¿Por qué los músicos están vendiendo sus catálogos?

Los casos de artistas como Bob Dylan, Sting, Bruce Springsteen, entre varios otros, han revelado una nueva tendencia en el mercado de la música. Los expertos detallan varias razones; asegurar su futuro en el otoño de sus carreras, la valorización de la música más antigua por la pandemia, los buenos precios que paga el mercado, entre otros.


Las caras cambian, pero el fondo es el mismo. En el último tiempo, varios músicos han hecho noticia por vender su catálogo completo a compañías discográficas, en una jugada aparentemente contradictoria con los esfuerzos de varios de ellos por asegurar sus ingresos por concepto de autor, como el caso de Paul McCartney tras la venta del catálogo de The Beatles a Michael Jackson, o de Prince, quien luchó durante años por la propiedad de sus canciones.

Sin embargo, en el último tiempo, se han sumado nombres como Bob Dylan, Stevie Nicks, Shakira, Sting, y el más reciente, el francés Jean-Michel Jarre . En 2021 Dylan vendió vendió todo su catálogo de canciones -más de 600 títulos- a Universal Music Publishing Group, el ala editorial del sello multinacional de mismo nombre. También se han registrado otros acuerdos como el de Bruce Sprignsteen con Sony Music Entertainment, el que se estima (los números rara vez se revelan), alcanzó la friolera de 550 millones de dólares.

Uno de los compradores más notables es Hipgnosis Songs Fund, una compañía que cotiza en la Bolsa de Londres y que ha invertido millones en el negocio editorial. Una de las claves, explican los entendidos, es que la música es mucho más estable en el mercado. “Si Donald Trump hizo algo loco, el precio del oro y el petróleo se ven afectados mientras que las canciones no... [Las canciones] siempre se consumen”, explicó Merck Mercuriadis, fundador y CEO de Hipgnosis a Rolling Stone.

Una opinión similar es la del abogado John E. Seay, especialista en el negocio del entretenimiento. Según él, los catálogos son una buena inversión en este momento. “[Hay] una valoración especulativa de la música muy fuerte. Es un buen momento para sacar provecho de estos derechos de autor perennes, tiene un riesgo relativamente bajo porque esos catálogos generan ingresos, y son ingresos bastante estables, no se verán tan afectados por las fuerzas del mercado”, explicó a The Street.

Es decir, básicamente, el timming para vender es favorable para los músicos y por ello, muchos quieren aprovecharlo. “Es un buen momento para vender, especialmente el año pasado cuando los impuestos sobre las ganancias de capital iban a subir bajo la administración de Biden. Todo el mundo estaba tratando de vender antes del 31 de diciembre para que no se gravara [tan alto]. Bob [Dylan] se metió debajo del cable como muchos de estos otros artistas”, señaló Hannah Karp, directora editorial de Billboard en charla con CNN en enero de este año.

Más aún, los expertos detallan que el momento permite a los músicos negociar montos que de otra manera no obtendrían. “Si los artistas alguna vez iban a vender sus derechos musicales, ahora es un gran momento porque no obtendrán estos precios para siempre”, detalló Karp.

Un fondo de jubilación

Otros factores apuntan más allá de los vaivenes de las bolsas. Una mirada rápida a los nombres que han vendido sus catálogos, permite trazar un factor en común; varios son músicos que están llegando al tramo final de sus carreras, y en algunos casos ya superan o están por superar los 80 años de edad, lo que limita sus posibilidades de girar, más aún con la pandemia. También hay nombres más jóvenes, pero los veteranos cuentan con razones de peso.

“Muchos de los artistas que están vendiendo sus catálogos están llegando a un punto de sus vidas en el que están planificando sus bienes, una especie de planificación para el futuro y están en un punto de sus vidas en el que tiene sentido vender su música a mantener a sus familias”, señaló Hannah Karp, directora editorial de Billboard en charla con CNN.

Más aún, esos artistas más veteranos cuentan además con el creciente interés en su trabajo. En enero de este año, el afamado investigador musical Ted Gioia señalaba en un artículo publicado en The Atlantic que las canciones antiguas representaban el 70% del mercado musical en EE.UU.

“Yo miraría a The Beatles. No han estado en Spotify tanto tiempo y estoy seguro de que tienen cientos de millones de reproducciones”, explica John E. Seay, en el caso de una banda que además, ha tenido una nueva presencia en las plataformas gracias al exitoso documental Get Back, de Peter Jackson. Probablemente, allí esté la razón de que el director esté en planes de trabajar una nueva película sobre el grupo de Liverpool, disuelto hace más de medio siglo.

La inestabilidad en el circuito de giras que introdujo la pandemia, sumado al alza de los servicios de streaming también es un factor a considerar, más aún, en una era en que el entorno tecnológico ha revelado su importancia; basta recordar por ejemplo la irrupción de Napster y la crisis de las majors a fines de los noventas. “En una industria donde las ventas de discos han dejado de ser el gran soporte económico de discográficas y artistas, los derechos de edición y publicación llevan ya años siendo los mayores generadores de regalías en el negocio”, dijo El País cuando se anunció la venta de la música de Dylan.

A ello se le sumó la coyuntura. “La pandemia frenó conciertos y giras de diversos cantantes, los artistas tuvieron que reinventarse y algunas de las alternativas fueron los conciertos vía streaming o la venta de sus catálogos musicales, que también pueden monetizarse en estas plataformas, y en su mayoría consisten en los grandes éxitos, pues estos aún cuentan con derechos de autor vigentes que siguen generando ganancias a los artistas mediante las plataformas digitales”, explicó Mariza de la Mora, consultora de servicios jurídicos en ClarkeModet México, al portal Milenio.

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