Una derrota que acentúa la crisis en el PT

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Seguidores del PT en un acto en Brasilia, el viernes. Foto: AP

La caída de Fernando Haddad se suma al impeachment de Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula da Silva.


En la víspera del balotaje, los partidarios de Jair Bolsonaro dejaron sentir toda su rabia contra el Partido de los Trabajadores (PT). Frente la residencia del candidato del Partido Social Liberal (PSL) instalaron un mono inflable gigante con traje de preso y la cara del expresidente Lula en el bandejón central de la Avenida Lúcio Costa, en Barra de Tijuca, Río de Janeiro. Es el ya famoso "Pixuleco", que en portugués significa dinero sucio. El mismo al que uno de los bolsonaristas en el lugar decidió agarrar a patadas mientras gritaba: "Son todos unos ladrones".

Es este fuerte antipetismo, derivado del desprestigio en que cayó el partido tras el caso de Lava Jato, al que muchos atribuyen la derrota sufrida ayer por el candidato presidencial del PT, Fernando Haddad. Un revés que viene a acentuar el mal momento que vive la colectividad de izquierda tras el impeachment sufrido en 2106 por la entonces Presidenta Dilma Rousseff y la condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción que cumple Lula desde abril pasado.

Una crisis que también se ha dejado sentir en la representación parlamentaria y de gobernadores del partido. Tras las elecciones del 7 de octubre, donde se renovaban los 513 diputados federales, el PT y el PSL eligieron el mayor número de representantes a la Cámara Baja. Sin embargo, el PT se contrajo de 69 a 56 legisladores y el PSL aumentó de uno a 52.

En el Senado, que renovó dos tercios de sus 81 escaños, el PT pasó a ser la quinta minoría, al bajar su representación de 13 a seis escaños. Dilma Rousseff no logró ganar uno de los dos cupos por el estado de Minas Gerais, a pesar de que era favorita en los sondeos previos. Quedó en cuarto lugar, con un 15,35% de los votos.

En primera vuelta, el PT reeligió tres gobernaciones en el nordeste: Ceará, Piauí y Bahía. Y en la segunda vuelta de ayer la candidata del partido se imponía en Rio Grande do Norte. Con todo, los petistas perdieron espacio en los comicios de este año, ya que en 2014 la colectividad eligió a cinco gobernadores.

Pese a este retroceso, "el partido continúa como el más grande del país y tras esta aventura inimaginable que será un gobierno de Bolsonaro, el PT podría ser una alternativa de nuevo", explica a La Tercera Lincoln Secco, historiador de la Universidad de Sao Paulo y autor del libro Historia del PT.

Una opinión similar manifiesta Maria do Socorro Braga, cientista política de la Universidad Federal de São Carlos. "Creo que la ida a la segunda vuelta dio un nuevo impulso al PT. Pese a la derrota en el balotaje, tendrá suficientes condiciones para representar una fuerte oposición al gobierno, atrayendo a partidos y políticos hacia su campo de influencia. El Partido de los Trabajadores será el catalizador y organizador de un fuerte campo más a la centroizquierda de lo que quedó de nuestro sistema partidista", señaló a este medio.

Sin embargo, Secco cree que el PT "tendrá que reinventarse y buscar alianzas". "En caso de que Brasil entre en un modelo autoritario, tal vez sea necesario incluso una Concertación al estilo de la de Chile. Y con sectores de centro. Va a depender del grado de violencia del gobierno de Bolsonaro", concluyó.

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