La historia de Diego, el hermano de Nicolás Jarry que se abre paso en el tenis profesional

Diego Jarry, hermano de Nicolás Jarry, entrena junto a su abuelo Jaime Fillol en el Club de Tenis Providencia. Foto: Luis Sevilla Fajardo

El cuarto de los cinco hermanos se estrenó esta semana en el M15 de Concepción y superó sin problemas las clasificaciones. Estudia en Estados Unidos y busca una oportunidad del circuito. Su abuelo Jaime Fillol desmenuza a su nieto.



Esta semana, el Estadio Español de Chiguayante alberga el segundo M15 de la temporada en Chile, un certamen que está destinado a darles espacio a figuras emergentes del tenis profesional. Una de ellas, y que no estaba en los planes de nadie, es Diego Jarry Fillol, uno de los hermanos de Nicolás Jarry. En rigor es el cuarto de los cinco hijos de Cecilia Fillol y Allan Jarry.

El jugador de 20 años, a diferencia de su hermano que es el actual 19 del mundo, eligió el camino del tenis universitario en Estados Unidos después de haber jugado algunos torneos como junior. Actualmente defiende los colores de la Saint Mary’s College, casa de estudios ubicada en la localidad de Moraga, California, y compite en la División I de la prestigiosa NCAA. Además, estudia Business & Finance (negocios y finanzas).

“Mi hija Catalina estudió becada en esa misma universidad y también jugó tenis con ellos”, cuenta su abuelo Jaime Fillol, quien al igual que con Nico, se ha encargado de aconsejar y seguir de cerca la carrera de su nieto. “Le doy a entender que el tenis no es un fin, sino que es un medio. Y lo segundo que le digo es que hay que saber jugar”, comenta.

Diego Jarry, hermano de Nicolás Jarry, entrenando junto a su abuelo Jaime Fillol en el Club de Tenis Providencia. Foto: Luis Sevilla Fajardo

Sobre el camino que tomó el joven tenista, Fillol valora la decisión que tomó. “Diego no ha perdido el tiempo. Muchas veces ocurre que cuando aquellos jugadores toman la decisión de irse a estudiar a Estados Unidos la gente piensa que no van a ser tenistas. No hay que comunicar eso. Y en este caso lo que más valoro es que gracias a la invitación que le dio la Federación se puede mostrar otra cosa”, destaca.

En cuanto a su progreso en la cancha, el ex número 14 del mundo valora el buen nivel que ha ido adquiriendo en su estadía en el extranjero: “Lo he estado siguiendo bastante y sé lo que ha avanzado. Los jugadores universitarios en Estados Unidos juegan bien al tenis, son todos buenos y no hay nada regalado. Hay nivel y todo depende de que sepan aprovechar las oportunidades que se vayan presentando en el camino”.

Un debut de peso

Esto quedó de manifiesto en el certamen penquista, donde en su debut profesional superó de inmediato la qualy. Venció por un doble 7-6 al argentino Juan Estévez (1.165º ATP) en su estreno y luego se impuso por un contundente 6-1 y 6-2 al chileno Diego Ortiz Gamonal (sin ranking). Curiosamente y por cuestiones administrativas aparece en los registros con la bandera estadounidense, pero está haciendo las gestiones para cambiarla por la nacional.

Dueño de una estatura similar a la de su hermano (1,98), destaca evidentemente por su servicio. “Yo diría que la gracia que tiene es que compite bien y sabe jugar. Tiene un muy buen servicio, los Jarry tienen la suerte de ser muy altos, tienen mucha fuerza, son bastante coordinados y el saque les resulta papaya”, señala con orgullo el abuelo Jaime.

Diego Jarry, entrenando bajo la mirada atenta de su abuelo. Foto: Luis Sevilla Fajardo.

De hecho, cada vez que está en Santiago, es el extenista quien entrena con él. Lo hizo a fines de agosto en el Club Providencia y desde muy pequeño lo llevó a pelotear. Incluso, en 2013, cuando Rafael Nadal visitó Chile para jugar el ATP de Viña del Mar, el pequeño, por ese entonces de 10 años recién cumplidos, se dio el gusto de entrenar con la leyenda. “Esa vez alcanzó a pelotear un ratito con Rafa”, recuerda Fillol.

Y si bien en el cuadro principal cayó ante el segundo sembrado, el argentino Valerio Aboian (464º), por un doble 6-2, la experiencia le dejó varias cosas positivas. Eso sí, Diego no es el único de los Jarry que está dedicado al tenis, pues su hermano menor Sebastián, de solo 14 años también, también se abre paso, disputando algunos torneos juvenil. Y así el tenis se transmite de generación en generación.

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