Toneladas de ropa podrían terminar en relleno sanitario: el problema que sumó el municipio de Viña del Mar a raíz del incendio

Foto: Dedvi Missene

En el centro de acopio textil municipal trabajan contra el tiempo -y con poco personal- para clasificar las prendas y evitar que termine en el relleno El Molle. Solo quedan tres semanas para que venza el plazo que dio el Minsal para realizar la operación. "Debemos concientizar que la ayuda no es sinónimo de limpieza de bodega”, dice la alcaldesa Ripamonti.


A fin de mes vence el plazo que el Ministerio de Salud (Minsal) le dio al municipio de Viña del Mar para mantener almacenada en la Escuela República del Ecuador la ropa que recibió en donación a raíz del incendio del 22 de diciembre que dejó a 403 familias damnificadas. Y eso se ha transformado en un pequeño gran problema para el gobierno local, que encabeza la alcaldesa Macarena Ripamonti (RD), pues no hay capacidad para evaluar y si vence el plazo, mucha ropa podría terminar en un relleno sanitario.

“Por disposición de la autoridad sanitaria, nos ha sugerido que (el acopio) sea un máximo de tres semanas. Porque necesitan tener ciertas condiciones, tiene que circular el aire. Esas condiciones hasta el momento están. De aquí a fin de mes debiéramos tener todo esto resuelto” dice Luis Pulgar, coordinador de acopios de la municipalidad.

La semana pasada en la escuela contabilizaron al menos 6.448 kilos de ropa, sin contar aquellas vestimentas ya clasificadas para donación. Y se estima que a partir de esta semana la cifra se triplique, dado que la escuela fue destinada como único centro de acopio textil y sigue recibiendo donaciones de otros establecimientos.

Pero para Catalina Herrera, colaboradora y coordinadora de los voluntarios, la cifra es mayor. La directora de Planeta Hoy estima que en el recinto hay al menos 14 toneladas de ropa, apiladas en bolsas y que un grupo reducido de ayudantes se dedica a ordenar.

La tarea es ardua y hay pocas manos. La alcaldía liderada por Ripamonti ha destinado a diez funcionarios municipales para gestionar la clasificación y destino de las vestimentas, que solo recibieron entre el viernes 23 y sábado 24 de diciembre (fin de semana del siniestro).

Herrera, quien también colaboró en el incendio de diciembre de 2019 en Valparaíso, señala que necesita al menos 20 personas diarias para cumplir la meta, es decir, para organizar todo durante enero. En la mañana de este lunes solo cinco voluntarios habían llegado al establecimiento.

Desde la municipalidad dicen con esperanza que la idea es que ni un kilo de ropa termine en el relleno sanitario El Molle (Valparaíso), hacia donde, por contrato, el municipio envía sus residuos. El objetivo es para evitar la contaminación asociada a la fast fashion (moda rápida).

“La industria textil es supercontaminante y tiene una huella ambiental y social, de esclavitud humana. Es terrible que la ropa se vaya a la basura. Esa ropa costó esfuerzo de personas, que la hicieron, que cosecharon, que se contaminaron con los pesticidas. Y además ambientalmente hay un costo grande de cómo se hizo, cómo se transportó, la huella de CO2. Que se vaya al relleno es un problema también (...) porque genera una capa de impermeabilidad. Técnicamente, para el relleno sanitario es un problema. Es un monomaterial. Además le estás quitando volumen de vida útil, con cosas que se deberían poder utilizar”, explica Herrera, bioquímica y con estudios en Ciencias de la Ingeniería y Ecodiseño.

En el patio de la Escuela República del Ecuador, un grupo de colaboradores clasifica la ropa donada por el incendio. Foto: Dedvi Missene.

También se busca reutilizar o reciclar

Hasta el momento, el emprendimiento Store Recicla2 ha retirado del colegio 1.200 kilos de ropa en mal estado, que va a sanitizar y triturar (en un proceso denominado infrarreciclaje) para luego utilizar de insumo en almohadas y peluches. Otros 1.961 kilos de ropajes, en buen estado pero rotos, han sido recogidos por emprendedores locales, quienes reutilizarán las telas para fabricar otras prendas (suprarreciclaje).

Asimismo, el municipio ha entregado vestimenta nueva y en buen estado a las familias damnificadas, según la demanda que informan los encargados territoriales en las zonas afectadas por el incendio. Pero dentro de lo donado, los voluntarios se han encontrado con ropa interior sucia, con fecas e incluso otro tipo de materiales como toallas higiénicas. Otras prendas aparecen con hoyos u hongos.

La alcaldesa Ripamonti comenta a La Tercera PM que “hemos pasado tristezas por el ‘lado b’ de esta ayuda. Tomemos conciencia y no volvamos a humillar a personas que lo perdieron todo. Nadie está libre de sufrir una catástrofe y quedar, literalmente, con lo puesto. Por eso y por empatía debemos concientizar que la ayuda no es sinónimo de limpieza de bodega”.

Para el municipio, la colaboración de las personas sigue siendo urgente: “Necesitamos voluntarios para clasificar esto lo más rápido posible y hacer llegar las prendas a las personas que lo necesitan. Y luego continuar con el proceso del reciclaje”, dice Pulgar.

El viernes había “alrededor de 20. La cantidad de voluntarios ha disminuido considerablemente, un 90% desde Navidad y Año Nuevo. El jueves había 12 y antes teníamos 120″, agrega el encargado, quien recuerda que en la página del municipio hay un formulario para la inscripción de los interesados.

Edda Peirano, una de las colaboradoras, explica qué la llevó a participar en esta labor: “Hice un flash back de imágenes del incendio del 24 de diciembre de 2019 en Valparaíso, donde también fui voluntaria, y de la ropa en el desierto y la que veo en las calles diariamente junto a los tachos de basura. Imposible no poner algunas horas de mi tiempo para evitar que se vayan al relleno sanitario. No olvido que hay buenas intenciones de quienes la donaron, pero claramente, sin que nos demos cuenta, hay un lado oscuro de aprovechar de deshacerte de lo que no quieres y esto nos deja un tremendo problema que se va repitiendo en cada desastre que vive el país”.

Desconozco cuál va a ser la salida en ese momento (si no se logran clasificar todas las donaciones), pero la intención es que se vaya lo menos posible al relleno sanitario”, señala el coordinador de acopios. Y añade: “Vamos a convocar a todas las organizaciones que nos puedan ayudar con esto”.

Foto: Dedvi Missene.

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