José Andrés Murillo: "Es la primera vez que hay un reconocimiento de la responsabilidad de la Iglesia"

josé andrés murillo

La víctima del exsacerdote Fernando Karadima criticó la ausencia de medidas concretas para llevar a cabo los anuncios de la Iglesia. También, dice, está la falta de intenciones para investigar "de manera seria" porqué ocurren estos casos.


A pocas horas del término de la cumbre para tratar temas de protección a menores en la Iglesia, convocada por el Papa Francisco en el Vaticano, José Andrés Murillo, director de la Fundación para la Confianza, habló con La Tercera respecto de sus apreciaciones de esta actividad que reunió a obispos de todo el mundo.

¿El encuentro cumplió sus expectativas?

La Iglesia perdió hace décadas la oportunidad de ser lo que debía ser en la lucha contra el abuso, culpabilizando a las víctimas, tratándolas de enemigas, revictimizándolas de manera inaceptable. Dicho esto, es la primera vez que hay un reconocimiento de la responsabilidad de la Iglesia. Pudo haber sido mejor, más profundo, es cierto. Sin embargo, de forma inédita la Iglesia se somete a un escarnio así de fuerte, público, sin defenderse ni justificarse.

¿Cuáles son, a su juicio, los puntos fuertes que tuvo la cumbre?

Algunos de los temas que el Papa Francisco trató en esta cumbre los conversamos con él personalmente en nuestra visita al Vaticano en abril de 2018. Espero que hayan sido útiles.

Para mí lo fuerte es que se escucha un progresivo cambio en el discurso. Y la realidad está hecha de discursos, por lo que es valioso que parta por ahí. El norte está puesto en que la Iglesia sea un refugio para las víctimas de abuso sexual y ya no más en refugio de los abusadores. Es una intención muy lejana aún a la realidad, pero valoro que lo diga.

Además, es valioso que se tome en cuenta a la ONU y otras organizaciones internacionales de Derechos Humanos de la niñez. Hasta hace muy poco tiempo la Iglesia las cuestionaba. Esto es un cambio importante.

¿En qué aspectos estuvieron débiles?

La falta de medidas concretas para llegar a ser y realizar lo que se declara. Pero entiendo que el camino tendrá que recorrerse paso a paso. A pesar de ser una institución tremendamente jerárquica, una monarquía, entiendo que el Papa quiere democratizar un poco más la manera de manejar la Iglesia, pero queda la sensación de discursos poco fértiles, palabras bonitas sin realidad. Eso puede ser nefasto porque confirmaría el doble discurso, la disociación que parte del abuso.

También la falta de intenciones de investigar de manera seria y profunda las causas que hicieron posible que en la Iglesia se cometan abusos, el encubrimiento, la impunidad, la revictimización y la invisibilización de las víctimas. Se habla como si fuera obvio, pero no lo es. Es fundamental que se llegue al fondo del problema, puesto que, si no se hace, es altamente posible que se repita, se replique, incluso se extienda de manera silenciosa, con la fantasía de haber hecho algo serio.

Durante el encuentro, el Papa por un lado mostró videos con testimonios de las víctimas y, por otro, afirmó que quienes acusan a la Iglesia son "amigos del diablo". ¿Cree que está dando señales equívocas a las víctimas de abusos?

Es parte de la complejidad del problema. Es inaceptable maltratar a las víctimas, y eso ocurre cuando se llevan mal lo procesos como ha ocurrido aquí. Se considera a las víctimas como enemigas. Se intenta rehuir el problema culpando a quienes portan una verdad que duele. Prefieren negar la verdad. El Papa está en medio camino y es entendible.

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