Eustres, el lado positivo del estrés que nos mantiene saludables

El estrés sí puede ser beneficioso, al contrario de lo que se podría pensar. Existe una respuesta al estrés que permite llenarnos de energía y vitalidad para que logremos alcanzar los desafíos de manera creativa.




Allá por el año 1935, el doctor Hans Selye (uno de los principales estudiosos del estrés) definió el estrés como la respuesta adaptativa del organismo ante los diversos estresores, los que se entienden como circunstancias, situaciones imprevistas o condiciones personales que consideramos como una amenaza o dificultad.

Cuando se habla de estrés solemos asociarlo a algo negativo, pero eso no es totalmente correcto, ya que naturalmente es un mecanismo de protección por el cual el organismo trata de responder de forma adecuada a ciertas situaciones. Estas respuestas se dividen en dos: el distrés y eustrés.

El primero, corresponde al que comúnmente conocemos como estrés negativo. Se activa por amenazas externas o internas que implican un esfuerzo excesivo y que en algunos casos la persona puede experimentar sobrecargas que eventualmente influyen en su bienestar: ansiedad, falta de memoria, insomnio o agotamiento, entre otras cosas.

Pero el estrés no siempre es negativo, puesto que si se afronta de una manera positiva y utilizamos nuestros recursos eficientemente podemos convertir aquella demanda en estrés positivo o eustrés. Este aparece cuando hay estímulos positivos, como desafíos u objetivos, y estimula a las personas para que afronten los problemas activamente y de una manera creativa.

A diferencia del distrés, el estrés positivo se caracteriza por beneficiar la salud psicológica ya que permite canalizar el estrés y no sentir la tensión característica del estrés negativo. “Es un trampolín de energía. En general, mejora las emociones, la concentración, la creatividad e incluso la resolución de problemas, ya que ayuda a las personas a que respondan de una manera más efectiva a los estímulos del ambiente”, describe la psicóloga especialista en ansiedad y estrés, Andrea Imhoff.

Sin embargo, fomentar el estrés positivo dependerá en gran parte del bienestar de las personas. En la bioquímica del cerebro se sabe que existen tres sustancias que favorecen el bienestar: la serotonina (regula el sueño), la noradrenalina (se encarga de dar energía y vitalidad para enfrentar las demandas) y la dopamina (relacionada al placer y disfrute). Estos químicos cerebrales comienzan a fallar cuando los niveles de distrés son mayores que los niveles que una persona puede manejar. Pero cuando hay eustrés, recuperan la función.

Los típicos elementos de una vida saludable, ya sea el ejercicio, autoestima, buena alimentación, buen dormir, vida social, permiten tener un estrés equilibrado, porque, de lo contrario, si tenemos por ejemplo una autoestima baja y realmente creemos que no somos capaces y que no tenemos las suficientes habilidades para enfrentar estímulos estresores; o estamos más cansados, es más probable que si se generan situaciones de estrés, se dispare el distrés con mayor facilidad”, explica la especialista.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.