El sensible y personal origen de la película Vidas Pasadas

El sensible y personal origen de la película Vidas Pasadas. Fotos: A24

Nominada a Mejor película en los Oscar, la cinta presenta el reencuentro de una dramaturga con su amor de infancia en Corea del Sur. El primer largometraje de Celine Song se basa en las propias experiencias de la directora, en particular en un momento que el filme recrea meticulosamente.


Una chica y dos chicos estén sentados en la barra de un bar de Nueva York. Desde la esquina contraria, dos comensales se preguntan respecto a la relación que existe entre ellos. Si ella, una joven asiática que está sentada al medio, es pareja de alguno, ¿de quién? ¿Del estadounidense que parece desconectado de la conversación o del asiático con el que habla animadamente? ¿O en verdad los tres son compañeros de trabajo y es una salida entre colegas?

En medio de esas seguidilla de preguntas, la protagonista, Nora (Greta Lee), rompe la cuarta pared y con su mirada invita al espectador a conocer su historia y a revivir los distintos episodios que la llevaron a compartir esa noche con sus acompañantes, uno perteneciente a su infancia en Corea del Sur y otro asociado a su vida adulta en la Gran Manzana.

Nacida en 1988 en Corea del Sur, la directora y guionista Celine Song vivió una situación idéntica cuando un amor de infancia viajó a Nueva York y se reencontraron años después de haber perdido la comunicación. Tal como Nora con Hae Sung (Teo Yoo) y Arthur (John Magaro), la realizadora terminó bebiendo unos tragos en un bar del East Village junto a su amigo de juventud –cuya identidad ha preferido mantener en reserva– y quien es su esposo desde el año 2016, el dramaturgo y escritor Justin Kuritzkes.

Ese día de 2018 la conversación fluyó en inglés y en coreano mientras ella hacía su mejor esfuerzo para lograr traducirle a ambos. Dos segmentos de su vida se encontraban en un mismo instante, coincidiendo en tiempo y espacio.

“Lo sorprendente es que una parte era un misterio para la otra. En ese momento yo estaba encapsulando mi pasado, presente y futuro a la vez, y sentí como si toda mi vida colapsara”, detalló la cineasta recientemente al periódico Los Angeles Times.

Song recurrió a ese momento específico de su biografía para crear el guión de Vidas pasadas (ya disponible en cines chilenos). Un texto bilingüe, escrito en inglés y coreano, tal como su propia existencia, dividida entre Corea del Sur y luego entre Canadá, donde emigró con sus padres a los 12 años, y Nueva York, la ciudad en la que se consolidó profesionalmente antes de incluso soñar con que su primer largometraje conseguiría nominaciones a los Premios Oscar (Mejor película, Mejor guión original).

La primera sección del filme transcurre durante la niñez de Nora –entonces conocida como Na Young– y Hae Sung, dos compañeros de colegio que se gustan. Su relación se detiene abruptamente porque la familia de ella decide emigrar a Canadá, una experiencia que la directora también vivió con sus padres artistas. Tal como en la cinta, su papá es un reconocido cineasta surcoreano, Song Neung-han.

Más tarde la protagonista se muda desde Canadá a Nueva York para convertirse en dramaturga, una decisión profesional que Song también tomó. Una vez en Estados Unidos, al igual que el personaje, la directora conoció a su esposo en una residencia en Montauk, cuando ella tenía 24 años y él tenia 22. Entremedio de ambos hitos, volvió a vincularse con su viejo amigo a través de Skype, aunque la relación a distancia no prosperó.

“Como artista, lo principal en que creo es que no puedo permitir que las limitaciones de la imaginación de otras personas dicten la mía. Todo lo que puedo hacer es esperar que haya gente que pueda enfrentarse a la película de una manera tan viva como yo la hice”, indicó a la revista Time, asegurando que estaba más interesada en contar una historia con vuelo propio que en replicar milimétricamente sus experiencias.

En ese sentido, Nora es un personaje tan humano como complejo, y buena parte de ello se debe a la excelente actuación de Greta Lee, actriz de padres surcoreanos que anteriormente ha participado en series como The Morning Show y Muñeca rusa. Su despliegue en pantalla es determinante para que el largometraje mantenga la emotividad y los matices que posee en el texto.

Según ha revelado la propia cineasta, su antiguo amor de infancia sabe de la existencia de Vidas pasadas, y está “orgulloso y emocionado” por la cinta. Por su parte, su actual marido aguarda por el estreno de Challengers (Desafiantes), un filme dirigido por Luca Guadagnino en que Zendaya está al centro de un triángulo amoroso. Y Song prepara un nuevo largometraje que llevará por título The materialists. La vida sigue.

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