El tenso cruce de opiniones entre la ministra Jeannette Jara y Bernardo Larraín Matte

   

La jornada laboral de 40 horas, la flexibilidad laboral y las indemnizaciones estuvieron en el centro de las discrepancias entre la titular de Trabajo y el ex timonel de la Sofofa, en un conversatorio de Red Activa de Pulso La Tercera y ChileMujeres en el que participó también el presidente de la CPC, Ricardo Mewes. "Si quieren que haya inclusión, paguen mejor. Ese es también el rol de los empresarios”, afirmó Jara, quien preguntó si querían eliminar las indemnizaciones por año de servicio. “Entre las empresas socias de Sofofa no existe el salario mínimo", respondió Larraín, quien dijo que ahí el mínimo es de $ 700 mil y la mediana, de $ 900 mil. “La propuesta ministra, es ir a los sistemas que tienen los países como Reino Unido, Lituana, Canadá, Polonia, Luxemburgo, Francia", dijo.


A principios de esta semana hubo un cruce de declaraciones entre el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, y la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, y por ello, se esperaba que el foco de atención estuviera en ambos, en el evento que los reunió el miércoles por la mañana. Pero no fue así.

“Tenemos muy buena relación con la ministra y con todos los ministros del gobierno, así que no hay ningún problema en eso”, dijo Mewes al comenzar el seminario.

Pero ahora la discusión estuvo centrada entre la secretaria de Estado y el expresidente de la Sofofa y presidente de Pivotes, Bernardo Larraín Matte.

El marco fue el conversatorio organizado por Red Activa de Pulso La Tercera y ChileMujeres “Cambiando las reglas del juego: los desafíos empresariales ante las nuevas leyes de este 2024″, que fue conducido por Francisca Jünemann, presidenta de ChileMujeres, y Polo Ramírez, Productor Ejecutivo de La Tercera.

El tema que los enfrentó fue principalmente la implementación de la jornada laboral de 40 horas, las medidas de flexibilidad laboral y la relación de negociación entre empleadores y trabajadores.

“Cuando las personas creen que estar sin control horario es no tener jornada, en realidad eso no es así. Es que no tienen derecho a una cantidad de horas máximas a trabajar, sino que están todo el tiempo a disposición del empleador”, señaló Jara.

Santiago 13 de Marzo 2024 Conversatorio, Cambiando las reglas del Juego Exponen Jeanette Jara Ministra del Trabajo, Ricardo Newes Presidente de CPC y Bernardo Larrain presidente de Pivotes Foto: Juan Farias / La Tercera.

Por ello, recalcó que a partir de 26 de abril, con la entrada en vigencia de la Ley de 40 horas “se reduce considerablemente quienes podrían estar excluidos y ahí quedan los gerentes o subgerentes, y quienes por ningún medio tecnológico puedan estar supervisados. Todos los demás tendrán jornada, porque es un derecho”.

Pero si bien la nueva ley de reducción de jornada laboral contiene medidas de flexibilidad, para Bernardo Larraín eso es insuficiente: “Se deben ampliar los espacios de flexibilidad. Hay una cosa media establecida de que cualquier cosa que libremente pacten trabajadores y empleadores es definición de precariedad o un abuso, cuando son las personas las que optan por no tener jornada, o que optan por no estar sindicalizados. Las personas no sindicalizadas están llegando al 80% a nivel mundial, porque optan libremente por representarse de manera libre”, aseveró.

El también consejero de la Sofofa enfatizó que “hay que poner en el centro de la discusión el poco acceso que tienen las personas para el empleo formal: 36% de las personas en edad de trabajar tiene un empleo formal, que es 11 puntos menos que el promedio de Ocde. Esto es más dramático si uno lo ve por segmento socioeconómico, por quintil, el 20% de personas de menores ingresos, el empleo formal es solo el 15%, eso es dramático. Si no es esa la principal razón para traccionar la agenda laboral, no sé lo que es, y eso está ausente no solo en la discusión, sino que en todas las políticas públicas”.

En ese escenario, Larraín argumentó que la indemnización por años de año de servicios “opera como un freno a la formalidad de las empresas y trabajadores. Chile es el país que tiene el mayor costo por año de servicios. Esto no es precariedad. Los países que todos admiramos por sus políticas laborales tiene indemnización por año de servicio sustantivamente más baja, en países que admiramos son 2, 3 o 4. Y en Chile, son 10 sueldos. Es imposible que las pymes y los emprendedores tengan razones para contratar a una persona de manera formal”.

