Esta semana, dos de las tres misiones espaciales proyectadas para esta semana ya enfilan rumbo a Marte, uno de los planetas más misteriosos del Sistema Solar, no sólo con la misión de averiguar si existe o existió vida, sino también con miras a futuras misiones humanas al planeta.

Aunque hoy conocemos al llamado “planeta rojo” como un mundo desértico y frío, lo cierto es que no siempre fue así: tras décadas de exploración se ha sabido que en su historia temprana, Marte era muy diferente. Gracias a los rovers de la Nasa Spirit, Opportunity y Curiosity, se ha demostrado que el planeta podría haber tenido alguna vez exuberantes océanos de agua líquida.

La primera misión fue lanzada el lunes pasado por los Emiratos Árabes Unidos: se trata de la sonda “Hope”, que a diferencia de China y la Nasa, no aterrizará en Marte sino que lo orbitará durante todo un año marciano, el equivalente a 687 días terrestres.

A bordo de Hope habrá tres cámaras para estudiar la atmósfera marciana en longitudes de onda visibles, infrarrojas y ultravioletas. Desde su órbita, a la que arrobará en 2021, la sonda brindará a los científicos su primera visión global del clima marciano en todo momento del día. Durante su misión investigará cómo las tormentas de polvo y otros fenómenos climáticos aceleran o ralentizan la pérdida de la atmósfera del planeta en el espacio.

China también está lista para hacer su debut en Marte. Para ello, el jueves pasado lanzó con éxito la misión Tianwen-1, que cuenta con un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover todo en uno, con 13 instrumentos para examinar el planeta rojo desde su órbita y superficie. Al arribar, Tianwen-1 analizará cómo se distribuye el hielo de agua en Marte, así como la evolución física del planeta y su habitabilidad en el tiempo. Esto último es crucial para la posibilidad de albergar alguna vez astronautas marcianos, considerando que los planes hasta ahora se proyectan para la década de 2030.

Cabe señalar que aunque se suponía que una cuarta misión, el rover europeo Rosalind Franklin, se uniría a esta flota marciana, el programa espacial se retrasó hasta 2022, en parte debido a la pandemia de coronavirus.

Boleto de ida

Estas semanas son críticas para el lanzamiento de estas naves espaciales, ya que es el período donde se abre una “ventana” entre la Tierra y Marte donde con menos distancia, es necesaria menos energía para el viaje. Ya con las misiones de Emiratos Árabes y China en el espacio, sólo queda el lanzamiento de Mars 2020 de la Nasa, programada para este jueves 30 de julio, con el rover “Perseverance” como gran protagonista.

Si todo va bien, "Perseverance" aterrizará en la superficie marciana en febrero de 2021 después de un viaje de siete meses y 55 millones de kilómetros y un descenso coreografiado a través de la escasa y tenue atmósfera marciana. Del tamaño de una camioneta, el rover llevará un conjunto de herramientas de vanguardia diseñadas para hurgar y sondear tanto la superficie como la atmósfera marcianas, mientras busca los componentes básicos de carbono de la vida y otros signos de microbios pasados.

Según los planes, se espera que el rover aterrice en "Jezero", un cráter de 45 Km de ancho al norte del ecuador de Marte, zona que alguna vez fue el hogar de un antiguo río entre tres y cuatro mil millones de años, depositando barro, arena y sedimentos. Los científicos de la Nasa creen que es el mejor lugar para buscar evidencia de la vida antigua en Marte.

Ingenuidad

Los chinos no son los únicos que piensan en analizar el clima marciano ante un eventual envío de astronautas. La Nasa también considera probar tecnologías enfocadas en futuras expediciones humanas, como un método para producir oxígeno, identificar recursos como el agua subterránea, caracterizar el clima, el polvo y otras condiciones ambientales.

Para ello técnicamente, la misión es un prodigio en cuanto a ingeniería. Bajo el módulo de aterrizaje de “Perseverance” se encuentra el mini helicóptero “Ingenuity”, que tiene como objetivo convertirse en el primer vehículo volador utilizado en otro planeta. La idea es que este dron proporcione una vista de pájaro que permita una mejor exploración en terrenos demasiado peligrosos o lejanos para explorar por el rover.

Pero la misión tiene sus riesgos, ya que Marte tiene una gran predilección por destruir robots enviados por humanos: de las docenas de intentos de orbitar o aterrizar en el planeta, sólo la mitad ha tenido éxito. En febrero, Perseverance utilizará una versión ligeramente modificada del sistema empleado con éxito por Curiosity, pero no es una garantía.

Una vez en Marte, el rover realizará una serie de experimentos y recogerá muestras de rocas a medida que explora el cráter. Después las dejará almacenadas para su recolección dentro de varios años, por un rover aún no construido pero que ya se encuentra en estudios por la Nasa y la Agencia Espacial Europea. De resultar, sería la primera vez que se tendrían muestras “frescas” desde Marte.