Las claves del descontento peruano con su clase política

Manifestantes toman fotos de la quema de un ataúd simulado dedicado a Boluarte, en Cusco. Foto: Reuters

Desde la destitución del Presidente Pedro Castillo, el país se encuentra sumido en un estallido social, que ya ha dejado al menos 20 muertos. Pero el malestar va más allá.


A más de una semana de que el Congreso destituyera al Presidente Pedro Castillo, en respuesta a la decisión de este de cerrar el Legislativo, lo que se trataba de una crisis política a la que los peruanos ya se encuentran acostumbrados se transformó en un estallido social, en el que los manifestantes piden el adelanto de elecciones, el cierre del Parlamento y la renuncia de la Presidenta Dina Boluarte.

Las protestas no han cesado, pese a que el gobierno decretó el estado de emergencia nacional y entregó el control del orden público a las Fuerzas Armadas. Ni siquiera un toque de queda nocturno en 15 provincias parece aplacar los conflictos. Desde que se iniciaron las movilizaciones, los fallecidos suman más de 20.

A continuación, las claves que explican la crisis política y social que se vive en Perú.

1) Destitución de Castillo

Tras la toma de posesión de Boluarte el 7 de diciembre, estallaron pequeñas protestas en Lima y en Apurímac, tierra de la actual Presidenta peruana. Luego le siguieron otros departamentos del centro y sur, como Junín, Cusco, Arequipa, Puno y Ayacucho. Las protestas están respaldadas por la mayor federación de sindicatos del país, la mayor asociación de indígenas de la Amazonía peruana y muchas organizaciones que representan a agricultores pobres, entre otros grupos. Muchos de ellos son partidarios de Castillo. Exigen el cierre del Congreso, la redacción de una nueva Constitución y nuevas elecciones. Algunos piden también la liberación del mandatario. Muchos señalan que la élite política es la responsable de la actual crisis, porque nunca le dieron la oportunidad de gobernar con éxito a Castillo. Hasta ahora no ha surgido ningún líder que unifique a los distintos grupos.

Partidarios del destituido presidente Pedro Castillo se manifiestan fuera de la cárcel de la policía donde permanece en prisión preventiva, en Lima. Foto: Reuters

Para el sociólogo Omar Coronel, fuera de Lima las manifestaciones se relacionan con los frentes de defensa, algunos sindicatos de trabajadores y sobre todo del magisterio, que son los más organizados. “Esto es lo que queda de los pocos tejidos organizativos en el país. En el Perú todo está muy, muy fragmentado y a nivel local tenemos, sobre todo, otro tipo de organizaciones, como frentes de defensa, juntas de regantes. Y los que están saliendo son organizaciones vinculadas a sectores agrarios, al magisterio, sobre todo al sindicato cercano a Castillo, organizaciones vinculadas a rondas campesinas en el norte. En el sur hay otros sectores de vecinos que no pertenecen a ninguna organización, pero sí les indigna mucho que el Congreso se haya quedado y que Castillo haya salido”, explica el experto en conversación con La Tercera.

2) Nuevas elecciones

El Congreso rechazó el viernes una reforma constitucional para posibilitar el adelanto de elecciones generales a fines de 2023, una iniciativa propuesta por Boluarte para contener la crisis. El Legislativo no alcanzó los votos necesarios para la reforma, que precisaba un mínimo de 66 votos y dar pie a un referéndum que comprobaría el respaldo a las elecciones, o al menos 87 votos para poder aprobarla con esa misma cuantía a favor en una segunda votación de la próxima legislatura. La propuesta buscaba realizar elecciones en diciembre de 2023, acortando el mandato de Boluarte previsto hasta mediados de 2026, una de las principales demandas de las protestas.

