Abanderados tocan los puntos más conflictivos de sus agendas

Piñera tenía definido emplazar a Frei por los indultos; el senador DC había planeado utilizar un tono más conciliador; Enríquez enfrentó críticas por su postura ante Venezuela y Cuba y Arrate encaró al diputado ex PS por el conflicto de interés de uno de sus asesores con las termoeléctricas.




Piñera tenía definido junto a su comando emplazar a Frei por los indultos y concentrarse en temas de delincuencia, que ya en el primer debate le habían rendido frutos. Frei, que tras la mala evaluación del foro de TVN había planeado utilizar un tono más conciliador, endureció su discurso sobre la marcha y terminó encarando al candidato opositor por la relación entre política y negocios. Enríquez enfrentó críticas por su postura ante Venezuela y Cuba, y empleó la interpelación a Arrate para embestir contra el senador DC por las gestiones para el retorno de Pinochet a Chile durante su gobierno. El postulante del Juntos Podemos, si bien fue el menos confrontacional, encaró al diputado ex PS por el conflicto de interés de uno de sus asesores con las termoeléctricas.

Jorge Arrate: Discurso de izquierda y poco confrontacional
Jorge Arrate llegó al estudio de Canal 13 con un objetivo claro: diferenciarse de sus rivales con un discurso duro de izquierda. Por eso, cuando los candidatos fueron consultados por política exterior, el ex ministro defendió a Fidel Castro y su régimen comunista.

Mientras los otros presidenciables se alejaron de la figura del líder isleño, Arrate calificó el sistema político cubano como "un tipo de democracia" y dijo que, si bien tenía limitaciones, también las tiene la chilena. Comentó que admiraba a Cuba por resistir 51 años de "acoso y bloqueo de EE.UU." y recordó que él forma parte de una generación que "vibró" con esa revolución.

En esa misma línea, el ex ministro marcó distancia de los presidentes de Perú, Alan García -por ser de derecha y antichileno, dijo- y de Colombia, Alvaro Uribe, por aceptar bases militares estadounidenses. Dijo además que los mandatarios que más sigue son Evo Morales y Rafael Correa, ambos de izquierda.

Arrate -que propuso discutir una salida soberana al mar para Bolivia- mantuvo la línea de no atacar a sus contendores y en uno de los momentos más álgidos del debate -en que Piñera y Enríquez se enfrentaron por un afiche de campaña y por el rol de José María Aznar-, él aprovechó de criticarlos por enfrascarse en discusiones personales y no de ideas.

Aunque evitó la confrontación, sí mostró carácter cuando encaró a Enríquez por el rol de su asesor Paul Fontaine o cuando -respondiendo a una consulta del diputado ex PS- admitió que, siendo ministro, tuvo diferencias con Frei cuando su gobierno impulsó el regreso de Pinochet a Chile.

Marco Enríquez Ominami: Gobernabilidad versus provocación
Desde la primera pregunta que se le formuló, Marco Enríquez expuso sus argumentos con cifras y dando a entender que conocía en terreno los problemas de la gente.  Transmitir una imagen de gobernabilidad formaba parte de la puesta en escena que había diseñado para el debate.

Enríquez también insistió en marcar diferencias con Eduardo Frei y Sebastián Piñera -a quienes aludió como políticos del pasado-; destacó su cita con el presidente Lula da Silva y citó, en varias oportunidades, políticas de Michelle Bachelet, de quien ha buscado mostrarse como continuador.

Justamente cuestionamientos a su capacidad de gobierno debió enfrentar Enríquez en varios pasajes del debate, donde fue confrontado con su falta de experiencia en cargos ejecutivos.

También se le enrrostraron sus declaraciones en años pasados, como sus críticas a la chilenidad y al Papa Juan Pablo II. El candidato afirmó que intentaba ser "un provocador".

