Las dudas que genera la misión liderada por Kenia que será enviada a Haití a combatir las pandillas

Marcha de pandilleros contra el primer ministro Ariel Henry en Puerto Príncipe. Foto: Reuters

La aprobación de una fuerza de seguridad multinacional para enfrentar la grave crisis en Haití genera escepticismo, considerando las ya más de 10 misiones que se han sucedido en el país caribeño.


Con 13 votos “a favor” de sus 15 miembros, el lunes el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad de Haití. Liderada por Kenia, esta misión tendría un año (y nueve meses de prórroga posible) para desarmar a las pandillas que, de momento, controlan el 80% de la capital y aterrorizan a todo el país.

Esta misión, sin embargo, no es la primera en el país caribeño: ya en 1993, una “Misión Civil Internacional” en Haití, la MICIVIH, intentó llevar paz y estabilidad al país. Con el fin, hace seis años, de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH), ya van más de 10 misiones que no han podido establecer una paz duradera en la nación caribeña.

La resolución aprobada por la ONU este año propone una fuerza multinacional que provea apoyo a la policía haitiana. Esto incluirá conducir operaciones conjuntas contra las pandillas, proteger “sitios de infraestructura crítica” como hospitales y puertos, y ojalá, establecer un nivel de seguridad que pueda conducir “a elecciones libres y justas”. Las últimas elecciones presidenciales registradas en Haití tuvieron lugar en 2016, cuando fue electo Jovenel Moïse, asesinado en 2021.

Policías haitianos en un convoy para el funeral de otros tres oficiales asesinados por las pandillas. Foto: Reuters

Todo el siglo XX en Haití está marcado por distintas intervenciones extranjeras. Entre 1915 y 1934, Estados Unidos invadió la isla, mandando soldados y administradores militares. Ya con el apoyo de la ONU, un primer contingente multinacional llegó a Haití en 1990 para vigilar las elecciones, que terminaron dándole la victoria a Jean-Bertrand Aristide.

De ahí, otras intervenciones militares norteamericanas tuvieron lugar en 1994 y 2004, con el fin de “defender la democracia” y restaurar el orden. Según BBC, “las intervenciones hicieron que muchos haitianos se volvieran desconfiados respecto a la interferencia extranjera, sobre todo si incluía a Estados Unidos”.

Tampoco las misiones de paz de la ONU escapan de la controversia. Durante la MINUSTAH, misión que estuvo en el país entre 2004 y 2017, hubo una epidemia de cólera de la cual se culpa a las tropas de Nepal, y que tuvo lugar un poco después del terremoto de 2010. Durante mucho tiempo, las Naciones Unidas se negaron a reconocer que las mínimas prácticas de sanitización de los enviados de paz fueron las que empezaron la epidemia.

Incluso una intervención humanitaria, que fue liderada por Estados Unidos a causa del terremoto de 2010, generó debates respecto a la dependencia de Haití en la ayuda extranjera, además de acusaciones de abusos por parte de trabajadores y enviados de paz.

Encuentro entre el primer ministro de Haití, Ariel Henry, el canciller de Kenia, Alfred Mutua, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Foto: Reuters

Hoy, a pesar de tantas misiones, las pandillas han tomado el control del país, sobre todo luego del vacío de poder que dejó el asesinato del presidente Jovenel Möise en 2021. Según estimaciones, el crimen organizado, en sus distintos grupos, controla el 80% de la capital, Puerto Príncipe, extendiendo su influencia también en las áreas rurales.

Estas bandas, con nombres en criollo haitiano como “Kraze Barye” (Barrera-Aplastadora) y “Gran Grif” (Gran Garra) han estado robando, saqueando, extorsionando, secuestrando, violando y matando durante los últimos dos años. Portando armas automáticas traídas de contrabando en su mayoría desde Estados Unidos, los pandilleros a menudo están mejor armados que la policía local y, en ocasiones, hasta queman sus vehículos y estaciones, detalla la BBC.

La actual misión, aprobada el lunes por la ONU, genera escepticismo entre algunas organizaciones. Samuel Madistin, director de la organización por los Derechos Humanos Fondasyion Je Klere, comentó a The Washington Post: “No necesitamos turistas. Necesitamos una fuerza capaz de hacer retroceder a las pandillas, y que asista en la reunificación de nuestro territorio nacional”. A su parecer, es complicado que la misión logre “algún resultado de seguridad duradero”, especialmente si no tiene la capacidad militar ni se enfoca también en la reconstrucción de instituciones claves, como un poder judicial independiente y una fuerza policial.

