Presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa por salario mínimo: "El gobierno no debería volver a presentar un mecanismo plurianual"

Barbara Figueroa se refiere al Salario Minimo

El debate por el reajuste de salario mínimo está cada día más tenso en el Parlamento. Pero hay un actor fundamental en esta discusión y que hasta ahora ha quedado rezagado por la discusión legislativa: la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Su presidenta, Bárbara Figueroa conversó con PULSO y analizó el actual escenario, llegando a dos grandes conclusiones: no es de interés del gobierno superar la línea de la pobreza y que se está limitando el poder negociador de los trabajadores.

¿Cree que parte del rechazo al reajuste de salario mínimo se debe a la falta de acuerdos previos con la CUT?

- Al gobierno le obsesiona limitar la capacidad negociadora de los trabajadores, eso lo vemos ahora en el debate sobre salario mínimo, pero también está muy en sintonía con el debate y el rol de la Dirección del Trabajo (DT) a nivel nacional con los nuevos dictámenes que ha sacado reconociendo los grupos negociadores (Reforma Laboral). Aquí lo que estamos viendo es un gobierno que no cree en la organización sindical y eso lo está haciendo sentir en el debate de salario mínimo.

Por esto se explica esta suerte de enamoramiento de que cualquier reajuste tiene que ir amarrado a un mecanismos de reajustabilidad automática.

El gobierno presentará una nueva propuesta. ¿Cuál es la fórmula aceptada por la Central?

- Hemos planteado que el guarismo a $300 mil a marzo de 2019 es el camino más rápido. Mayoritariamente el Parlamento ha aprobado ya en tres oportunidades un monto de reajuste, por lo que lo lógico sería que esto marque el nuevo proyecto que el gobierno envíe y que, por lo tanto, no coloque ahí el debate sobre plurianualidad. Por ello el gobierno no debería presentar nuevamente un mecanismo de plurianualidad. Ahora, si el gobierno considera que es necesario persistir en esta tarea, la invitación que nosotros hacemos es que eso lo someta a discusión, es decir, que conformemos una mesa de trabajo como se lo propusimos al gobierno y a las comisiones de ambas cámaras del Congreso, para ver si hay espacio de construir una nueva propuesta (para después de marzo 2019.

¿Por qué la CUT acepta la plurianualidad durante el gobierno de Bachelet y ahora lo rechaza?

- El acuerdo que nosotros suscribimos con el entonces ministro de Hacienda, Alberto Arenas, establecía una propuesta en tres partes: un reajuste a 18 meses, que significaba un aumento de $40 mil (pasó de los $210 mil a los $250 mil) que es mucho más de lo estamos viendo hoy; el ingreso del proyecto de Reforma Laboral y que en esos 18 meses de reajuste se conformara una comisión donde la CPC, la CUT, las Pymes y el gobierno discutieran los marcos de una política salarial. Nosotros lamentamos que el esfuerzo que se originó no fuera considerado por Rodrigo Valdés (exministro de Hacienda de Bachelet), en su momento, y hoy esté siendo instrumentalizado por el gobierno, sin considerar otros factores que estaban sobre la mesa.

¿Es la plurianualidad un mal mecanismo?

- No, pero cuándo se pueden considerar este tipo de mecanismos, cuando efectivamente son beneficiosos o aumentos sustantivos en las condiciones de los trabajadores. Cuando llegamos a un acuerdo con Alberto Arenas, nosotros sabíamos que estábamos dando un salto importante, que estábamos generando condiciones en equidad, en redistribución de las riquezas a través de las mejoras en las negociaciones colectivas y esos fueron elementos de mucho peso, a diferencia de ahora que el gobierno no logra acuerdo con nosotros y trata de imponernos la plurianualidad.

¿Puede ser que la CUT no ha sido tan efectiva en instalar otras demandas en las negociaciones?

- Las dinámicas de negociación que se adoptaron (por parte del gobierno) no nos permitieron profundizar de manera suficiente en las demandas sobre política salarial a largo plazo. Como CUT hemos logrado un punto fundamental que es que se entienda que hoy el debate del salario mínimo es respecto a la superación de la pobreza, pero ese no es el interés efectivo del gobierno y eso está quedando en evidencia ahora.

El gobierno culpa a la oposición de "obstruccionismo" y la responsabiliza de que hoy no exista un mejor salario mínimo…

- Esto es peligroso, porque cuando uno trata de jugar tan al filo del ejercicio de la democracia, el costo no lo va a terminar pagando solo un sector, esto puede seguir profundizando la crisis de legitimidad de las instituciones. Eso no se va a asociar solo a un sector político, creo que también a la figura del propio Presidente. Yo llamaría a la autoridad a tener un poco más de responsabilidad, a no mentirle a la ciudadanía, a no tratar de engañarla, porque al final del día todo cae por su propio peso.

¿Hay alguna posibilidad de que se sienten a negociar nuevamente con el gobierno?

- Tengo la impresión de que no, que el gobierno no quiere negociar con nosotros, y es más, su tozudez para tratar de imponer un reajuste automático da cuenta que desprecia la acción del diálogo social, por lo tanto creo que eso los retrata de cuerpo entero. Esto no es una conducta aislada y creo que con esto el gobierno no tiene ni le da un valor fundamental a los acuerdos, ni a lo que ellos han llamado "la disposición al diálogo" y por el contrario con sus políticas puede generar conflicto social.

La CUT se encuentra en estado de alerta. ¿Tienen consideradas movilizaciones?

- Sí, estamos en estado de alerta. Si esto persiste no descartamos los espacios de movilización, porque ante una autoridad que no es capaz de escuchar en el marco de un debate claro y democrático, los espacios de movilización son la herramienta más efectiva para que nosotros podamos ser escuchados.

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