El economista socio de Econsult y vicepresidente del Consejo Fiscal Asesor (CFA) Gonzalo Sanhueza, fue el primero en alertar públicamente sobre el cálculo que hizo la Dirección de Presupuestos (Dipres) del déficit fiscal estructural de 2017, el cual pasó finalmente de -1,7% a -2%. Ahora, tras conocer los nuevos datos que entregó Hacienda sobre los gastos comprometidos que dejó la administración anterior sin contar con financiamiento permanente, señaló que "la situación fiscal es más compleja de lo que se pensaba", por ello, para evitar este tipo de "sorpresas", enfatizó en la necesidad de contar con un CFA autónomo y con recursos propios.
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El Gobierno informó que hay US$1.571 millones de gastos comprometidos sin financiamiento para 2018, y US$5.566 millones para los cuatro años, ¿qué tan compleja es esta situación?
-Es una situación bien compleja, porque en el fondo lo que se está diciendo es que por año el gasto es 0,5% del PIB más de lo que se tenía presupuestado, entonces una situación fiscal más estrecha de lo que pensábamos.
¿En qué se traduce esta complicación?
-Había una política fiscal de reducir 0,25% por año. Con esa trayectoria se tenía una holgura fiscal positiva de US$2.300 millones, y en realidad lo que se tiene es un holgura negativa de US$3.000 millones lo que se traduce en que será más compleja la convergencia del déficit fiscal a no ser que se realicen ajustes fiscales importante.
¿Cuál debería ser la estrategia fiscal a seguir?
-Si se quiere reducir más rápido el déficit fiscal el ajuste debería ser de US$1.200 a US$1.300 millones por año, es decir de 0,5% del PIB por año, lo que no es fácil. Ahora lo que pasará es que se alarga el horizonte de convergencia, y el escenario más probable es que se que se logre en los próximos 8 años.
¿Lo importante más que la velocidad en que se reduzca el déficit es que la meta que se fije se cumpla para que sea creíble?
-Si uno tiene una meta, el mercado espera que eso se cumpla. Lo que ha pasado con la meta fiscal es que no se ha cumplido y se va cambiando cada año, por lo que hace perder credibilidad y el mercado empieza a dudar en cuanto a su capacidad de endeudamiento futuro, por eso lo clave es recuperar la credibilidad.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dijo que esta situación no había pasado antes, ¿comparte esa apreciación?
-No habíamos tenido algo así en que las proyecciones de las holguras fiscales se hubiesen encontrado gastos que no hubieran estado considerados. Las proyecciones fiscales que se entregaron al Congreso en septiembre respecto al déficit futuro no fueron las correctas.
¿Ustedes como Consejo Fiscal Asesor no tuvieron antecedentes para detectar este problema?
-No, el Consejo Fiscal Asesor tiene un mandato bien acotado en relación a lo que tiene que hacer: la revisión del balance estructural cada año, por lo tanto, entre sus mandatos no tiene el de realizar este tipo de revisiones. Además, aunque las tuviera tampoco cuenta con los equipos técnicos para hacerlo ni los antecedentes para revisar la proyección de gasto que se hace para los próximos años. Eso no está en el mandato. Lo que hacemos nosotros es revisar el balance estructural anual, no la proyección de gasto que se hace para los próximos años.
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En este escenario, ¿cobra más fuerza acelerar el proyecto de ley que busca fortalecer y otorgarle mayor autonomía al CFA?
-La situación fiscal de los últimos meses amerita que tengamos como todos los países desarrollados un consejo fiscal independiente, que cuente con recursos para poder hacer este tipo de análisis y de estudios, porque perfectamente puedes tener las atribuciones, pero si no cuentas con los recursos, el capital humanos para hacer este tipo de trabajos tampoco sirve de mucho. En los países donde existen estos consejos independientes una parte importante de lo que hacen los consejos es revisar las proyecciones futuras de ingresos y gastos.
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