Maltrato familiar y obsesión por ser padre marcaron la vida de Michael Jackson

Creció presionado para conseguir el éxito por su estricto padre que incluso llegó a golpearlo.




Gary, a finales de la década del 50, era un suburbio de Indiana conocido por su alta tasa de criminalidad. Desde ahí salían todas las semanas cinco de los nueve hijos de la familia Jackson -que coincidentemente vivían en el número 2300 de Jackson Street- a cantar en uno de los tugurios que el rígido padre de la familia, conseguía para que su banda de niños cumpliera su obsesión por salir de la pobreza.

Michael era el menor de los hermanos y se integró al conjunto después que su madre lo escuchara cantar y convenciera a su estricto marido que trabajaba como operario en una fábrica, de que el más chico de la familia tenía que estar en el grupo.

Ahí comienza la carrera del tipo que alcanzaría un éxito mundial, pero que en su niñez tuvo que cargar con el peso de ser la mayor esperanza de un clan lleno de necesidades.

"Hay mucha tristeza en mi pasado", le comentó a la entrevistadora Oprah Winfrey en una entrevista de 1993. "Mi padre me golpeaba. Era difícil salir así al escenario. El era estricto, muy duro", agregó llorando al recordar la etapa en que destacaba como el más brillante de los Jackson 5.

Esa etapa terminó cuando en 1972 inicia su carrera en solitario. Pero el daño ya estaba hecho y de ahí en adelante las relaciones con su familia fueron distantes, excepto con su hermana Janet, con quien grabó una canción.

Tras el éxito mundial que obtuvo como solista, vinieron las acusaciones de abuso a menores y en medio del escándalo, Jackson se casó con Lisa Marie Presley en una ceremocia privada en República Dominicana. La unión fue considerada un golpe de efecto del cantante para aplacar la polémica. Y, como auguraron muchos, el amor o la conveniencia duró 22 meses.

Luego del divorcio, vino un  matrimonio que Jackson no intentó  camuflar: su unión con Debbie Rowe, ayudante de su dermatólogo, fue por conveniencia. De esa relación nacieron sus dos hijos mayores Prince Michael Joseph Jackson Jr. (1997) y Paris Michael Katherine Jackson (1998). Ambos quedaron bajo su custodia tras el acuerdo económico al que llegó con su ex esposa, a quien se comprometía a mostrarle los hijos cada 45 días. Pese a ello, Rowe le disputó dos veces la custodia de los niños, pero perdió. Después apareció el tercer niño (Prince Michael II), de una madre sustituta.

Con ellos vivió el último tiempo, una vida más bien recluida y extraña, en la que cada salida implicaba cubrirles la cara con paños o máscaras para que nadie los reconociera.

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