James Beltis, del grupo de oposición Montana Accord, aseguró que la autorización de la misión es un “retroceso”: “Parece que seguimos estancados en la misma solución que se viene usando en los últimos 30 años. Desde una perspectiva política, esto parece un apoyo al actual gobierno”, declaró a The Washington Post.

En tanto, el embajador de Rusia en las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, se refirió a la abstención de su país frente a la misión: tanto Rusia como China no votaron, pero tampoco se opusieron a la resolución. “La historia de Haití está llena de una interferencia extranjera irresponsable. Eso ha dado paso al círculo vicioso que los haitianos no han podido superar en todos estos años. Autorizar otro uso de la fuerza en Haití, sin un entendimiento preciso de los parámetros de la misión, es algo de corta vista”, indicó.

Jimmy "Barbecue" Cherizier, el líder de la coalición de pandillas G9, en una marcha contra el gobierno haitiano. Foto: Reuters

El liderazgo de Kenia podría ser un factor que cambie el resultado de la misión: el país africano, que ya tiene un historial de mandar enviados de paz, ofreció en primera instancia mil efectivos a Puerto Príncipe. Nairobi aseguró que quiere participar en la “reconstrucción” del país.

“Esta resolución no se trata solo de paz y seguridad, sino de reconstruir Haití, tanto su política como su desarrollo económico y su estabilidad social”, aseguró el canciller keniata Alfred Mutua. En una entrevista para la BBC, Mutua comentó que luego de una visita a Puerto Príncipe, Kenia pasó de solo enviar mil efectivos a proponerse como el país que liderará la misión internacional. “Haití miró alrededor y dijo ‘Kenia, ayúdanos’. No se lo pidieron a otro país. Hemos decidido hacer la voluntad de Dios y asistir a nuestros hermanos y hermanas”, indicó el diplomático.

Bahamas, Jamaica, Antigua y Barbuda dijeron que participarán en la misión y el canciller de Kenia añadió que es probable que España, Senegal y Chile también desplieguen personal de seguridad. Mutua dijo que esperaba que la fuerza estuviera instalada a principios del próximo año.

Por su parte, la BBC indicó al respecto: “Algunos comentaristas han dicho que Kenia estaría cumpliendo las órdenes de Estados Unidos, y espera ganarse el favor de la superpotencia mundial”. El gobierno de Joe Biden ha prometido enviar 100 millones de dólares más otros 100 millones de dólares del Departamento de Defensa en forma de inteligencia, puentes aéreos, comunicaciones y asistencia médica, detalló The New York Times. Canadá también ha ofrecido financiamiento.

En una carta abierta al Consejo de Seguridad de la ONU en agosto, Amnistía Internacional dijo que estaba preocupada por el plan, debido al historial de la policía de Kenia de responder usando fuerza excesiva e innecesaria. Según The New York Times, Kenia ha sido criticada por cometer abusos contra los derechos humanos y actos de corrupción en otros países donde ha desplegado fuerzas.

“Históricamente, las intervenciones no han mejorado las cosas, e históricamente las han empeorado”, afirmó Alexandra Filippova, abogada principal del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití, un grupo de defensa legal. “Esto estabilizará a un gobierno represivo corrupto e ilegítimo, que es responsable de crear y perpetuar la crisis”, señaló citada por The New York Times.

La policía hace guardia mientras el expresidente haitiano Michel Martelly sale después de comparecer ante el juez de instrucción en el caso del asesinato del mandatario Jovenel Möise, en Puerto Príncipe, el 3 de octubre de 2023. Foto: AP

Dos importantes grupos haitiano-estadounidenses le escribieron al gobierno de Biden oponiéndose al plan de Kenia, afirmando que servirá para “exacerbar su actual crisis política hasta convertirla en una catastrófica”.

Además, señala la BBC, la barrera del idioma ha generado algunas preocupaciones: en Haití se habla predominantemente francés y criollo haitiano, mientras que en Kenia los idiomas más hablados son el inglés y el suajili.

Los kenianos necesitarán trabajar estrechamente con la policía local haitiana, comenta la cadena británica. La ayuda también puede provenir de un movimiento de vigilancia antipandillas conocido como “Bwa Kale(Madera Afeitada), que ha matado a varios cientos de pandilleros en los últimos meses, a menudo linchando y quemando a los sospechosos en público.

Las bandas criminales ya han reaccionado al envío de la misión internacional. Un reconocido líder de una pandilla haitiana, el expolicía Jimmy Cherizier, alias “Barbecue”, ha advertido que resistirá cualquier fuerza extranjera si ésta intenta mantener en el poder al primer ministro de la nación caribeña, Ariel Henry.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.