De acuerdo al Censo 2017, el 12,8% de la población residente y nacida en el país se considera perteneciente a un pueblo indígena u originario. En su mayoría, los encuestados se identificaron con el pueblo mapuche. Sin embargo, existen otros pueblos que mantienen representación en el territorio nacional. Muchas veces se ha creído que pueblos, como el kawésqar, se encuentran al borde de la extinción. No obstante, las reivindicaciones y la autodeterminación de este pueblo han ido en aumento durante los últimos años.

La población que declaró pertenecer a algún pueblo indígena u originario, en el Censo 2017, fue un 12,8%, equivalente a 2.185.792 personas. Sin embargo, existen regiones que tiene una mayor proporción respecto del total de población, tales como Arica y Parinacota (36%), La Araucanía (34%) y Aysén (29%). Los pueblos indígenas con mayor identificación son los pueblos Mapuche, Aymará y Diaguita. Por otro lado, poblaciones como los kawésqar o yagán no alcanzan el 0,3%.

El doctor en Historia, e investigador de la Universidad Austral, Alberto Harambour, explica a Qué Pasa, que en el siglo XIX los estados latinoamericanos se propusieron ampliar sus territorios, "desconociendo todo derecho, e incluso la humanidad de los pueblos que habitaban esos espacios". En el caso de la Patagonia argentina y chilena, el Estado y la Iglesia promovieron el exterminio de selknam que vivían allí antes del arribo de empresas ganaderas británicas. "La mayoría de los deportadas y deportadas murieron en poco tiempo", destaca Harambour.

En palabras de Mauricio Braun, uno de los primeros terratenientes de la Patagonia, "no podían coexistir la barbarie y la civilización". A comienzos del siglo XX ya se proclamaba la "extinción" indígena, "concepto de las ciencias naturales que reforzó la consideración de los indígenas como animales", añade Harambour. Desde allí, las o los sobrevivientes se han adaptado a las circunstancias coloniales como el despojo, el desplazamiento, la prohibición de la navegación, la reducción y el asentamiento forzoso.

En un estudio realizado en 2013, Procesos étnicos y cultura en los pueblos indígenas de Chile, del antropólogo chileno, Hans Gundermann, se destaca que existe una reivindicación que "se trata a la vez de encuentro y emergencia en cuanto a que dos procesos distintos, aunque no del todo separados históricamente: uno político y otro más propiamente sociocultural, reorganizan e intensifican sus nexos".

Los pueblos indígenas son preexistentes al Estado de Chile, y muchos de estos han tratado de ser reducidos por medio de la discriminación hacia sus idiomas y otras prácticas culturales. Tanto los kawésqar como los yaganes, conocidos como nómades del mar, así también los selknam y tehuelches-aonikenk, se han mestizado, conservando antiguas prácticas y adoptando nuevas.

En la actualidad, las identidades yagan, ubicadas en Puerto Williams, Ushuaia y zona del Beagle; y Kawésqar en Puerto Edén, Natales y Punta Arenas, se encuentran en procesos de reivindicación de territorios y de la cultura local. Actualmente existen movimientos kawésqar que buscan decretar como territorio patrimonial a las aguas que rodean a la Reserva Nacional Kawésqar, en Puerto Natales, e impedir que se instale una empresa salmonera en el mar.

Leticia Caro, es una mujer káwesqar que lleva tres años luchando por su derecho a navegar en el mar en que lo hicieron sus antepasados. Son cuatro comunidades, más de 120 personas a las que ella representa, todas ubicadas en el Seno Obstrucción, en el sureste de Puerto Natales, en la ciudad misma y también otra en Punta Arenas.

Como kawésqar dice Caro, "nuestra responsabilidad es proteger nuestros espacios, porque el mar es la memoria de los antiguos, la memoria de los canales, el borde costero, las montañas, etc. Es el mar donde nosotros nos desplazamos, porque nosotros somos pescadores, cazadores, recolectores, y en si la propia esencia indígena es en el fondo lo que nos obliga a proteger el mar".

Hoy la principal preocupación que tienen es la industria salmonera en la zona. "Nosotros queremos protegerlo, queremos conservarlo, queremos hacer todo lo que el territorio nos dirija. Pero no debe confundirse con movimientos medioambientales. Entre los movimientos medioambientales y nosotros existen cosas en común, pero lo nuestro es mucho más profundo, tiene muchas aristas. Yo creo que la distinción la tenemos súper clara y es que nosotros hacemos uso del territorio, y no puedo decir no voy a cortar un árbol o no voy a sacar un pez, o no voy a cazar un pato, porque son artes propias de los kawésqar, que además nos permiten conservar el uso consuetudinario".

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pueblo indígena kawésqar

EL PAPÁ DE LETICIA REINALDO CARO, Y SU HIJO ERIC HUAIQUIL PESCANDO EN EL FIORDO LAS MONTAÑAS/GENTILEZA[/caption]

Mestizaje y adaptación

Otro estudio realizado por la antropóloga Patricia Méndez, de la Universidad de Buenos Aires, destaca una redefinición de los pueblos originarios de la zona Austral, dependiendo del grado de adaptación que tuvieron luego del asentamiento colonial. "En la actualidad, y desde hace algunos años, identificarse como "Selknam" en la provincia de Tierra del Fuego implica ser considerado un individuo "anormal", que no acepta la "realidad" planteada por la ciencia, razón por la cual él y su discurso alternativo son socialmente desacreditados", afirma Méndez en su investigación.

Estos pueblos originarios australes, cuenta Harambour, "han tenido un aumento de identificación desde mediados de la década de los 80, siguiendo una línea con distintos pueblos indígenas latinoamericanos".

Este 21 de mayo es el Día Internacional de la Diversidad Cultural Para el Diálogo y el Desarrollo , y desde la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) manifestaron no tener actividades o acciones programadas para conmemorar este día.