Columna de Camila Mohr: Todos somos responsables

Foto: Reuters

Recuerdo que cuando éramos niños, nos decían constantemente que teníamos que preocuparnos del planeta, por el bien de las generaciones futuras. Pero, nunca pensé que el cambio climático nos iba a afectar directamente y que deberíamos procesar de manera acelerada que, si el calentamiento global continúa sin control, nos exponemos a graves consecuencias.

Si alguno de ustedes tiene 30 años o más, ha estado viviendo durante los 25 años más cálidos registrados en la Tierra. Es más, si solo tiene 20, ha vivido durante la gran mayoría de ellos; impresionante pero cierto. Según un estudio del Banco Mundial publicado en abril de 2022, se estima que el cambio climático podría provocar el desplazamiento de 216 millones de personas dentro de sus respectivos países para 2050, con zonas críticas de migración interna que se intensificarán a partir de 2030.

Chile se ubica en la posición 18 de los 164 países que presentarán mayor estrés hídrico en los siguientes años, afectado principalmente por un aumento del consumo en el sector de la agricultura y en industrias productivas altamente dependientes del uso de agua, junto a la sequía provocada por el cambio climático.

Los principales desafíos para abordar la crisis hídrica y reducir las emisiones de C02 están en el orden, planificación y gestión adecuada de recursos, desde políticas públicas hasta tecnologías y modelos de negocio que hagan frente a la crisis, asegurando el consumo humano y uso productivo del vital elemento. Pero este cambio no depende solamente del trabajo científico o de la decisión política, sino también de la concientización y compromiso de los consumidores.

La nueva Ley Marco de Cambio Climático que empezó a regir en nuestro país hace unas semanas, busca que Chile sea carbono neutral y resiliente a las variaciones climáticas a más tardar en 2050. Si bien es un gran paso, esta ley es insuficiente para mitigar la crisis ya que no promueve la protección y restauración de los ecosistemas. ¿Qué más necesitamos entonces? La respuesta es, recursos.

Estamos viendo cada vez más nuevas startups y desarrollo de tecnología en Chile orientados a combatir el calentamiento global, como también grandes empresas han incorporado iniciativas de sustentabilidad para dar solución a la crisis. Acciones positivas y concretas, que requieren de sustento y presupuesto. No es secreto que iniciativas de este tipo son dependientes de fondos. El cambio no viene por magia. La única forma de que todos podamos actuar es por medio de recursos, por lo que es fundamental que en tiempos de variaciones y acomodos políticos, el Gobierno comience a pensar en financiamiento concreto y estable en el tiempo, para potenciar la innovación e I+D verde. Todos somos responsables. Y llegó el momento de incorporar de manera activa estas conversaciones en las mesas de diálogos políticos.

*Gerente General de INNSPIRAL.

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