La diferencia entre los distintos tipos de pilates (y qué necesitas para comenzar a practicarlo)

Aunque se puso de moda por haber sido creado en Nueva York, este ejercicio se volvió masivo porque personas de todas las edades y condiciones pueden realizarlo. Dos instructoras explican las distintas variedades y qué resulta imprescindible para empezar en él.




La primera vez que Elisa Soto practicó pilates fue hace unos años, en Viña del Mar. Siempre veía cómo entraban y salían mujeres, de todas las edades y contexturas, de un lugar donde se impartían clases. Como no se veía una actividad muy difícil, que al parecer cualquiera podía realizar, se animó a entrar.

“Cuando salí, sentí que había activado lugares y músculos de mi cuerpo que jamás se habían movido”, cuenta. Eso puede ser un gran resumen de la experiencia de hacer pilates por primera vez: tener una nueva consciencia sobre tu cuerpo.

Creado por el alemán Joseph Hubertus Pilates a comienzos del siglo XX, el pilates se ha transformado en una actividad física que puede ser practicada por casi cualquier persona. Su objetivo es fortalecer los músculos internos, para permitir así un equilibrio corporal a través de mayor estabilidad y firmeza en la columna vertebral.

Se trata de un conjunto de movimientos, que abarcan a todo el cuerpo, para activar la musculatura profunda, que es la que finalmente previene de dolores a largo plazo”, profundiza Margarita Urrutia, directora de Activa Pilates, estudio en el que se especializan en la variedad reformer.

“El pilates no tiene impacto, entonces pueden hacerlo personas que con lesiones, ciertos problemas articulares o personas mayores de edad. Como es una actividad en conjunto, puedes enfocarte en tu objetivo personal y al mismo tiempo tener un grupo variado con el cual compartir”.

Un poco de historia

Elisa Soto no solo practica pilates sino que también lo enseña, y por eso se sabe su historia. “Se cuenta que Joseph Pilates fue un niño con muchos problemas de salud, por lo que durante su crecimiento se volcó a buscar formas de mejorar su bienestar mediante la actividad física. Por este motivo se convierte finalmente en un conocido deportista y se va nutriendo de variadas disciplinas de la época, como también de conocimientos orientales”, cuenta.

Durante la Primera Guerra Mundial, Pilates tuvo que ser camillero en Inglaterra, país en el que se encontraba cuando estalló el conflicto. “En este lugar le solicitan que ayude a las personas con problemas de movilidad y lesiones derivadas de la guerra. Ahí es cuando crea un sistema de cuerdas y poleas para las camillas, lo que más adelante dará origen a sus primeros aparatos”, comenta.

En los años veinte del siglo pasado, escapando de la crisis económica en Europa, se muda junto a su esposa a Nueva York. Allí abren el primer estudio de esta nueva disciplina, la que al comienzo se llama “contrología”. “A este lugar llegaron muchos coreógrafos y bailarines, que por varias lesiones de danzas necesitaban recuperarse”, explica Soto. De a poco, convirtieron estos ejercicios “en parte de su entrenamiento cotidiano, lo que habla también de lo transversal que es el pilates”.

Ahí está Joseph Pilates, sufriendo en las máquinas como cualquiera.

Después de su primer acercamiento al pilates, Elisa Soto lo dejó por el ballet, pero luego se reencontró con esta disciplina y desde entonces no la ha dejado. Existen varios tipos de pilates, cada uno con distintos objetivos y focos, que veremos en detalle más abajo. Pero independiente de cual se elija, lo importante es que ayude a quien lo practica a conectarse con su cuerpo. Como le pasó a Soto: “Cada vez miraba con más cariño los procesos por los que iba pasando, lo que me acercó de manera muy genuina al pilates”, cuenta.

Beneficios de practicar pilates

El pilates se ha vuelto muy popular en la última década, cada vez con más centros y gimnasios que lo enseñan, tanto en lugares privados como en centros públicos y municipales. Como cualquier otra moda, hay quienes lo miran con escepticismo, como una tendencia que ya pasará. Pero no será así: ya se trata de una disciplina bien establecida, con academias e instructores, y que realmente trae beneficios en quienes lo practican con constancia y rigurosidad.

