Gobierno ruso promete reducir impuestos a la inversión y modernizar la economía

Mientras, los críticos del presidente Dmitry Medvedev, dicen que no dicha modernización a menos que abra el cerrado sistema político ruso y frene la corrupción.




Apelando a la ayuda de los líderes empresariales del mundo para modernizar Rusia, el presidente Dmitry Medvedev prometió reducir impuestos a la inversión y anunció planes para un nuevo fondo que canalice dinero hacia grandes proyectos.

En la principal conferencia del Foro Económico anual de San Petersburgo, Medvedev afirmó que estaba tomando medidas reales para terminar con la dependencia de su país del petróleo y llevarlo a un futuro basado en la innovación.

A medio camino de su periodo presidencial, Medvedev ha hecho de la modernización su prioridad, al lanzar un proyecto de construir un centro tecnológico al estilo de Silicon Valley cerca de Moscú y promover la diversificación de la economía hacia nuevas áreas.

Los críticos dicen que Medvedev, el protegido del líder Vladimir Putin, no logrará modernizar la economía a menos que abra el cerrado sistema político ruso, frene la corrupción, permita la apertura de los medios y promueva el debate.

Con la intención de proyectar una imagen fresca ante una audiencia de 2.000 altos ejecutivos globales, el líder del Kremlin apareció en escena sin el tradicional himno nacional con música de la era soviética y se presentó muy informal.

Medvedev aseguró que la crisis global ofrecía a Rusia una oportunidad única para edificar un país moderno y próspero basado en una economía del conocimiento que abarque tecnología espacial, ciencia médica, nuclear e informática.

"Crear un ambiente cómodo para los inversionistas, en esencia, es nuestro mayor desafío", acotó Medvedev. "Pero hoy ponemos esta tarea en el centro de nuestras acciones", agregó.    

Medvedev comentó que el impuesto a las ganancias de capital sobre la inversión directa de largo plazo será abolido el próximo año e insistió con la perspectiva de más recortes tributarios a las empresas mientras la economía se recupera.

El tono del discurso fue más optimista que el de hace un año, cuando Rusia estaba en medio de la crisis. Medvedev se mantuvo cauto respecto a la recuperación, al afirmar que el ritmo de crecimiento "no era tan inspirador como nos gustaría".

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