En octubre, el abogado quiere sumar una nueva maratón a su palmarés. Esta vez, en Chicago. El 4 de abril, Pablo Medina sufrió la experiencia más fuerte de su trayectoria laboral: con dos años en construcción, US$ 100 millones invertidos y un 33% de avance, la autoridad ambiental frenó, en Ñuñoa, el mayor proyecto que ha impulsado. Medina trabajó como abogado, fundó Actual y hoy es el controlador de Fundamenta, una empresa a la que ha intentado imprimir el sello católico que profesa. Espera retomar el proyecto paralizado pronto. “No podemos esperar el año”, afirma.