Enríquez también fue interpelado por su valoración del gobierno de Hugo Chávez. Aunque reiteró que no se considera "chavista", validó (aunque criticando la forma) una de las medidas más controvertidas de su administración, como fue derogar la concesión de medios de oposición. "Discutamos si es legítimo que un canal renueve su concesión indefinida", dijo.

Enríquez también arremetió contra a sus contendores. A Frei le reprochó haber privatizado las sanitarias, y a Piñera su cercanía con el ex gobernante español José María Aznar. Además, llevó la foto de un afiche para acusar a Piñera de esconder los partidos que lo apoyan.

Eduardo Frei: A la defensiva por temas de su gobierno
"No me arrepiento de las decisiones que tomo, tengo sentido de Estado y sentido de responsabilidad", respondía el candidato oficialista Eduardo Frei. Durante todo el primer bloque y la mayor parte del debate, el abanderado debió reaccionar a la defensiva ante las críticas que recibió de Enríquez y Piñera por diferentes flancos de su gobierno (1994-2000). La detención de Pinochet en Londres, los indultos que concedió durante su mandato, la privatización de las sanitarias, la compra de aviones Mirage, su relación con Alberto Fujimori y Carlos Menem, fueron algunos tópicos que debió salir a aclarar.

Sus asesores señalan que tenía contemplado que la evaluación sobre su gobierno volvería a reflotar en el último mes de campaña, por lo que había estudiado una minuta con respuestas a todos esos temas. Aun así, agregan, el candidato estaba ansioso y algo incómodo con el formato, porque no le permitía desarrollar su plan de mostrar propuestas de su programa. Por ello reaccionó cortante en el tercer bloque cuando se consultó por atributos personales de los candidatos. "Pura farándula", dijo.

Aunque en un comienzo evitó entrar en polémicas, a partir del segundo bloque cambió el foco y arremetió contra Piñera. Primero por la sanción de la SVS por la compra de acciones LAN y más tarde aludió a la relación entre política y negocios del candidato RN. Entre los asesores del candidato había consenso de que a Frei no le rendía mostrarse confrontacional (como en el debate de TVN), pero la dureza del enfrentamiento lo obligó a cambiar de estrategia.

Sebastián Piñera: A la ofensiva y concentrado en delincuencia
Fue quien abrió los fuegos. Desde la primera pregunta abordó el indulto de Frei a Angel Vargas Parga, y apuntó permanentemente a los problemas de su gobierno. A Enríquez-Ominami también lo encaró por su postura frente a Hugo Chávez y a Cuba.

El domingo en la tarde, en su casa y con su comité estratégico, decidió interpelar a Frei por los indultos. En un tema que le ha redituado, Piñera aludió primero tímidamente al hecho cuando dijo que "al indultar al mayor narcotraficante de la historia se abre la llave de la delincuencia". Luego fue explícito, cuando, por azar, el sorteo le permitió interpelar a Frei. Ahí le preguntó directamente por qué lo indultó y dio cifras de todos los absueltos en su gobierno.

El tema de la delincuencia le permitió diferenciarse. En el primer debate su comando midió a votantes del estrato medio-bajo. El estudio arrojó buen resultado cuando Piñera mostró "mano dura". Anoche aseguró que "son más importantes los 13 millones que viven con temor, que el número de presos" y dijo que construiría más cárceles de ser necesarias. También volvió a citar el caso de la niña violada en La Reina.

Respecto de Enríquez, el primer dardo lo dio cuando dijo que Chávez y Castro "destruyen la democracia", pero que "Marco tiene una simpatía por ellos", lo que responde a una definición estratégica de su equipo, que busca asociar al diputado con el venezolano.

Si bien fue Piñera quien abrió la pugna (en comerciales su esposa, Cecilia Morel, le pidió no seguir confrontándolo y Rodrigo Hinzpeter le recomendó ser más "amigable"), cuando volvió a discutir con Enríquez lo acusó de "descalificar a todo el mundo".

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