Las esquirlas internas que dejó la primera prueba de fuego del “nuevo” Frente Amplio

La postura del bloque en la votación por la presidencia de la Cámara de Diputados generó cuestionamientos internos. Varios han manifestado el error de, al menos, no medir las consecuencias al no respaldar la carta de la DC. Además, en algunos sectores se ha vuelto a abrir de a poco un debate que ya se daba por cerrado: la disposición a llegar a acuerdos con otras fuerzas de la centroizquierda en distintas materias.


Fue en el almuerzo del conglomerado, luego de la votación por la mesa de la Cámara de Diputados, que los parlamentarios del Frente Amplio abordaron lo que, minutos antes, había ocurrido en el hemiciclo. Esa mañana, la centroizquierda no pudo imponer su mayoría y sufrió la derrota del candidato del sector para presidir la testera, Gabriel Silber (DC), y de la carta para la primera vicepresidencia, Karol Cariola (PC), lo que provocó que la mesa de la corporación quedara en manos de Chile Vamos y se rompiera el pacto administrativo del sector al que habían arribado en 2018.

De inmediato, los dardos de la Democracia Cristiana apuntaron a sus pares frenteamplistas como los culpables del embrollo y los acusaron de no haber respaldado a Silber. Mientras, desde el FA aseguraron que los democratacristianos habían insistido en presentar un candidato que no concitaba el respaldo opositor, lo que había sido advertido por ellos.

De esta manera, durante ese almuerzo, los diputados frenteamplistas realizaron un agudo debate. Según explican algunos de los presentes, en ese encuentro los parlamentarios hicieron una autocrítica y, algunos de ellos, afirmaron que no “se habrían medido bien” las consecuencias de no apoyar a Silber, esto a pesar de que la mayoría recalcó que el DC no era un candidato de su gusto y que la propia DC había sido el origen del conflicto.

Desde el Partido Liberal –colectividad que previamente había manifestado que respetarían el acuerdo de la oposición- les manifestaron a sus pares que, a su juicio, se había cometido un “error”, advertencia que habían hecho incluso antes de la polémica votación.

Así, la discusión sobre los efectos de la elección de la mesa de la Cámara ha sido tema recurrente en los círculos frenteamplistas y ha vuelto a abrir de a poco un debate que, a estas alturas, ya se daba por cerrado con la nueva reconfiguración del bloque: la negativa de algunos sectores a llegar a acuerdos con la centroizquierda en distintas materias. El año pasado, fue esta misma discusión la que provocó diversos conflictos al interior del conglomerado, lo que incluso generó la formación de este “nuevo” Frente Amplio, tras la salida del Partido Humanista, el Partido Ecologista Verde e Igualdad, en el marco del debate por el estallido social.

En ese sentido, según algunos parlamentarios, aún existen sectores en el bloque que no son proclives a la búsqueda de acuerdos con otras fuerzas políticas, lo que dificultaría la relación con el resto de la centroizquierda y lo que, además, los haría “pagar costos” públicamente.

De hecho, en algunas colectividades existe el análisis de que el haber dejado caer a la carta de la oposición fue muy “difícil de justificar”, y eso quedó demostrado con el hecho de que nadie pudo explicitar sus razones públicamente. Si bien en el bloque persistían los reparos respecto de Silber, por el episodio de una supuesta violencia intrafamiliar en el que había sido involucrado el año pasado a través de un correo electrónico anónimo, eso no fue expresado abiertamente, lo que para algunos en el bloque también fue un error.

“Como FA hemos logrado una sinergia importante el último año. Somos una pluralidad diversa, con capacidad de empujar demandas sociales conjuntas, cuestión esencial. Sin embargo, siento que ha faltado atrevimiento, que muchas veces le hablamos a lo meramente posible, cuando se trata de empujar sentidos comunes cada vez más mayoritarios”, aseguró el jefe de bancada de Convergencia Social, Diego Ibáñez. Y agregó: “En lo medular, el FA está en un momento interno de permanente diálogo y reflexión, sin mayores conflictos. El desafío sigue siendo construir mayorías allá afuera, donde la confianza se juega en la empatía y el atrevimiento".

La “solicitud de transparencia” a la bancada de RD

Según diferentes diputados de Revolución Democrática, desde la caída de Silber, la relación al interior de la bancada ha estado “compleja”. Y, si bien todos concuerdan en que era “muy difícil” votar por el democratacristiano y que fue “injusto” que se responsabilizara al conjunto del FA y no a toda la oposición, en la colectividad también existen diferentes evaluaciones sobre el tema.

De hecho, al día siguiente de la elección, el consejo político de RD le solicitó a la bancada, a través del jefe de comité Giorgio Jackson, que cada uno transparentara su votación. Esto, debido a que tres días antes, los parlamentarios habían llegado a un acuerdo: votar en primera vuelta por el DC Víctor Torres y, para la segunda, por Gabriel Silber.

Así, cada uno de los diputados tuvo que enviar una carta a la colectividad para explicar su votación. De esta manera, según los recuentos del partido, Jackson, Catalina Pérez, Pablo Vidal, Miguel Crispi y Natalia Castillo emitieron su voto por el democratacristiano, mientras que Jorge Brito -quien, según cuenta, había notificado a la bancada semanas antes que no respaldaría a Silber- aseguró que votó en blanco. La diputada Maite Orsini, en tanto, hasta el domingo no había transparentado su votación.

La pérdida de confianza con el resto de la oposición

Desde que se dio la votación se inició una “guerra” de declaraciones entre parlamentarios del Frente Amplio y representantes de la Democracia Cristiana, fundamentalmente su presidente Fuad Chahin. Desde la colectividad de la flecha roja han insistido en que el Frente Amplio “incumplió su palabra" y el dirigente ha apuntado a la inmadurez del bloque, asociándolos en más de una oportunidad a un “jardín infantil".

Pero no solo es en la DC. Cabe recordar que el mismo día de la votación en una de las comisiones del Senado -y cuando los micrófonos seguían “abiertos”-, se abordó distendidamente la situación. Ahí el senador Juan Pablo Letelier (PS) en conversación con la presidenta del Senado, Adrian Muñoz (PPD) trató a los diputados del bloque de “lesos” y “niños", mientras que la legisladora sostuvo que “no cachan la política”.

Es ese mismo estigma el que también se ha conversado al interior del bloque. Desde los otros partidos de la oposición han manifestado que actitudes como las del Frente Amplio hacen perder las confianzas y en el Frente Amplio saben de esas aprensiones. Por eso, hay varios que se han empeñado en dar señales de unidad. Ejemplo de eso fue la declaración que impulsó RD para un consenso del sector y recuperar la mesa de la Cámara. No obstante, la iniciativa no tuvo el respaldo esperado.

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