$54 millones para peluches y $0 para liceo vulnerable: las alertas de los concejales por el desfalco de Cathy Barriga en Maipú

En las miles de fojas del expediente por el caso que sigue adelante la Fiscalía Oriente en contra de la exalcaldesa de Maipú Cathy Barriga (Ind.-UDI) hay una serie de actas integradas sobre los concejos municipales. La línea investigativa que se sigue con esos documentos da cuenta de las alertas instaladas en la instancia respecto a los abultamientos de presupuesto, la poca fiscalización y el mal gasto de recursos públicos.

En una oportunidad fue el edil del PC Ariel Ramos quien enrostró a la jefa comunal sus compras de peluches, versus los nulos compromisos con los estudiantes del Liceo Santiago Bueras, quienes no contaban con infraestructura para operar y que tuvieron que protagonizar una toma de su colegio para visualizar sus demandas.

Este y otros antecedentes son los que serán presentados por el Ministerio Público ante la Corte de Santiago, en la apelación a la medida cautelar de arresto domiciliario total dictaminada el jueves pasado por el Noveno Juzgado de Garantía de Santiago. Quienes conocen del escrito, que sería presentado este martes, dan cuenta de que se abordará la necesidad de cautela en un caso que es catalogado como “grave” por la reiteración de delitos de fraude al Fisco y cómo dicha conducta, además de la falsificación de estados financieros, llevó a la comuna de Maipú a tener un déficit de casi $31 mil millones tras la “era Barriga”.

No pocos en los pasillos del Palacio de Tribunales apuntan a la actitud que ha tenido en estos días la imputada, quien cambió su domicilio solo después de enterarse que estaría recluida las 24 horas del día. Y si bien durante todas las jornadas su defensa hizo referencia al departamento que tiene en la comuna de Maipú, apenas se dictaminó su arresto total, sus abogados ingresaron un escrito para informar que dicha medida cautelar se realizaría en el campo, en una amplia casa en la comuna de Peñaflor que cuenta con piscina. Esto llevó incluso al propio fiscal nacional Ángel Valencia a manifestar su molestia con aquellas situaciones en que la medida se cumple al costado de una “piscina”.

El 28 de febrero de 2018, seis años antes de verse involucrada en una causa judicial, Barriga -en su calidad de presidenta del Concejo Municipal de Maipú- daba cuenta de las buenas noticias para la comuna en esa temporada estival.

“Vamos a terminar el Maipool Party este sábado en la Piscina Municipal, así que quedan todos cordialmente invitados a este cierre del verano, en donde sin duda los protagonistas como dije son la familia y en especial los más pequeñitos; aprovechar también de saludar a nuestras mascotas oficiales Renacín y Smapita, que ya son una celebridad en nuestra comuna, sobre todo para los más pequeños”, se lee en el acta de aquella oportunidad.

Junto con eso la entonces jefa comunal dio cuenta de otra actividad, “‘Maipú Enamorado’, 14 de febrero, Día del Amor, ya nosotros tenemos la segunda celebración de este día tan especial y ustedes pueden ver que el amor mueve montañas y mueve sentimientos en nuestra comuna”. El año anterior había recibido críticas por una fotografía del “gabinete del amor”, en que aparecía dirigiendo la instancia junto a peluches, y Contraloría ya había iniciado una investigación por la compra de 30 mil ejemplares de Renacín y Smapita.

Como una forma de confrontar a la autoridad, el concejal Ramos en otra sesión dijo ¡basta ya! En medio de una discusión por la búsqueda de terrenos para feriantes y soluciones concretas para “coleros” de estos comercios, el edil tomó la palabra y sostuvo: “Deberíamos estar conversando con las organizaciones de los feriantes, debería estar conversándose también con los coleros para buscar una solución, pero en vez de eso ¿en qué se está gastando la plata del municipio?, ya ven el año 2018 $3.500.000.000 en indemnizaciones por trabajadores injustamente despedidos. ¿En qué está el municipio gastándose $56.000.000 en comprar peluches para repartirlos en las actividades municipales, en qué está el municipio organizando una actividad del Día de los Enamorados, entonces díganme ustedes si no va a dar rabia”.