Para Larraín, si se “pusiera como principal inspirador de la agenda laboral la informalidad laboral, y el bajo acceso al mercado del trabajo, si esa fuera la obsesión, hace rato estaríamos discutiendo políticas públicas distintas” Por ello, sostuvo que se debe “ampliar sustantivamente los espacios de flexibilidad. Discrepo de la ministra, porque hay una especie de percepción establecida de que cualquier cosa que pacten los trabajadores y empleadores es sinónimo de precariedad, por definición va haber un abuso, cuando son las personas optando por no tener jornada laboral. En el mundo entero las personas no sindicalizadas están llegando al 80%, porque están optando libremente por representarse. Mientras no rompamos esa inercia, desafiemos esa percepción de que trabajar sin jornada es sinónimo de precariedad vamos a seguir observando un nivel bajo de formalidad especialmente en el quintil más bajo”.

Ante esas declaraciones, la ministra respondió: “El mercado laboral en Chile es bastante flexible, las atribuciones del empleador son bastante amplias. Esa discusión es bien teórica, lo claro es que la gente que trabaja y que está subordinada a su empleador es bien difícil llegar a un acuerdo con el empleador, porque hay una asimetría grande de poder”, expresó.

Y siguió en su argumentación para responder a la frase del presidente de Pivotes: “A lo mejor en cargos de gerencia o en los espacios en los que algunos se puedan desenvolver no ocurre así, pero en el gran común de los trabajadores hay una asimetría tremenda. No existe el hecho de que un trabajador le pida al empleador que le suban el sueldo, o que le pida salir en un horario determinado. Eso no está escrito en ningún libro, pero es la realidad que vive la gente”.

Tenso cruce entre Jeannette Jara y Bernardo Larraín Matte. En la imagen, la ministra y el empresario participan en un conversatorio en el que estuvieron acompañados por Ricardo Newes, presidente de la CPC.

Larraín contestó de vuelta: “Hoy día el argumento de la asimetría entre empleador y trabajador es no confiar en las personas, ¿por qué las personas optan libremente por no sindicalizarse en todos los países del mundo?. Eso no es confiar en las personas”.

La titular de la cartera de Trabajo puntualizó que “uno no puede juzgar el mundo laboral a partir de su realidad: si tú tienes posibilidad de negociar con tu empleador es porque estás en un nivel más alto, con más posibilidades, parte de una élite, pero las personas comunes y corrientes no tienen ninguna de esas posibilidades. Viven al tres y al cuatro, y ganan muy poco. Una de las razones por las cuales mucha gente hace un emprendimiento es porque ganaban $350 mil pesos y no le alcanzaba para sacar a su familia de la pobreza”.

Para Jara, si bien los procesos constituyentes no avanzaron, las causas que llevaron al estallido social siguen vigentes, porque “las personas ganan muy poco y trabajan mucho. ¿Qué pasa con el salario mínimo? La gente está pegada al salario mínimo. Cuando se habla de subir el tope imponible, ¿saben a cuántas personas afectaría y beneficiaría a la vez?: Al 6% de la fuerza laboral. Están todos bajo los $3 millones y están todos más cerca de los $550 mil, sobre todo las mujeres, entonces si quieren que haya inclusión, paguen mejor. Ese es también el rol de los empresarios”.

Ante este emplazamiento, Larraín Matte precisó que “entre las empresas socias de Sofofa no existe el salario mínimo. Los beneficios son sustancialmente mejores que la gran mayoría de los trabajadores que con dificultad acceden a un trabajo, o quedan en la informalidad. El mínimo era de $700 mil, la mediana en $900 mil. El gran drama está en la informalidad y si alcanza a entrar a la formalidad, esa pyme esta con el agua al cuello y le cuesta superar el mínimo… Ojo con emplazar al destino equivocado”.

Ricardo Mewes, en tanto, planteó que “Chile está estacando económicamente, para nosotros es vital que exista crecimiento económico, ya que con eso se logra movilidad social y las personas puedan negociar con su empleador. La mejor política pública para mejorar el empleo es el crecimiento económico y eso no lo estamos viendo”.

Y Larraín complementó: “Estoy de acuerdo con que el crecimiento es fundamental, y lo segundo es que para que el crecimiento llegue y se generen empleos formales, hay que abordar la inflexibilidad del mercado laboral”.

Según explicó, “los países que tienen indemnización por año de servicio entre 2 y 4 tiene formalidad sobre el 50% de las personas en edad de trabajar. Chile, en cambio, está entre los más alto del mundo, que es de 10 sueldos, por 10 años, tiene una formalidad de 35% de las personas en edad de trabajar”.

“¿Entonces, la propuesta es que no haya indemnización por año de servicio, que los trabajadores sean despedidos sin indemnización?”, preguntó la ministra a Larraín Matte.

Larraín Matte respondió así: “La propuesta ministra, es ir a los sistemas que tienen los países como Reino Unido, Lituana, Canadá, Polonia, Luxemburgo, Francia. La política pública tiene que fundarse en datos, no en subjetividades. Nuestra propuesta es cambiar el sistema por un seguro de desempleo fortalecido que se pague a todo evento. Es la que tiene Finlandia”.

Mira aquí el momento exacto del cruce entre el empresario y la secretaria de Estado.

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