Partidarios de Pedro Castillo sostienen títeres que representan al presidente del Congreso, José Williams, de izquierda a derecha, la fiscal general, Patricia Benavides, y la nueva Presidenta de Perú, Dina Boluarte, durante una protesta en Lima. Foto: AP

“Las nuevas elecciones podrían dar lugar a una representación similar. Pero ahora estamos jugando a otro tipo de discusión en la que hay una degradación muy grande de muchas cosas en el país, confianza, calidad del Estado. Entonces, por lo menos la salida electoral señala un rumbo. Y cómo salir de la crisis mayor, haciendo mucho énfasis en las reformas legales o constitucionales, sin duda hay que mejorar la relación Ejecutivo-Legislativo. El principal problema es la ausencia de actores con compromiso con las reglas. Se ha polarizado la sociedad, se ha fragmentado y se ha llenado la representación de intereses particulares donde no hay políticos que miren el mediano plazo”, explicó a La Tercera el politólogo Eduardo Dargent.

3) Reforma constitucional

Si bien la convocatoria a elecciones es una de las principales demandas de los manifestantes, los especialistas señalan que sin cambios a las leyes electorales existirá la misma oferta política. Por lo que son consideradas un primer paso para restablecer la estabilidad. En conversación con La Tercera, la periodista y cientista política Francesca García recuerda cuando el expresidente Martín Vizcarra planteó la necesidad de una reforma, siendo uno de los planteamientos más fuertes el retorno a la bicameralidad. También reformas a la ley relacionada con la democracia interna de los partidos políticos. “Eran temas de fondo que no solo implicaban que ante una nueva elección cambiaran superficialmente las reglas del juego, sino que se buscaba hacerlo internamente. Los proyectos no procedieron en el Congreso”, indicó.

Miembros de comunidades indígenas y campesinos en lo alto de un camión participan en una marcha en Cusco, durante una protesta exigiendo la disolución del Congreso y la celebración de elecciones democráticas. Foto: Reuters

“Nosotros nos hemos enfrascado todos estos años en una serie de denuncias de corrupción, luchas entre Ejecutivo y Legislativo, y nunca se han abordado los temas de fondo”, añadió.

4) Desigualdad económica

Una cuarta parte de los 33 millones de peruanos vive en la pobreza. Naciones Unidas advirtió en noviembre que el país tenía la tasa de inseguridad alimentaria más alta de América del Sur, con la mitad de la población sin acceso regular a una nutrición suficiente. Así, esta crisis política se ha sumado al descontento popular que intentaba recuperarse de la crisis económica pospandemia en un país donde más del 70% de la población económicamente activa vive de la informalidad y el sub-empleo.

Para Dargent, “se ha debilitado la posición del Ejecutivo, se ha debilitado el control del Ministerio de Economía sobre ciertas reglas macro y mucha de esta estabilidad de ese ministerio y del Ejecutivo también taponeaba una serie de demandas y necesidades de reforma que podrían haber ayudado a reducir las tensiones en el país”.

Manifestantes bloquean una vía férrea en protesta por la destitución y arresto de Pedro Castillo, en Chilca. Foto: Reuters

“No es tan cierto que la economía y la política van por cuerdas separadas, ya veíamos un desgaste, un problema en la capacidad del Estado, en la capacidad de varios órganos del Estado, donde se nombró a gente incompetente o por beneficios particulares. También desde antes de Castillo, desde el gobierno de PPK ha habido un debilitamiento del Ejecutivo y su capacidad de manejo económico. El desgobierno, la polarización, en un Estado que tiene grandes fallas y una clase política que no se pone de acuerdo, polarizada, llena de actores particulares, da lugar a una situación en la que hay un costo frente a la inversión de mediano y largo plazo, el ahorro, la inversión en negocios”, concluyó.

5) Falta de partidos fuertes

Existe el consenso de que la ausencia de partidos políticos fuertes contribuye a la actual crisis política. El deterioro del sistema de partidos ha hecho que las últimas elecciones hayan sido bastantes fragmentadas.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.