¿Cuáles son los beneficios? Según la experiencia de Urrutia, que ha trabajado con cientos de alumnos y alumnas, los cambios más rápidos aparecen en las personas que llegan con dolores como los de espalda. Ya sea por estar mucho rato sentados trabajando, por el sedentarismo o por alguna lesión, con el pilates “los dolores lumbares se van rápido, lo que genera una especie de adicción por continuar, ya que las molestias se quitan yendo siempre a clases”, dice.

Entre más seguido se asista a pilates, y más constancia haya con los ejercicios, estas mejoras se sentirán con más prontitud. Lo mismo con la postura. “El trabajo de pilates se concentra desde la línea de las costillas hasta la cadera”, explica Soto. “Es una especie de cinturón que sujeta la zona media del cuerpo, y que en pilates se le llama powerhouse. Al trabajarlo, nos ayuda con el resto del cuerpo, especialmente con nuestra alineación y postura”.

“Al ejercitar la musculatura profunda, como también al elongarla, la postura de las personas tiende a mejorar rápidamente”, complementa Urrutia.

Otro de los grandes atributos del pilates es la movilidad. A las clases de Margarita Urrutia llegan muchas personas que han visto reducirse la movilidad de sus articulaciones, desde gente lesionada hasta adultos mayores. “Personas que nos cuentan que ya no se pueden abrochar los zapatos, o gente joven que ya no es capaz de tocarse la punta de los pies con las manos”, dice. Esos problemas, tras unas semanas de pilates constante, comienzan a mejorar.

Como otras actividades físicas o deportes, la práctica frecuente del pilates ayuda a mejorar el ánimo y la concentración, a elevar la energía, como también a descansar y dormir más profundamente. Todo eso puede ayudar a evitar estados depresivos o ansiosos, además de elevar la autoestima.

Tipos de pilates

Actualmente existen distintas variedades de pilates, algunas aún parecidas a la disciplina original creada por Joseph Pilates, y otras que han evolucionado con el tiempo. Aquí revisaremos las más comunes:

Pilates clásico

También conocido como “pilates original”, sus rutinas de ejercicios tienen un orden específico y se pasa de uno a otro de forma fluida. “Este tipo de pilates es medio coreográfico, como de líneas muy largas”, explica Elisa Soto. Es un método en el que se principalmente se trabaja el equilibrio y la flexibilidad, siempre buscando esta dicotomía entre movilidad y estabilidad.

Sus principios fundamentales, dictados por Joseph Pilates y que se han traspasado al resto de las variaciones, son Alineamiento, Centralización, Concentración, Control, Precisión, Fluidez y Respiración. El objetivo del pilates clásico es reforzar los músculos débiles y alargar los cortos, para flexibilizar fortalecer todos los grupos musculares, siempre con el foco en la columna vertebral y el llamado “centro de poder”.

Pilates de suelo

Tal como lo indica su nombre, se realiza sobre una alfombrilla o mat, y por eso también se le conoce como pilates matwork. “La versión original tiene 34 ejercicios, con regresiones y progresiones, para hacer en el mat”, comenta Elisa Soto. Esto significa que para llegar a un ejercicio final, se trabajan antes varios grupos musculares y con distintas posturas.

Cuando ya sabes los ejercicios, puedes practicar el pilates en casa.

“En estas regresiones y progresiones nos vamos adaptando a las necesidades de cada alumno. Por eso esta modalidad es una disciplina muy amigable para que cualquiera pueda practicarla”, detalla.

“Pilates de suelo es como una puerta de entrada”, comenta la directora de Activa Pilates. “Es muy bueno para quienes comienzan, ya que te ayuda a aprender la base. Antes de hacer reformer, que es lo que enseñamos nosotras, recomiendo siempre pasar por algunas clases de pilates de suelo”.

Al trabajar solo con el propio peso y la gravedad, la actividad se centra en fortalecer el núcleo del cuerpo —el famoso powerhouse—, por lo que puede ser muy beneficioso para aquellas personas que tienen dolores o problemas en la espalda.

