Algunas personas longevas —que viven hasta 100 años o más— han compartido su receta: dormir ocho horas, realizar ejercicio constante y comer saludable. Y si bien es cierto que son hábitos útiles para evitar enfermarse, ninguno de ellos asegura tener una vida más larga.

Así lo aseguró un extenso estudio, llevado a cabo por el líder internacional en el campo de longevidad humana, científico y profesor de medicina de la Universidad de Boston, Thomas Perls, que hizo un seguimiento a un grupo de 800 personas longevas y a sus familiares.

En él, descubrió la razón detrás de por qué algunas personas llegan a cumplir 100 años con buena salud, mientras otras fallecen mucho más jóvenes.

El secreto para tener una vida longeva (y que no tiene que ver con buenos hábitos)

El secreto para tener una vida longeva, según un estudio

Desde 1995, Perls examinó a 800 personas centenarias y descubrió que, además de los hábitos saludables, la razón por la que viven mucho más que el promedio es, en un 50%, por su genética.

Esta cifra se eleva más cuando sobrepasan los 100 años: las personas que tenían 106 años lograron llegar a esa edad gracias a un 75% de su genética.

Y es que, según el estudio, se logró identificar algunas combinaciones de genes que están asociados a una vida longeva, como la variante llamada apolipoproteína E gen (e2), que estaría protegiendo a los centenarios de enfermedades como el Alzheimer.

Esto quiere decir que, según Perls, el secreto de la longevidad se basa en la presencia de varios patrones genéticos y que la herencia genética es la mejor forma de predecir si una persona vivirá más o menos tiempo.

Si algún miembro de tu familia superó los 90 o 100 años, es probable que tú también puedas hacerlo.

Los buenos hábitos todavía importan para tener una vida longeva

A pesar del descubrimiento anterior, los expertos han asegurado que para tener una vida sana y larga, el cuidado de la salud física y mental sigue siendo importante.

De hecho, otra investigación, realizada por la doctora Claudia Kawas de la Universidad de California, encontró que las personas que llegan a los 90 años o más lo logran a través de los buenos hábitos.

Estos adultos mayores solían realizar al menos un poco de actividad física a diario, asistían regularmente a eventos sociales para compartir con otras personas y, además, tenían un consumo reducido de cafeína y alcohol.