Fulgor, agonía y muerte de Diana y la Reina: los desafíos del cierre de The Crown

The Crown
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La exitosa serie de Netflix está pronta a cerrar su último ciclo. Aquí, un grupo de críticos consultados por Culto analizan lo que vendrá para el final de la historia que retrató a la corona británica.


Fueron siete años que este 2023 llegarán a su fin. Luego de cinco temporadas y la incursión en varias décadas de la historia universal, The Crown, la exitosa serie de Netflix que retrató la intimidad de la corona británica, está lista para cerrar su último ciclo.

Pero varias cosas sucedieron en el camino. Una de ellas fue la muerte de la reina Isabel a los 96 años, justo en el medio de las grabaciones para la temporada final. Y junto con ello, la llegada definitiva del príncipe Carlos al trono.

Si antes las expectativas eran grandes, ahora, tras el cambio en el curso de la historia de la monarquía, la forma en que Peter Morgan abordará el cierre de la sexta temporada de la ficción de Netflix crecieron aún más.

“Las claves de la sexta y última temporada de The Crown me parece que están vinculadas con los desafíos que plantean la cuarta y la quinta, y especialmente la quinta temporada. Y eso tiene que ver, primero, con el protagonismo de Diana”, afirma Sol Márquez, crítica de series de la Radio Universo. Y sobre eso, apunta a la forma en que el fenómeno de Lady Di impactó en la vida real. “De alguna manera, a la serie le pasó lo mismo que le ocurrió a la corona, en términos de que lo único de lo que hablamos es de Diana. Más que de la corona”.

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Ana Josefa Silva, crítica de cine y presidenta del Círculo de Críticos de Arte de Chile, comparte ese punto. “La nueva temporada está absolutamente marcada por la presencia de Lady Di, que en si mismo era un personaje que se iba a terminar comiendo la serie. Cuando entra Lady Di, creo que todo se distorsiona en su dirección porque es un ícono demasiado potente”.

Y justamente, la forma en que se abordará la muerte de la princesa de Gales es una de las mayores expectativas en cuanto al cierre de la serie. “Ellos la tienen tan clara que dividieron en dos la temporada. Lo que se estrena hoy son cuatro episodios totalmente dedicados a Lady Di. No estoy haciendo spoiler si digo que incluye la muerte en el túnel del Pont del Alma en Paris. Está evidentemente centrado en ello y en lo que pasó, un hecho que ya hemos visto en algunas películas que se hicieron al respecto”, agrega Silva.

Para Paula Frederick, conductora y crítica de cine en Radio Duna, tampoco está en duda la relevancia que tendrá esa parte de la historia en este último ciclo. “Sin duda, lo que genera más expectativas es cómo se abordará la muerte de Diana. Ya vimos un atisbo de esta tensión entre la familia real y Diana de Gales en los últimos capítulos de la quinta entrega, donde las intensas interpretaciones de Imelda Staunton y Elizabeth Debicki logran enfocar la atención en la energía femenina. No solo en la fricción entre ambas mujeres y lo que representan, sino también en sus matices y luchas internas”.

“En la sexta temporada, veremos cómo se intensifica esta energía femenina, un in crescendo que se arrastra desde las entregas anteriores, como una olla en ebullición. Probablemente, se centrará de manera más enfática en la soledad de la princesa de Gales, sus episodios más melancólicos, sus atribulados últimos meses de vida. Además, en el proceso que la llevó a transformarse en la princesa del pueblo, una suerte de figura inmaculada que, en su carácter de cuasi divinidad, anticipaba su muerte prematura”, complementa Frederick al respecto.

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Sin embargo, esas no son las únicas partes de la narrativa que mantienen expectantes a los críticos. Por ejemplo, Márquez también menciona al personaje del primer ministro como una de las deudas pendientes de la serie. “El otro desafío tiene que ver con el rol del primer ministro, que en la quinta temporada casi no existió. O sea, el personaje de John Mayer, interpretado por Jonny Lee Miller, se transformó como en el cuidador del divorcio de Diana y Carlos. Y las temporadas anteriores nos habían enseñado, partiendo con Churchill, este juego de poder que es muy propio de la organización política que tiene Inglaterra”.

Y por supuesto que la incorporación de la reciente muerte de Isabel II igualmente es una arista importante en lo que será el fin de The Crown. “Hay expectativa en saber cómo Peter Morgan va a cerrar esta historia, cómo se modificó, además, pensando que la sexta temporada se estaba filmando cuando fallece la reina. En ese sentido, va a ser interesante ver cuáles son los cambios que se podrían haber hecho, considerando que Carlos es un personaje que, aunque tuvo un arco de redención en algún momento, con la aparición de Diana volvemos a recordar que es un personaje que mundialmente no es muy apreciado. Hay que ver cómo se va a manejar esa historia”, agrega Márquez.