Pilates contemporáneo

Es una evolución del pilates clásico, pero con el uso de implementos que facilitan el alcance de ciertas posturas, como los balones o las bandas elásticas. “Todos los implementos tienen diferentes funciones”, profundiza Soto: las bandas elásticas, por ejemplo, entregan resistencia. Cuando utilizas una pueden pasar dos cosas: o agregarle dificultad al ejercicio, o bien que esta misma resistencia te ayude a levantar la pierna con más facilidad.

Banda elástica Domyos (resistencia media)


“Los implementos varían dependiendo de lo que se quiera conseguir en el trabajo de clase”, explica. Además de bandas elásticas existen las overball, que son balones chicos, las fitball, que son los más grandes, o el magic circle, que es un invento que hizo Pilates para trabajar la alineación.

“Lo bacán del pilates es que estos implementos pueden reemplazarse con cosas que tenemos en la casa. Si no tienes una banda elástica, puedes usar una panty elasticada, o si no tienes las pelotillas con peso, pueden usarse las legumbres en caja”, puntualiza.

Pilates reformer

Este es el pilates que se practica con máquinas como la misma reformer —que es esta icónica camilla con bandas elasticadas—, el cadillac, el barril o la silla. Estas máquinas fueron creadas por Joseph Pilates o bien se inspiran en sus enseñanzas.

Margarita Urrutia hace clases de pilates reformer, por lo que conoce esta máquina —que tiene anillas para pies y manos— a la perfección. “Puedes ajustar el peso que necesitas según lo que vas a trabajar”, dice. Una de sus bondades es que, al regularse, el uso puede ser personalizado según los objetivos que se quieran cumplir.

“El reformer te ayuda tanto a ejecutar un movimiento que sin máquina está muy complicado, o en algunos casos a desafiarte más”, comenta Urrutia. Un implemento común del reformer es un cajón conocido como box, que le da mayor variabilidad de ejercicios. “También tiene una tabla de saltos, para realizar brincos con poco impacto, entonces lo pueden hacer todos”, detalla.

Además de estos también existe el pilates acuático, el aéreo, el hot pilates o con temperatura, el pilates para embarazadas o el pilates clínico, entre otros más conocidos.

¿Qué necesitas para hacer pilates?

Independientemente de si practicas con máquinas o en suelo, para comenzar a hacer pilates conviene contar con algunos implementos básicos que facilitarán tu experiencia.

Calcetines

Ambas especialistas coinciden en la importancia de unos calcetines con planta antideslizante. De esta forma, el pie puede adherirse tanto al mat como al tapiz de la máquina, sin riesgo de resbalarse ni de lesionarse por un desliz. Estos tienen separación de dedos, lo que ayuda a mejorar el equilibrio.

Caletines antideslizantes Kimjaly


Mat

Más allá de la ropa, las calzas y los implementos, “lo único realmente imprescindible es el mat”, dice Urrutia. Sin él es muy difícil hacer pilates de forma cómoda y agradable, ya que la dureza del suelo puede causar dolor en ciertos movimientos. ¿Y una toalla o una alfombra? La adherencia no es la misma, estas se resbalan o se mueven, además que tampoco entregan la suficiente amortiguación para evitar roces.

Mat de pilates Domyos 140 x 50 cm (6,5 mm de grosor)


Disposición

Pero por muy bueno que sea el equipamiento técnico, ambas instructoras dicen que sin motivación nada será posible. Hay que tener objetivos respecto a lo que buscamos con el pilates, ya que de eso depende la intensidad del trabajo o el tipo de ejercicios.

“Pilates tiene una disciplina que genera ese bienestar, un rigor que es un poco adictivo: estar bien alineadas, con los hombros acá, la postura allá, corregir el cuello...”, dice Urrutia. Aunque puede sonar obsesivo, Elisa Soto agrega que así se genera una intensa conexión entre cuerpo, alma y espíritu.

Cuando ella comenzó con el pilates, no podía tocar el suelo con las manos. “No pasaba de las rodillas; ese era mi nivel de flexibilidad. Con el tiempo, constancia y perseverancia, el cuerpo va cediendo, va aprendiendo y tiene una capacidad increíble para adquirir conocimiento muscular”, finaliza. Hace unos apenas podía elongar, hoy ya es instructora.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 23 de marzo de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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