Los juguetes de madera que dan la batalla contra el plástico

En su taller en Villarrica, Javiera Elton elabora los diseños de juegos y juguetes de madera de pino.

Desde Villarrica, la diseñadora y profesora Javiera Elton ha emprendido una cruzada por devolver la tradición de los juguetes y juegos de madera a las casas chilenas. Desde Santiago, su hermana Manuela coordina las ventas por e-commerce a todo Chile. Hoy, sus productos -que buscan ser una alternativa al plástico- ya están presentes desde Antofagasta a Punta Arenas.


Jugaron con ellos nuestros abuelos, nuestros padres, nuestros tíos; muchos heredamos juguetes de madera que entretuvieron nuestros días a prueba de golpes, de modas y del paso del tiempo. Sin embargo, entre finales de los 80 y comienzos de los 90 el plástico terminó ganando la batalla en las casas chilenas: se impuso en las piezas de niñas y niños como una alternativa accesible, económica, llena de colores y formas, pero también altamente desechable.

Cómo revivir el imaginario -y los beneficios- del juguete de madera fue el desafío que se propusieron, desde el sur de Chile, las hermanas Javiera (33) y Manuela Elton (34). El objetivo: crear una línea de juguetes y juegos de madera de pino, cien por ciento biodegradables y elaborados solo con aditivos naturales. Así nació hace casi dos años Armadera, emprendimiento con base en Villarrica, en la región de La Araucanía, que despacha a todo Chile gracias a las ventas que realiza a través de su página web y su catálogo desplegado en Instagram.

“Los juguetes de madera tienen muchos beneficios para los niños. Aportan en su concentración, la motricidad y la conexión con el mediambiente. Además, favorecen el desarrollo físico e intelectual”, dice Javiera Elton, quien es profesora y diseñadora industrial de profesión.

Los diseños de Armadera están dibujados en programas computarizados, son cortados y fabricados con máquinas de última tecnología "y tienen las terminaciones más artesanales, que son las que les doy en mi taller", cuenta Javiera Elton.

En el catálogo de Armadera hay desde animales y aves hasta muros de escalada. Javiera Elton diseña sus modelos en un taller que acondicionó en su propia casa, y luego lleva los prototipos a producción a algún miembro de la red de artesanos que ha configurado en su región. “Como soy pésima con el tema de las ventas, decidí que Armadera fuera una empresa familiar, y que Manuela se hiciera cargo de las ventas y el manejo de las redes sociales”, reconoce la diseñadora, quien dejó en manos de su hermana, de profesión relacionadora pública y quien vive en Santiago, la coordinación de las ventas a todo Chile a través de los distintos canales de e-commerce.

Las ventas digitales han permitido que los juguetes de Armadera lleguen hasta diferentes rincones del país, desde sus inicios en junio del año pasado. “Hemos tenido compradores desde Antofagasta a Punta Arenas”, cuentan las hermanas.

Para ambas, la experiencia de tener un negocio netamente a través de venta digital ha sido muy cómoda. “El proceso de la venta es mucho más rápido y tiene menor costo para nuestro emprendimiento, en el sentido de no tener que invertir en un local, ni tampoco tener que estar llevando los productos hacia una tienda; solo hay que preocuparse por hacer los envíos”, precisa Javiera Elton.

Sus proyecciones son continuar ofreciendo de manera digital estos productos. “Creo que hemos podido retratar muy bien ese enlace entre el mundo digital con los juguetes de madera, que eran juguetes antiguos, no solamente con el tema del e-commerce, sino que también con la fabricación, introduciendo procesos más industriales”, explica la diseñadora. “Los diseños están dibujados en programas computarizados, son cortados y fabricados con máquinas de última tecnología y tienen las terminaciones más artesanales, que son las que les doy en mi taller”, continúa.

Una materialidad llena de ventajas

Antes de llegar al mundo de los juguetes, Javiera Elton trabajó varios años en distintos proyectos relacionados con el diseño de muebles. De ahí su encanto temprano con la materialidad, los colores, aromas y texturas relacionadas con la madera.

Hoy, Armadera no solo lucha por posicionarse sobre los juegos de plástico; también dentro de un mercado que está lleno de juguetes de madera importados y a precios difíciles de igualar. Sin embargo, cada vez más mamás, papás y cuidadores dan un valor distinto a los juguetes de factura artesanal.

Según Javiera Elton, los productos de Armadera han logrado posicionarse entre los clientes. “Reconocen que nuestros productos sean de madera de pino insigne totalmente de acá de la región, por lo tanto, la calidad es mejor que los importados, que seguramente tiene procesos más industriales”.

Las emprendedoras detallan las claves que hacen atractivos a sus productos: el característico y fresco aroma del pino y su contundencia: al ser más pesados que un juego de plástico u otro material permiten que niños y niñas vean desafiados su motricidad y equilibrio al manipularlos.

Los juguetes de Armadera están especialmente recomendados para niños y niñas sobre los tres años, aunque pueden usarlos a partir de los 12 meses.

“Es importante estimular la motricidad en los niños desde pequeños, por eso nuestros juguetes están especialmente recomendados desde los tres años en adelante”, cuenta Javiera Elton. “Los juguetes de madera, a diferencia de los de plástico, no solo permiten que el niño o niña se divierta; también les ayudan en su desarrollo e, incluso, pueden permitirles aprender. Mi desafío a futuro es producir más juegos que enseñen, por ejemplo, hojas de los árboles de la región, la flora y la fauna, etc”.

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