Las Metas Mundiales de Nutrición 2025 de la Organización Mundial de la Salud plantean como uno de sus indicadores que al menos 50% de los niños reciba lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida. En los últimos años hemos constatado una mejora en las cifras de lactancia exclusiva al sexto mes como consecuencia de políticas y estrategias de fomento y promoción que han permitido contrarrestar la poca adherencia observada en madres por alimentar a sus hijos exclusivamente con leche materna. De esta manera, se han enfrentado factores como la situación de trabajo de la mujer que amamanta, la regulación de las ofertas de fórmulas lácteas, la capacitación del personal de salud para atender las inquietudes de las madres y fomentar una adecuada técnica de alimentación. No obstante, si bien globalmente se evidencia un incremento en estas cifras, existe una amplia variabilidad entre países e incluso dentro de un mismo país, constatando que algunas de las cifras distan de las esperadas como meta sanitaria.
Esto quiere decir que no basta con el conocimiento técnico de las madres ni una normativa de apoyo a la lactancia, sino que además se debe estar atento a otros requerimientos de las madres. Hoy se sabe con suficiente evidencia que hay factores sociales, culturales y sicológicos que deben ser abordados por los profesionales de la salud y por la sociedad en general para favorecer la lactancia materna. Así por ejemplo, en la última década algunos estudios que hemos realizado han demostrado que la autoeficacia (confianza) para amamantar y el apoyo de monitoras comunitarias para la lactancia son factores que contribuyen al inicio y mantención de la lactancia materna. Por otro lado, es parte de la responsabilidad de los profesionales de la salud el cautelar por la información que se entrega en el cotidiano de la atención de salud infantil.
Es así como hace pocos días (14.11.2018) la Sociedad Chilena de Pediatría (SOCHIPE) envió una aclaración respecto de lo publicado en otro medio de difusión local sobre los errores que cometen los padres en la alimentación de sus hijos. En este comunicado la SOCHIPE deja claramente establecido que: i) si la lactancia materna es usada como pacificador no constituye un riesgo para su salud física ni mental y ii) aclara que amamantar a demanda incluso es protector de obesidad. Consecuentemente culmina su carta haciendo notar la necesidad de evitar la confusión de las madres en período de lactancia no dando de mensajes erróneos.
En definitiva, se debe reconocer que el fomento y protección de la Lactancia Materna constituye una política de Salud Pública que repercute positivamente en la nutrición y desarrollo de los niños, y por ende, los profesionales de la salud y comunidad en general deben participar activamente en esta tarea.