Los mejores personajes: más allá de Diana de Gales

El concenso apunta a que el protagonismo de Diana será indudable, pero el peso del personaje histórico no es suficiente para lograr un personaje memorable. “Admiro mucho a Elizabeth Debicki, la actriz que la está representando desde la temporada pasada. Me encanta. La vi en The Night Manager y me dejó muy impactada. También en Tenet. Y acá está haciendo un rol muy interesante, un trabajo que no es solamente la imitación gestual”, dice Silva. “Tiene los gestos, pero hay actuación”.

Frederick lo comparte. “La actriz ya demostró su capacidad de ponerse en el traje de Diana y llevarlo como guante, con una naturalidad que sorprende, sin caer en la sobreactuación, la caricatura o el exceso de dramatismo. Y probablemente la calidad de su interpretación, que a este punto parece ser parte de ella misma, no decaiga, sino que se consolide”.

Aún así, Silva confiesa que una de sus actuaciones preferidas es la interpretación de Olivia Colman como la reina Isabel. “Es cierto que alcanzó una tremenda popularidad luego de ganar el Oscar con la película de Yórgos Lánthimos, que creo que ella ni si quiera se lo esperaba... Pero la he visto en películas muy diferentes y es esa tremenda actriz británica que es capaz de construir un papel a partir de su versatilidad. Insisto, más allá de las gestualidades. A mí me resultan inolvidables ciertos momentos en que con muy pequeños gestos ella transmite cierta atmósfera y cierto momento de incomodidad, sorpresa, o lo que sea”, comenta.

Por otro lado, la crítica de Radio Duna se decanta por el mismo personaje, pero interpretado por Imelda Staunton. “La actriz británica tomó el relevo de Olivia Colman en la quinta temporada, para interpretar el rol más complejo y gravitante de toda la serie. No la tenía fácil, pues sus antecesoras (Claire Foy y la propia Colman) dejaron la vara real bastante alta. Su actuación deja ver una suerte de dulzura que no habíamos percibido en el rol de la soberana, una fragilidad latente que ella se empeña en ocultar, tras su estampa de mujer fuerte, flemática e impenetrable. Pero la mirada y los gestos sutiles de Imelda, no engañan: hay en ella una sensibilidad incomprendida, que la actriz logra proyectar de manera conmovedora”.

En el caso de Márquez, su elección apuesta por la princesa Margarita. “En el contexto de la serie, que habla sobre poder y sobre todo de las obligaciones, los deberes que tienen quienes son parte de la realeza, su historia, y con las interpretaciones espectaculares que ha tenido, logra dar súper cuenta del lado más amargo. Más allá de todos los privilegios y de la plata que tienen, uno va comprendiendo desde el primer capítulo que hay una serie de obligaciones y que van a haber muchísimas renuncias que se tienen que hacer”, cuenta la crítica de Radio Universo.

“Uno podría llegar a entenderlas en términos de estos privilegios, pero finalmente lo que todos y todas quieren es el poder. Es tener la corona. Y la princesa Margarita está súper equipada para ello. Es algo que se discute mucho en las primeras temporadas. Es algo que a ella le hubiera gustado hacer, estar ahí. Vamos conociendo que a Isabel no necesariamente le interesaba estar en la palestra, como así tampoco a su padre. Pero Margarita no accede a ese poder de la corona. Tiene que hacer muchas renuncias y su vida es decidida finalmente por otras personas. Creo que esa frustración, insisto, más allá de todos los privilegios que tienen, debe ser tremenda. Porque tienes que hacer todas las renuncias, cumplir con una serie de protocolos porque eres parte de algo más grande, pero no eres la cabeza de eso. No eres la persona más relevante, no llevas la corona. Es un muy buen personaje para ilustrar la parte más difícil de ser parte de la monarquía”.

Más allá de una interpretación u otra, esa cercanía que logran los personajes es una de las mayores virtudes que ha tenido la serie. Así lo cree Rodrigo González, crítico de cine en Culto. ”Me parece que uno de los grandes méritos de The Crown es su capacidad para acercar personajes generalmente lejanos a las grandes audiencias. Eso tiene que ver con un casting casi perfecto y con la fortaleza de un guión bien construido, donde muchos caracteres laterales siguen siendo memorables”.

Y en eso, la hermana de la reina vuelve a ser un excelente ejemplo: “Recuerdo que en sus primeras temporadas, por ejemplo, el personaje de la princesa Margarita sobresalía por su originalidad, dándole relevancia a una figura histórica que para muchos era poco conocida. En eso ayudó, claro, la interpretación de Vanessa Kirby, actriz que hoy está en la cresta de la ola”.

Para González, parte de este mérito radica en el cerebro detrás de la serie. “Peter Morgan, el creador de la serie, es un especialista absoluto en traernos el poder político a nuestros hogares y ponernos frente a frente, sin velo alguno, con total humanismo, a estos seres que tantas veces están mediatizados por los reportajes, la televisión y, antes que nada, los escándalos. Lo ha hecho en películas como The Queen o Frost/Nixon y lo explotó como nunca en The Queen”.

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