“Jugar al ermitaño cuando todos te llaman es genial”, cuenta Emilio (no es su nombre real), un usuario de apps de citas que prefiere guardar su verdadera identidad. “El problema es que un día ya no suena más el teléfono”.

Por eso, comenzó a agendar encuentros con un perfil falso en Tinder. Aunque le fue mal: ninguna cita volvió a pasar de la primera.

Y luego, a las pocas semanas, la aplicación eliminó el acceso a su perfil.

Las apps de citas utilizan sistemas de verificación de identidad para evitar las cuentas falsas que mienten ante otros usuarios.

Aplicaciones como Tinder, Meetic o Hinge utilizan herramientas y procesos de revisión tanto manuales como automatizados para que los ciberdelincuentes no acrediten la identidad de un usuario.

En el caso de Hinge, la app utiliza el sistema “Selfie Verification” para que el usuario comparta un video para recibir el estado de “verificado” mediante tecnologías como Liveness Check y 3D Face Authentication.

Así, escanea su rostro y comprueba que se trata de una persona real, mientras otro mecanismo compara el rostro del video con las fotos de perfil.

Bumble, por su lado, tiene un sistema contra la suplantación de identidad muy parecido. Si bien en esta app de citas el pretendiente no tendrá que hacer un video, sí requiere de una selfie imitando la pose que aparece en pantalla.

Una vez subida la foto, la app hace el match con las fotos de la cuenta.

Tinder

Cómo las apps de citas Tinder y Grindr combaten a los perfiles falsos

La aplicación de citas con más descargas sigue siendo Tinder.

Mientras su competencia Grindr no utiliza sistemas de verificación con geometría facial, sí incluye otras fórmulas. Si el usuario creó su cuenta a través de un correo electrónico, el proceso de verificación consiste en enviar una foto sujetando una hoja con la dirección de mail asociada con la cuenta de Grindr escrita.

Ahora, si la cuenta fue creada a través de terceros, el usuario tendrá que enviar un selfie con una hoja en la que aparezca el ID de su dispositivo escrito.

Tinder, por su parte, posee varias herramientas contra cualquier conducta de carácter malintencionado.

Una de las técnicas es el “shadow-banning”, que consiste en volver una cuenta invisible para el resto de usuarios, que fue lo que le pasó a Emilio.

Esta regla se aplica en cuentas que la app de citas considera sospechosas, de acuerdo con sus propias reglas.

De todas formas, los internautas siempre pueden presentar denuncias ante situaciones de fraude o acoso.

El procedimiento habitual en estos casos es que el equipo de la plataforma tome medidas como la eliminación de la cuenta o, en ciertos casos, elevar la denuncia a la justicia.