En otra oportunidad el mismo concejal apuntó a la situación del Liceo Santiago Bueras, que estaba en toma por la falta de infraestructura. Esta es una hebra que tomó la fiscal Constanza Encina para dar cuenta a la justicia del mal gasto de recursos que debían ir a los más vulnerables, en este caso subvenciones escolares.

“En mi calidad de presidente de la Comisión de Educación, me quiero referir con preocupación a la toma que sostienen alumnos y alumnas del Liceo Santiago Bueras. Tuve la posibilidad de recorrer las dependencias del liceo y de esta manera empatizar con lo que están pidiendo a nivel comunal, que básicamente tiene que ver con reparaciones de infraestructura, material del techumbre del patio central de la cancha, del casino, también están pidiendo separadores en las duchas, dado que los alumnos y las alumnas no tienen privacidad, que es algo esencial”, sostuvo Ramos.

Una de las pruebas expuestas por el Ministerio Público en la audiencia de formalización de Barriga fue un audio de WhatsApp enviado por la jefa de comunicaciones, Camila Cornejo, a un grupo de los funcionarios de confianza para afectar al ahora exconcejal Ariel Ramos. En el registro se puede escuchar a Cornejo señalar: “Es importante que todos tengamos Twitter falso (…) Yo voy a inventarme un Twitter. Y esto lo mando aquí y aquí mismo lo borro. Hagámonos todos un Twitter falso (...) así pesados, duros. Inventen. Curado, drogrado, mentiroso, te encanta la tele. De verdad, hay que ser agresivo. A nivel, inventar da lo mismo. El Donoso infiel, te comí a tu secretaria. Saquémosle todas las yayitas al Gonzalo Ponce (…) saquémosle la hueás’ más cochinas. La guerra sucia nomás. Por Twitter nadie sabe quién es, así lo hacen los haters”.

Una de las últimas declaraciones tomadas por la fiscal Encina es justamente a una de las profesoras de este colegio, Erika Guerrero. En su testimonio asegura que “durante el gobierno municipal de Barriga, a modo general, la infraestructura era malísima. Los recursos pedagógicos eran escasos y los insumos de higiene básica eran pocos. Lo único que no podría negar era que les daba útiles escolares a los estudiantes. Al igual que les daba a los subvencionados”.

Agregó que “el colegio desde el año 2002 jamás se volvió a pintar hasta el año 2022 con Tomás Vodanovic. Los patios estaban desnivelados. Las raíces de los árboles antiguos quedaron expuestas, lo que provocó un sinfín de accidentes escolares y de funcionarios. El encielado, debido al material precario, provocaba desprendimiento de material, como fibra de vidrio. Como establecimiento, también teníamos problemas en los techos, filtraciones de agua con las lluvias y mal clima. La dinámica era algo así, la filtración de agua comenzaba en el segundo piso, luego esta agua acumulada hacía que cayeran los cielos, lo que finalmente deterioraba el piso”.

La docente explicó también que dicho establecimiento contaba con 85% de alumnos de estratos vulnerables. La Fiscalía le consultó “¿Cuál era el valor estimado de los arreglos que se debía invertir en el Liceo Santiago Bueras y Avaria para su arreglo?”. Ante lo que Guerrero dijo que “pensando solo en los techos, yo no soy experta y solo creo en los años 2017, 2018, con unos $100.000.000 (valor estimado) podríamos haber arreglado los techos y los cielos de las salas de clases y de los comedores. Esto sin contar el sistema eléctrico, nivelación de patios, sin contar tampoco los paneles divisores, las puertas, etc. De hecho, contar con pintura ya era considerado un lujo”.

Junto con esto expuso que “nos faltaba para la higiene. No teníamos cloro para limpiar ni papel higiénico. Había pero eran escasos. Estos temas eran recurrentes en los consejos de profesores”.

Finalmente, reflexionó que “cuando veíamos intervenciones de la alcaldesa, y los distintos shows mediáticos en general, nos provocaba mucha frustración, tanto al cuerpo docente como a los alumnos y apoderados. Muchos de nuestros niños sufren de abandono y nuestro rol como formadores educadores es darles una educación digna. La cual puede ser, a veces, su única oportunidad. Por ello nos esforzamos por cumplirlo, aunque sea con las mínimas condiciones de infraestructura y los pocos recursos pedagógicos y de higiene”.