El boom del tráfico aéreo en Chile se inclina hacia las ciudades del norte

En una década, el transporte local de pasajeros se triplicó, con 8,3 millones al año. El incremento de los vuelos Santiago hacia y desde Copiapó, Calama y La Serena lideraron el auge.




UNA explosión. A eso equivale el crecimiento que ha experimentado el tráfico aéreo nacional en los últimos 10 años en Chile, que casi se triplicó entre 2003 y 2012, pasando de 2,8 millones de pasajeros, a 8,3 millones, según cifras de la Junta Aeronáutica Civil (JAC). Las mayores rutas operadas desde y hacia Santiago se concentran hoy en el norte del país, cambiando la fisonomía del mercado doméstico. Si en 2003 el 50,7% de los pasajeros se transportaba hacia y desde el norte en relación a la capital, en 2012 la zona representó el 62,5% del movimiento de pasajeros, y totalizó 4,6 millones. En cambio, en las rutas entre Santiago y las ciudades del sur, el año pasado se trasladaron 2,7 millones de personas, con 37,5% del total. El epicentro, por cierto, es Santiago, desde donde llegaron o salieron, dentro de Chile, 7,4 millones de personas por aire en 2012. Sumados a los viajes internacionales, que en un 99% salen desde Santiago, el terminal de la capital transportó el año pasado 14,1 millones de pasajeros, dejando casi colapsado un aeropuerto diseñado para una capacidad de nueve millones al año y que está en proceso de ampliación.

La revolución aérea no es sólo local. También es internacional, pero a una velocidad inferior que en las rutas locales. En la última década el número de pasajeros que se transportaron desde y hacia Chile se duplicó, según las cifras de la JAC, saltando de 3,4 millones a 6,8 millones de personas. Una muestra de la transformación: en 2003 más gente volaba hacia el extranjero que dentro de Chile. Hoy esa relación se invirtió (ver infografías).

Las top a nivel nacional

En 2003, la ruta Santiago-Concepción era la más volada, con 328 mil personas en todo ese año. La seguían los viajes a Antofagasta, Iquique, Puerto Montt y Punta Arenas. Tres de los cinco mayores destinos, desde la capital estaban en la zona sur. En 2012, lideró Santiago-Antofagasta, con 1,2 millones de pasajeros. El año pasado se produjo otro salto: Calama desplazó a Iquique como el segundo destino, con un millón de pasajeros en el año. Y eso que Calama tiene una población de 138 mil personas, según los resultados preliminares del Censo 2012. En el último registro, a diferencia de hace 10 años, tres ciudades del top 5 están en el norte del país.

Los saltos más abruptos en el período analizado también están en la zona norte: en la década, Copiapó aumentó 693% su tráfico aéreo, seguido por Calama (422%), La Serena (315%), Antofagasta (288%) e Isla de Pascua (272%). En el registro 2012 versus 2011, los líderes están donde mismo: encabezan Calama, con un alza de 48,5%. A continuación están Copiapó y El Salvador.

El peso de la minería

En términos generales, el explosivo aumento de viajes en la zona norte se debe principalmente por el desarrollo que han tenido las actividades mineras y turísticas, explica Gloria Hutt, ministra (S) de Transportes y Telecomunicaciones. "El desarrollo de la minería se ha traducido en una mayor demanda por mano de obra que, al no estar disponible en la zona norte, se abastece de las regiones del sur. Las buenas condiciones de la industria minera permiten el transporte por avión de los trabajadores", afirma Hutt.

Coincide Aldo González, economista de la Universidad de Chile, quien ha analizado el mercado aéreo en casos de libre competencia. "La minería está captando gente de otras regiones. Aparecen nuevas rutas y aumenta la demanda por rutas específicas, como Calama-Concepción. Eso empuja el tráfico al alza, más incluso de lo que sucede en otras partes", dice González.

A-port, la empresa operadora del aeropuerto de Antofagasta, el mayor destino local fuera de Santiago, tiene la misma explicación. Su gerente, Alejandro Villouta, recuerda que el alza en el tráfico viene desde 2005. "Es netamente por desarrollo minero y todo lo que eso arrastra en cuanto a las empresas que dan servicios a la minería, como logística, mantención e ingeniería", asegura.

La empresa operó hasta el año pasado el terminal de Calama. Villouta dice que la minería no es el único factor de crecimiento y calcula que cerca del 25% del transporte corresponde a turismo en esa ciudad. El ejecutivo espera, para este año, un alza de 15% en los aeropuertos de Antofagasta e Iquique.

Jürgen Paulmann, controlador de la aerolínea Sky, atribuye a la minería la causa principal del fuerte crecimiento del mercado en el norte y dice que la demanda en el sur ha crecido en menor medida, "pero aún así sigue siendo un aumento considerable".

En las ciudades sureñas las motivaciones y ritmos son otros. A-port también opera el terminal de Puerto Montt, con Icafal y Vecta. En esa ciudad, el flujo es estacional. "En enero, febrero y marzo llega a duplicar el movimiento de pasajeros que tiene mayo o junio", dice Villouta. La razón es sencilla: el período de vacaciones.

Y si bien todos argumentan que la minería ha impulsado el movimiento en el norte, otros factores han influido tanto o más en el pronunciado crecimiento del mercado doméstico completo.

Más oferta, menos precios

Lan Airlines transportó el 76,1% de los pasajeros dentro de Chile el año pasado. Sky Airlines, la aerolínea creada hace 10 años por Jürgen Paulmann, tiene 19,8% del mercado y ha sido testigo de la transformación de la industria. Partió con tres aviones a dos destinos. Ya tiene 21 unidades y 16 destinos locales y cuatro internacionales. "Hace 10 años los pasajes costaban el triple de lo que cuestan ahora (...) La disminución en el precio en pasajes ha permitido que la demanda aumente y, por lo tanto, tener una oferta acorde al crecimiento", dice Jürgen Paulmann, creador de Sky.

La ministra (S) Gloria Hutt también atribuye el boom a las ofertas atractivas de los propios operadores y al desarrollo económico del país, que se traduce en un mayor poder adquisitivo de los chilenos y permite a la población viajar en avión a sus lugares de destino. "Este es un fenómeno que también se registra a nivel mundial", opina.

La concesionaria del mayor terminal del país, SCL, conoce de cerca el negocio y ejemplifica así el cambio de comportamiento de los consumidores chilenos. "En el pasado los viajeros eran principalmente de negocios y en segundo término, turistas de ingresos altos. Hoy eso ha cambiado y los principales viajeros chilenos son turistas de un amplio grupo socioeconómico que han masificado el transporte aéreo", dice Alfonso Lacámara, gerente general de la concesionaria del terminal aéreo de Santiago.

Lacámara dice que en 2007 SCL alertó a las autoridades del creciente flujo de pasajeros y la necesidad de ampliar el aeropuerto. La compañía basó un pronóstico de altas tasas de crecimiento futuro en la estrategia comercial del mayor operador de vuelos del país, que estimuló la demanda con nuevas frecuencias directas, bajas de tarifas y hasta vuelos nocturnos.

"En 2007 la aerolínea Lan puso en marcha su plan 'Laser', que modificó completamente su modelo de negocios y que proyectó crecimientos de dos dígitos para los siguientes cinco años", recuerda Lacámara. El ejecutivo agrega que esa proyección "se ha cumplido prácticamente al pie de la letra".

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