Secretario del Tesoro de EEUU dice que acuerdo comercial con China se firmará a inicios de enero

Treasury Secretary Steven Mnuchin Interview

"Solo está pasando por lo que yo consideraría un examen técnico y legal", dijo Steven Mnuchin.


El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, dijo este jueves que su país y China firmarían el denominado pacto comercial de fase uno a principios de enero, agregando que el texto estaba completamente terminado y que se le estaba realizando una depuración técnica.

Mnuchin, hablando con periodistas en la Casa Blanca, afirmó que el acuerdo comercial ya había sido puesto en papel y traducido, y que no estaría sujeto a ninguna renegociación.

"Estamos pasando por una dificultad técnico en la que nuevamente se traduce el acuerdo", dijo Mnuchin.

"No espero que haya ningún cambio. Firmaremos el pacto a principios de enero", añadió.

Indicó que la atención se centraría en implementar la primera fase, que exige que las exportaciones de productos agrícolas estadounidenses a China crezcan a casi el doble en los próximos dos años.

En general, dijo Mnuchin a CNBC, el aumento de las compras chinas de productos agrícolas, manufacturas, energía y servicios estadounidenses agregaría aproximadamente medio punto porcentual al crecimiento económico del país en los próximos dos años.

Tras 17 meses de guerra comercial que tuvieron a los mercados sometidos a una fuerte tensión y provocaron una desaceleración de la economía global, Estados Unidos y China alcanzaron la semana pasada el acuerdo de fase 1.

De este modo Estados Unidos decidió dejar sin efecto el alza de aranceles a productos chinos valorados por US$160.000 millones que entraría en vigencia el 15 de diciembre y además se comprometió a rebajar de 15% a 7,5% las tarifas de algunos productos con aranceles que ya están implementados.

Como contrapartida China se comprometió a aumentar las compras de productos agrícolas estadonidenses.

Tras una serie de amenazas mutuas, el 6 de julio de 2018 ambos países entraron en guerra comercial con la aplicación de impuestos estadounidenses sobre US$34.000 millones de importaciones chinas (automóviles, discos duros, componentes de aviones). Pekín respondió con impuestos por la misma cantidad sobre productos agrícolas, vehículos y productos marinos, a lo que siguió una escalada de aumentos bilaterales en la tarifas en los meses siguientes.

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