Un Techo para Chile: el proyecto que partió con mediaguas y que ahora apuesta por las viviendas definitivas

<P>El pasado 22 de junio la fundación inició su campaña de invierno, para recolectar $ 2 mil millones que le permitirán, de aquí al Bicentenario, construir casas para las 20 mil familias que aún viven en campamentos. Hoy se enfocan en dar soluciones permanentes a las personas.</P>




un centenar de profesionales, como arquitectos e ingenieros.

Partieron con un proyecto puntual: construir 350 mediaguas para familias que vivían en campamentos en la VIII Región. Apoyados por el sacerdote jesuita Felipe Berríos, cerca de 200 jóvenes -que no alcanzaban a cursar el tercer año de universidad- se trasladaron a Curanilahue, provincia de Arauco, para ayudar a la gente de escasos recursos.

Eran estudiantes a quienes no importaba perder sus vacaciones de invierno. Estaban preparados y listos para soportar el frío y pasar horas bajo la lluvia. No vieron lo que se vendría: que estos "trabajos de invierno" se transformarían en lo que hoy es Un Techo para Chile.

El sacerdote Felipe Berríos recuerda que "cuando partimos no me convenció la idea de que los chiquillos fueran a pueblos y se saltaran las casas de los evangélicos y entraran sólo a la de católicos. Propuse que construyéramos una mediagua que se transformara en capilla. Ahí nació la idea de crear algo más. Y así hemos llegado a lo que hoy somos".

Meta: Bicentenario

Han pasado 12 años desde esa primera misión, y ahora la fundación -que se caracterizó por construir mediaguas- tiene un nuevo objetivo: terminar con los campamentos de todo el país de aquí al Bicentenario.

Bajo el lema "Una persona puede realizar grandes obras, pero un país entero puede cambiar la historia", el pasado 22 de junio, la fundación inició su campaña de invierno. Pretenden recolectar $ 2 mil millones, para garantizar la construcción de viviendas sustentables para cerca de 20 mil familias de campamentos que aún quedan por erradicar.

Juan Pedro Pinochet, gerente general de la fundación, dice que tras levantar más de 35 mil mediaguas, se inició una etapa en que los voluntarios vieron la necesidad de capacitar a los vecinos. Ahí cuando partieron con el proceso de habilitación social. "Nos dimos cuenta de que en todos los campamentos de Chile el común denominador era que querían salir de esa realidad y tener su casa definitiva", explica.

Es así como comenzaron con el proceso para que los vecinos pudieran adquirir su vivienda definitiva, "y progresivamente fuimos contratando jóvenes como arquitectos, abogados e ingenieros, para generar y potenciar esto", dijo Pinochet. Hoy la institución cuenta con más de 220 jóvenes profesionales y 2.500 voluntarios a nivel nacional.

Además, la fundación aprovechó los subsidios que entrega el Ministerio de Vivienda para generar condominios y entregárselos a los vecinos, que sólo deben aportar 10,5 UF. La vivienda que reciben es de 50 metros cuadrados, ampliables a 70. Hacia diciembre, 7.000 familias ingresarán al banco de proyecto del Serviu, 4.000 estarán en proceso de construcción y mil casas serán entregadas.

En el camino, la fundación reunió a profesionales de diversas áreas y se formó su consejo directivo, integrado por Anita Holuigue, Fernando Montes, Felipe Lamarca, Fernando Echeverría, Eugenio Tironi, Juan Sabag, Andrea Vial y Raúl Mejías.

Anita Holuigue, presidenta del consejo, cuenta que la meta se logrará "en la medida que Chile tenga la voluntad de cambiar su propia historia".

Fernando Echeverría asevera que "somos soldados de la causa del padre Berríos, y tratamos de apoyarlo. Esta es una meta ambiciosa, pero la gente será generosa".

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