Ser de izquierda es defender los DD.HH.

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El frontis del Museo de la Memoria

Cuando la derecha trata de relativizar la gravedad de los crímenes de la dictadura es inmoral, y cuando en la izquierda relativizamos las atrocidades de gobiernos afines, caemos en la misma inmoralidad y negacionismo.


En los últimos meses, los Derechos Humanos han vuelto a ser ampliamente debatidos en nuestro país, exigiendo definiciones a todo el espectro político. Así lo hizo, por ejemplo, el diputado Gabriel Boric, quien emplazó a la izquierda chilena a no tener un doble estándar en esta materia, particularmente cuando se trata de juzgar a otros gobiernos afines ideológicamente. Y si bien la derecha chilena intenta instalar que defiende los DD.HH., no logra ser convincente.

Por un lado, el gobierno retiró el proyecto de ley que establecía reparaciones para víctimas de la dictadura y, por otro, la bancada de Chile Vamos mostró su cara más retorcida con las crueles palabras del diputado Ignacio Urrutia (UDI), quien calificó de terroristas a las víctimas de la tortura, desaparición y genocidio.

En el Chile de hoy el negacionismo no tiene cabida, nuestra sociedad considera inaceptable tener un ministro de Cultura que califica de "montaje" al Museo de la Memoria. Tanto, que el Presidente Piñera tuvo que dar pie atrás en su nominación.

Este debate tuvo una expresión aún más clara cuando nos enteramos de que la Corte Suprema había dejado en libertad a personas condenadas por crímenes de lesa humanidad, generando tal nivel de rechazo que provocó una inédita acusación constitucional en contra de tres de sus jueces.

Es por todo lo anterior que en la izquierda no podemos caer en la misma hipocresía de la derecha. Debemos ser categóricos en defender con fuerza los DD.HH. cada vez que son violentados por el Estado Chileno, y también debemos hacerlo cuando son violentados por otros estados, dado que los Derechos Humanos tienen un carácter universal y solidario.

No es aceptable, por ejemplo, que dirigentes de izquierda desestimen las conclusiones respecto de la crisis que actualmente se vive en Nicaragua de organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional o como la que conocimos ayer del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Cuando la derecha trata de relativizar la gravedad de los crímenes de la dictadura es inmoral, y cuando en la izquierda relativizamos las atrocidades de gobiernos afines, caemos en la misma inmoralidad y negacionismo.

Ante semejante contradicción histórica, es imperante decir que en Revolución Democrática condenamos las violaciones a los Derechos Humanos en cualquier lugar y momento. No hay dobles lecturas, no hay matices, no hay contextos ni justificación alguna. Si alguien que se declara de izquierda tiene el atrevimiento de dudar de esto, es porque no ha entendido que ser de izquierda es esencialmente defender los Derechos Humanos.

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