Presionado por el agravamiento de la crisis sanitaria causada por el Covid-19 en Brasil, el general Eduardo Pazuello debería dejar el Ministerio de Salud en los próximos días, según informó este domingo el diario Folha de Sao Paulo. Si se confirma el cambio, el país tendrá su cuarto ministro en poco más de 12 meses de pandemia.

La noticia del posible cambio en el ministerio la dieron primero el portal de G1 y el diario O Globo. Según el periódico carioca, Pazuello pidió irse porque se encuentra mal de salud y, por lo tanto, necesitará más tiempo para rehabilitarse. Folha confirmó que el general esgrimió problemas cardíacos y que no se recuperó al 100% de las secuelas del Covid-19, que contrajo en octubre.

Ante las versiones de la prensa local, el Ministerio de Salud manifestó que “el ministro Eduardo Pazuello permanece al frente de la cartera, con su gestión comprometida con acciones para combatir la pandemia en Brasil”. Sin embargo, el comunicado no mencionó plazos. “No estoy enfermo, el presidente no pidió mi puesto, pero lo entregaré en cuanto el presidente lo pida. Sigo como ministro de Salud en la lucha contra el coronavirus y salvando más vidas”, dijo Pazuello, en una declaración distribuida por asesores del ministro.

Presión del “centrão”

Pero, con sucesivos récords de defunciones por el Covid-19, el ministro se convirtió en un “tejado de vidrio” para Bolsonaro, apuntó Folha. De hecho, el llamado “centrão” -partidos de centroderecha que forman parte de un péndulo oficialista dependiendo de los momentos electorales o los intereses- redobló la presión sobre el Presidente por la salida del general, con la intención de nominar a alguien de sus filas para el cargo. El gobierno recibió el mensaje y, la noche del sábado, Bolsonaro y los ministros militares se reunieron con Pazuello para discutir la situación.

Según G1, la reunión tuvo lugar en el momento en que la escalada de la pandemia adquiere una velocidad sin precedentes en el país. El sábado, Brasil registró el 15º día seguido con récord de muertes promedio en siete días, 1.824, y el 52º consecutivo con el nivel de decesos por encima de los 1.000 diarios. El miércoles pasado el país batió la marca de defunciones en 24 horas para toda la pandemia: 2.349.

El director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, advirtió el viernes de la “amenaza extrema” en la que se encuentra Brasil al registrar más de 2.000 muertes diarias por coronavirus y con más del 96% de camas UCI ocupadas en las regiones del centro y sur del país. “La situación en Brasil ha empeorado, con una incidencia muy alta de casos y un aumento de los incidentes de muerte en todo el país”, dijo Ryan, añadiendo “la preocupación con respecto al aumento de la transmisibilidad y letalidad” debido a la variante brasileña del coronavirus.

Previamente, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también había alertado a las autoridades brasileñas para que actúen. “La situación es profundamente preocupante y las medidas que se deben tomar deben ser lo más serias posibles para lograr un progreso significativo”, remarcó.

A nivel político, los aliados de Bolsonaro han pedido en los últimos días al presidente y a los miembros del Palacio de Planalto que se haga un “reordenamiento” de los ministerios, comenzando por el cambio urgente de Pazuello, para que el gobierno se prepare políticamente para la oposición del expresidente Lula, quien regresó al tablero electoral el lunes pasado, luego de que el juez del Supremo Tribunal Federal, Edson Fachin, anulara las condenas que pesan sobre el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en el marco de la Operación Lava Jato. Al recuperar sus derechos políticos, Lula quedó habilitado para competir en los comicios presidenciales de 2022 en los que Bolsonaro busca la reelección.

Reuniones con candidatos

Según Folha, Bolsonaro se reunió este domingo con la cardióloga Ludhmila Hajjar, del Instituto del Corazón de la Universidad de Sao Paulo (Incor) y la cadena de hospitales Vila Nova Star. En el encuentro sostenido en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia en Brasilia, hablaron de la posibilidad de que ella ocupara el lugar de Pazuello en el Ministerio de Salud, pero la conversación no fue concluyente. El general también participó en el diálogo. Él es el paciente de Ludhmila y apoya su indicación para el cargo, aseguró el periódico.

La conversación duró más de tres horas y se trataron todos los asuntos relativos al Covid-19. La doctora está firmemente a favor de la vacunación masiva en el país. Defiende políticas de aislamiento social y participó en varios estudios sobre medicamentos contra la enfermedad.

“Brasil está haciendo todo mal y está pagando un precio por eso. Hoy tenemos un número muy pequeño de población vacunada. Todo esto tiene un resultado catastrófico que, lamentablemente, estamos viendo en nuestra vida diaria. Brasil ya debería estar hoy con cinco o seis vacunas disponibles“, dijo Ludhmila en una reciente entrevista con Jornal Opção, en Goiás. También condenó el uso de la cloroquina en el tratamiento del Covid-19, fármaco defendido por Bolsonaro, ya que “pone en riesgo la vida de las personas”.

Ludhmila se especializa en el tratamiento de Covid-19. De hecho, trató al propio Pazuello cuando se contagió de coronavirus. Es licenciada en medicina por la Universidad de Brasilia, además de doctora en Ciencias-Anestesiología y profesora asociada de cardiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo.

Otros nombres compiten por el puesto, como el del cardiólogo Marcelo Queiroga, quien también fue llamado a conversar a Alvorada. Egresado de la Universidad Federal de Paraíba, es presidente de la Sociedad Brasileña de Cardiología.

De confirmarse el cambio, el sucesor de Pazuello será el cuarto en ocupar el puesto en 12 meses de pandemia. Antes del general, los doctores Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich -durante 28 días- encabezaron la cartera. En los últimos días el propio Mandetta mostró su preocupación por la crisis sanitaria en Brasil. “No sé dónde terminará esto... El país corre el riesgo de convertirse en un gran Manaos”, advirtió en referencia a la capital amazónica, que hizo noticia en enero después de que los hospitales se quedaran sin oxígeno debido a un aumento de Covid-19.