La renovada apuesta en el retorno del león

Tras un cuarto de siglo desde su último triunfo, Peugeot vuelve a la más dura carrera off road. Y lo hace con un vehículo cuyo concepto es muy diferente a los que dominan la prueba




La última vez que Peugeot ganó el Rally Dakar, los finlandeses Ari Vatanen y Juha Kankkunen -dos leyendas de este deporte- llevaron a lo más alto del podio en la carrera más dura del mundo los recordados 205 y 405 en sus versiones T16. El último de esos cuatro triunfos consecutivos fue en 1990, justo antes de que la competencia empezara a ser dominada por los vehículos con un look más todoterreno como el de los Mitsubishi Montero, que terminarían imponiendo casi una dictadura por más de una década.

Ya en ese momento, la marca francesa con su tetracampeonato se había impuesto con un concepto de coche distinto al que venía ganando en las ediciones anteriores. Ahora, un cuarto de siglo después, el león vuelve a las pistas off road. Y vuelve a hacerlo apostando por un diseño diferente a lo que es la tendencia.

Para esta aventura, uno de los pilares sobre los que se apoya Peugeot es su line-up de pilotos. Stéphan Perterhansel y Carlos Sáinz son ganadores en la carrera, al punto que el primero es conocido simplemente como "Monsiour Dakar". A ellos se suma Cyril Despres, quien supo ganar en motos y que en enero de 2015 se estrenará en la categoría de autos.

Pero el punto fundamental de la apuesta, más allá de los recursos humanos, es la máquina con la que el fabricante galo retorna al mundo cross country.

Al anunciar en marzo que en 2015 estarían tomando la largada del Dakar en Buenos Aires, quedó claro que, tal como ocurriera a fines de la década de 1980, Peugeot se jugaba una carta de diseño diferente a la tendencia predominante. En esta edición, los ingenieros de Peugeot Sport apostaron por un concepto más cercano al de un buggy. Así nació el 2008 DKR.

"Al igual que cuando competimos en las 24 Horas de Le Mans, donde optamos por un coche cerrado, en esta ocasión hemos decidido llevar adelante un concepto diferente al de nuestro principal rival", sentenció en su momento el director deportivo de Peugeot Sport, Bruno Famin. Al contendor al que se refiere es el Mini, que suma tres victorias al hilo.

"En el caso del Dakar, y dado que nuestro máximo adversario tiene muy por la mano la tracción total, hemos decidido optimizar la idea diametralmente opuesta: las dos ruedas motrices, que, además, ofrecen una serie de interesantes ventajas", profundiza el ejecutivo.

Contar con un auto tracción simple permite una serie de alternativas reglamentarias que lo diferencian notablemente de los 4x4. Por lo pronto, cuenta con una mejor relación peso-potencia, al ser un coche más liviano, en el que también se puede aumentar el recorrido de las suspensiones y jugar con el tamaño de los neumáticos, todos puntos que Peugeot hizo carne en el 2008 DKR.

Con motor central biturbo diésel V6 de 3,2 litros, capaz de entregar 340 caballos, el concepto con el que vuelve la marca del león al Dakar es ofrecer un coche más corto y compacto. Es una ventaja competitiva a ratos, pero también ha sido un desafío para el equipo de ingeniería, que ha tenido que encajar una pequeña plataforma todos los sistemas básicos de un auto de carrera.

Y, si bien Sáinz ya se ha anticipado a que en este tipo de desarrollos la confiabilidad demora en llegar, en la casa francesa apuestan a que su revolucionaria apuesta pueda pagar pronto los réditos esperados. Por lo pronto, la aventura de diseño ya ha sido íntegramente revelada y confían en que Buenos Aires, el mismo lugar donde anoche fue presentado en sociedad el Peugeot 2008 DKR, sea igual de acogedor con su equipo en poco menos de dos meses, cuando sea el podio final de la carrera más dura del mundo, y donde los galos esperan poder celebrar un reestreno con honores.

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