. En marzo de 2018 se produjo la última autorización del regulador para el funcionamiento de un banco, aunque aquella vez fue sólo la aprobación para instalar una sucursal, la del Bank of China. Con anterioridad, las únicas licencias que fueron pedidas fue en 2015 por China Construction Bank que recibió la autorización de instalación, y en 2014 se aprobó la existencia de Banco BTG Pactual. Ello podría revertirse en parte ahora, luego de que el viernes el regulador otorgara a Tanner Servicios Financieros la autorización provisional para funcionar como banco digital.

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Sin embargo, un menor número de bancos no necesariamente apunta a un pérdida de competencia en la industria. El experto en libre competencia y socio de Kennedys abogados, Radoslav Depolo, sostiene que “hay mercados concentrados en los que se compite con ferocidad. Lo importante es que no hayan barreras de entrada que impidan a nuevos actores entrar a competir con los incumbentes. Y que no existan restricciones regulatorias que impidan o restrinjan esa entrada. Y que exista transparencia en los precios de los servicios bancarios para que los clientes puedan decidir cuál elegir. Y que el costo de cambio desde un banco a otro sea lo más bajo posible. Eso es lo importante”.

Pero la fusión entre Bicecorp y Grupo Security tiene implicancias a nivel de conglomerados, y por tanto algo diferente a otras fusiones bancarias. Esa es la visión de Leonardo Torres, académico departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la FEN de la Universidad de Chile, para quien, a propósito de este caso, sería necesario empezar la tramitación de una Ley de Conglemerados Financieros, como la propuesta por la CMF.

“No hay un problema de concentración, el tema va por la regulación de las actividades del conglomerado y las compensaciones entre actividades que pudieran generar inconsistencia con la regulación del banco o de los seguros. Cuando se generan distintas actividades dentro del holding, se producen dinámicas complejas, podrían existir estrategias de compensar, de cubrir entre unidades de negocios movimientos y dinámicas financieras, todo eso en este momento no está regulado en Chile para los conglomerados financieros, pero si en muchos otros países”

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