Salida de subsecretario logra evitar por ahora acusación a ministra de Salud

La ministra de Salud, Ximena Aguilera.

“Esta acusación va a quedar guardada”, señaló el diputado y jefe de la bancada republicana, Benjamín Moreno. Tras el anuncio de Boric, casi todas las bancadas coincidían en que el libelo había perdido fuerza. Sin embargo, en la derecha interpretaron que la decisión de congelar la presentación era más bien una segunda oportunidad a la titular del Minsal.


Hasta el mediodía de este martes, la decisión de la bancada del Partido Republicano de presentar una acusación contra la ministra de Salud, Ximena Aguilera, estaba firme.

Incluso, a pesar de la resistencia que habían expresado algunos dirigentes de la UDI y de Evópoli, más parlamentarios de derecha y de sectores no alineados comenzaban a sumarse la idea del libelo que iba ser ingresado a más tardar el próximo lunes.

Sin embargo, la decisión del Presidente Gabriel Boric de aceptar la renuncia del subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, a quien se le culpaba de errores graves en gestión de camas críticas para enfrentar el alza de enfermedades respiratorias, descomprimió automáticamente el ambiente.

De hecho, varios diputados del oficialismo y de la oposición salieron masivamente de la sala a realizar declaraciones a la prensa minutos antes de que el Presidente confirmara la noticia. Algunos de ellos hacían fila para rotarse ante las cámaras de televisión que estaban transmitiendo en directo.

A esa altura casi todos coincidían en que el libelo de los republicanos había perdido fuerza, pues -en vista de que los subsecretarios no pueden ser acusados constitucionalmente- la presentación contra Aguilera era la única forma de presionar por la salida de Araos.

Por lo tanto, luego del anuncio de Boric, la presión se trasladó a la bancada republicana, que optó por dejar pendiente su decisión para después de la reunión de coordinación que realiza todos los martes a la hora del almuerzo.

“Esta acusación va a quedar guardada”, señaló el diputado y jefe de la bancada republicana, Benjamín Moreno, tras el encuentro.

Moreno expresó que dada la emergencia sanitaria, este era un “momento de unidad” y reiteró que tomaron “la decisión de dejar pendiente la acusación constitucional en contra de la ministra” para permitir que el equipo de Redes Asistenciales “pueda sacar esta tarea adelante”.

El hecho marcaba un giro brusco, ya que horas antes el mismo jefe de bancada de los republicanos había comentado que el escrito contra la titular del Ministerio de Salud (Minsal) se iba a presentar de todos modos, independiente de que la salida de Araos se concretara en los próximos días. “Una renuncia más o una renuncia menos no cambia las cosas”, comentó Moreno.

El parlamentario republicano había explicado que el libelo se iba a sustentar en la causal de haber dejado disposiciones constitucionales y leyes “sin ejecución”, en particular el artículo 36 del Código Sanitario (que entrega facultades extraordinarias al Minsal para evitar la propagación de una enfermedad o enfrentar una emergencia) y el artículo 19, número 1, de la Carta Fundamental (el derecho a la vida y a la integridad física).

Si bien la decisión de los republicanos era un cambio radical respecto de lo que sostenían durante la mañana, en ningún caso implicaba claudicar a la posibilidad de reflotar la acusación si la crisis sanitaria empeoraba, con nuevos casos dramáticos y de negligencias, como el que ocurrió en San Antonio, donde falleció una lactante, producto de que por error no se pudo materializar su traslado a la Clínica Las Condes.

De hecho, en la oposición interpretaban que la decisión de congelar el libelo era más bien una segunda oportunidad a la ministra de Salud para que reorganice las prioridades y las tareas de su cartera.

Hasta el lunes en la noche, la presentación estaba limitada a una ofensiva del partido que lidera José Antonio Kast, sin embargo, la negativa del Presidente a remover a Araos enardeció el ambiente entre los diputados. Incluso, algunos legisladores oficialistas públicamente comenzaban advertir que la situación del subsecretario era insostenible.

Entre ellos figuraban, por ejemplo, el socialista Marcos Ilabaca y la legisladora de Acción Humanista, Ana María Gazmuri, quien preside la Comisión de Salud de la Cámara.

Al conocer el anuncio de Boric, Gazmuri dijo que la salida de Araos ayudaba a “enmendar el rumbo”.

En privado, dos diputados de la UDI admitieron que si bien la directiva del partido, a través de declaraciones de su secretaria general, María José Hoffmann, y de su jefe de bancada, Guillermo Ramírez, había descartado sumarse a la presentación, el tema se estaba tornando “incontenible”.

Lo mismo sostenían ayer en la mañana otros legisladores, como Rubén Oyarzo (PDG), Sara Concha (Partido Social Cristiano) y Miguel Ángel Calisto (ex DC, hoy integrante del comité Centro Democrático Unido).

Otros diputados de RN y Evópoli también comentaron que para ellos sería difícil restarse del libelo si Araos no renunciaba. El principal dilema que enfrentaban estos legisladores era la buena opinión personal que tienen de la ministra Aguilera, quien como especialista colaboró con el anterior gobierno de Sebastián Piñera en la crisis sanitaria por el Covid-19.

La distensión tras la salida de Araos se hizo evidente en la tarde, en la sesión especial que realizó la Cámara para analizar la crisis por las enfermedades respiratorias. En la ocasión, especialmente los legisladores opositores bajaron el tono de sus críticas.

Además, a presenciar la sesión fueron invitados familiares de niños fallecidos en los últimos días, quienes coincidieron con la ministra de Salud, con quien intercambiaron algunas palabras en un tono respetuoso.

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