Sobrehumano. Y, después, los calificativos que quiera.  El keniano Eliud Kipchoge entró el sábado en la historia del deporte al bajar la barrera de las dos horas en una carrera de exhibición en Viena. Un límite que muchos pensaron que demoraría más tiempo en superarse.

La tecnología jugó en favor del africano. Guiado por rayos láser verdes y 'tirado' por 41 atletas que actuaron como 'liebres', el campeón olímpico y recordman mundial bajó en 20 segundos el registro que muchos pensaron que era imposible de batir: terminó con 1.59':40.

Exultante, Kipchoge comparó la hazaña con el aterrizaje del hombre en la luna. "¡Hoy fuimos a la Luna y volvimos a la Tierra! No tengo palabras para todo el apoyo que he recibido de todo el mundo", declaró el maratonista, quien saludó a la multitud que lo vitoreó incansablemente.

Eso sí, Federación Internacional de Atletismo (IAAF), que igualmente destacó la proeza en su sitio web, advirtió que la marca no será reconocida, por la naturaleza de la prueba, que no tiene carácter competitivo.

De igual forma, la hazaña llama la atención en el mundo entero. Y el mismo protagonista la destaca a través de su cuenta en Twitter: "Historia".

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