La comunidad mundial califica de provocación y amenaza a la paz el ensayo nuclear de Corea del Norte

Se espera además la condena del Consejo de Seguridad de la ONU, quienes a petición de Corea del Sur realizarán hoy una reunión de emergencia.<br>




Como una provocación y una amenaza para la paz fue calificada la prueba atómica que hizo hoy Corea del Norte, por parte de la comunidad mundial. La nación espera además la condena del Consejo de Seguridad de la ONU en la reunión de emergencia que se celebrará durante el día de hoy, por petición de Corea del Sur.

Las primeras reacciones vinieron por parte del Gobierno de Seúl quienes al conocer la realización de una prueba nuclear unas tres horas después de detectar un terremoto de alrededor de 5 grados en la escala Ritcher al noreste del país, calificaron el hecho como "una amenaza inaceptable".

Un comunicado de la oficina presidencial surcoreana emitido tras una reunión de emergencia presidida por el jefe de Estado, Lee Myung-bak, advirtió de que Pyongyang deberá asumir las consecuencias de su "desafío" y prometió tomar todas las medidas posibles encaminadas a que el hermético régimen de Kim Jong-un abandone su programa nuclear mediante nuevas sanciones del Consejo de Seguridad.

Corea del Sur anunció que desplegará próximamente misiles de largo alcance por todo el país con capacidad para alcanzar cualquier punto del vecino país comunista.

Por su parte, la presidenta electa surcoreana, Park Geun-hye  reprochó "enérgicamente" la prueba atómica y advirtió de que "obstaculiza" los esfuerzos para construir una relación de confianza intercoreana.

Mientras, el Gobierno de China, principal aliado y socio del régimen norcoreano, expresó que se opone "firmemente" a la prueba nuclear y urgió a Pyongyang a no emprender más acciones que "empeoren la situación".

Así lo aseguró el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en un comunicado en el que subrayó que Pekín apuesta por la "desnuclearización de la península, la prevención de la proliferación nuclear y el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el noreste de Asia".

La postura de China, el único país junto a EEUU al que Corea del Norte notificó sus planes con antelación, se considera crucial en el conflicto coreano, ya que se sospecha que el gigante asiático empieza a perder la paciencia con el país vecino.

A pesar de su oposición al test nuclear norcoreano, Pekín se ciñó a su postura tradicional con respecto a los planes nucleares de Pyongyang y abogó por retomar las conversaciones a seis bandas, en las que participaban las dos Coreas, EEUU, China, Japón y Rusia, pese a que Pyongyang -que las paralizó en 2008- se niega a reanudarlas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de los primeros en expresar su condena al tercer ensayo nuclear de Corea del Norte -tras los de 2006 y 2009-, que calificó de un "acto altamente provocativo", que "amenaza la paz y la seguridad mundial".

En un comunicado, Obama consideró que este acto del gobierno de Pyongyang, constituye una "amenaza para la propia seguridad nacional de Estados Unidos", y para la "paz y seguridad mundiales".

Además, "viola las obligaciones que le imponen numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad" y aumenta el peligro de proliferación de armas nucleares.

Tras confirmarse la prueba nuclear, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y su homólogo surcoreano, Kim Sung Hwan, acordaron tomar medidas de manera "rápida y unificada".

En Japón, otro de los países que se sienten más amenazados por Corea del Norte, el primer ministro, Shinzo Abe, expresó que esta gran amenaza no puede "tolerarse" y adelantó que pedirá al Consejo de Seguridad "acciones concretas".

Japón confirmó que estudia aprobar sanciones adicionales a las que implante la ONU contra el régimen de Kim Jong-un, entre las que Tokio se plantea prohibir la entrada en Japón de aquellos simpatizantes del régimen norcoreano que viajen al país comunista.

La primera ministra de Australia, Julia Gillard, deploró la prueba nuclear y abogó por una respuesta lo "más dura posible" del Consejo de Seguridad.

Y el ministro de Asuntos Exteriores neozelandés, Murray McCully, afirmó que "la comunidad internacional debe enviar un mensaje contundente a Corea del Norte de que este camino no le lleva a ninguna parte.

Por su lado, el ministro británico de Exteriores, William Hague, consideró que las "repetidas provocaciones" norcoreanas "sólo sirven para aumentar la tensión regional y dificultan las perspectivas de una paz duradera en la península coreana".

El responsable de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, solicitó "una postura clara" como respuesta de la comunidad internacional a "esa nueva provocación".

Su homólogo de Exteriores italiano, Giulio Terzi, reprochó con "la más absoluta firmeza" la prueba nuclear, que "supone la enésima flagrante violación de las obligaciones aprobadas por Naciones Unidas y la comunidad internacional".

Por otra parte, el Gobierno español dijo que el ensayo es "una clara violación" de las obligaciones internacionales" de Corea del Norte, y subrayó que se mantiene en estrecho contacto con sus socios de la UE y con otros países de la región para estudiar "las medidas oportunas".

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