Oficio contra mística

Llegó el día. El partido que nadie se quiere perder. Kiev, una ciudad de aproximadamente tres millones de habitantes, centro industrial y cultural de Europa del Este, se transforma en el centro del fútbol, porque la Liga de Campeones se define en su territorio. La historia y el oficio del Real Madrid de un lado; la historia y la mística del Liverpool por el otro. Dos clubes señeros en la Copa de Europa definen al campeón. Los merengues no quieren soltar la corona. Los rojos pretenden conseguirla luego de 13 años.

El Madrid llega a la capital ucraniana con el afán de retención, y conseguir el cetro por tercera vez consecutiva. Desembarca luego de una larga temporada, que incluye 61 partidos, con un registro de 38 victorias, 14 empates y nueve derrotas, 145 goles a favor y 68 en contra. Ha ganado tres trofeos en el curso, las Supercopas europea y española más el Mundial de Clubes. No obstante hay dos manchas grandes: la eliminación en cuartos de final de la Copa del Rey, a manos del Leganés, y la lejanía con el Barcelona en La Liga, acabando tercero a 17 puntos.

Por lo mismo, la evaluación de una temporada exitosa o desabrida será claramente marcada si gana o no la Champions. El camino hacia Kiev fue complejo y cubierto con las polémicas arbitrales, pero puede decir que eliminó a los campeones de Francia (PSG), Italia (Juventus) y Alemania (Bayern Múnich). De los 145 goles del Madrid, 44 son de Cristiano, quien se estableció en su faceta de finalizador de jugadas. El portugués asegura que se siente "de 23 años", aunque tenga 10 más.

Ayer, en la conferencia de prensa oficial, Zinedine Zidane puso distancia con el rótulo de favorito. "No es así. Pueden decir muchas cosas pero sabemos que no es así. No somos favoritos, ni el Liverpool tampoco lo es. Es un 50-50 como siempre en las finales. Dentro del vestuario no nos sentimos favoritos de nada", dijo Zizou.

El Liverpool disputó seis partidos menos que los blancos, con un registro de 31 triunfos, 16 igualdades y ocho caídas, 134 anotaciones realizadas y 60 recibidas. A la hora de hacer los goles en los Reds, el trío Salah-Firmino-Mané se lleva la preferencia. Entre los tres hicieron 90 de los 134, el 67%. Pocos tenían en sus cálculos que el plantel de Jürgen Klopp estuviera en la gran definición, porque entraron en la fase previa (superaron al Hoffenheim) y perdieron a Coutinho en mitad de la temporada. Las fichas inglesas estaban en el City, pero los de Anfield eliminaron a los celestes con asombrosa destreza.

"Estoy seguro de que en los segundos antes del partido, el Real Madrid estará más confiado que nosotros, pero nunca han jugado contra nosotros. Somos el Liverpool, este club tiene en su ADN luchar por grandes cosas, porque somos el Liverpool", declaró el estratega alemán de los Reds.

Será un cara a cara de dos de los mejores jugadores del mundo, dos que quieren llegar en lo más alto al Mundial. Cristiano Ronaldo y Mohamed Salah, carismáticos y talentosos pero distintos. El portugués es amo y señor de los flashes, el que acapara todo, el hombre gol de la Champions. El africano es la gran sensación, cuyo talento en su pierna izquierda alimenta no sólo las ilusiones británicas, sino también permite una pugna más abierta para el Balón de Oro. No son pocos quienes candidatean al Faraón, más aún si Liverpool es campeón. Se puede romper el duopolio Messi-CR7.

A ras de pasto también habrá un animado duelo, con entrenadores exitosos y de perfiles disimiles. Zidane, el artífice de una de las mejores épocas del Madrid, el mismo que aspira a su tercera Orejona al hilo, contra Klopp, el alemán que devolvió a los Reds a la elite a punta de un fútbol muy colectivo. Será su segunda final de Champions, añorando su revancha, luego de la derrota con el Dortmund en 2013.

Kiev los recibe. Se juegan más que una copa. Se juegan ser el mejor de Europa.