U. CATÓLICA 2 - LIBERTAD 3

U. Católica: M. Dituro; S. Magnasco (57', D. Buonanotte), G. Lanaro, B. Kuscevic (46', V. Huerta), J. Cornejo; C. Fuentes; J.P. Fuenzalida, C. Pinares, L. Aued, E. Puch; S. Sáez. DT: G. Quinteros.

Libertad: M. Silva; I. Piris, L. Cardozo, P. Da Silva, M. Espinoza; A. Cardozo, A. Mejía; A. Bareiro (52', A. Benítez), J. Recalde, R. Rivero; O. Cardozo. DT: J. Chamot.

Goles: 1-0, 7', Puch gana el balón entrando al área y define fuerte de derecha al primer palo; 1-1 , 43', Recalde aprovecha el rebote tras el cabezazo de Bareiro al travesaño; 1-2 , 45'+1, Cardozo cabecea al segundo palo y deja parado a Dituro; 1-3, 84', A. Cardozo define solo frente a Dituro; 2-3, 90+4,  Sáez saca un derechazo cruzado.

Árbitro: Gery Vargas (BOL). Amonestó a Lanaro, Riascos, Cornejo y Fuenzalida (UC); Mejía, Recalde y A. Cardozo (L).

Estadio San Carlos de Apoquindo. Asistieron 12.232 personas, aprox.

No es fácil la Copa Libertadores. Nunca lo ha sido. Que lo diga Universidad Católica, que después de hacer un partido de alta intensidad, de mucha búsqueda y elaboración, terminó sufriendo en San Carlos una dura caída ante Libertad de Paraguay, por 2-3.

La Copa Libertadores es un torneo para mañosos. No siempre predomina el mejor juego, sino el equipo que sabe golpear en el momento justo, el que sabe manejar mejor el tiempo, el que ensucia el partido quedándose más de la cuenta en el suelo o armando rondas al rededor del árbitro después de cada cobro. Y el rival paraguayo de la UC, con figuras que ya son parte de la tercera edad del fútbol sudamericano, tiene maña de sobra, desde el aguatero hasta el entrenador.

Cómo golpeó a los cruzados esta realidad, en el primer tiempo. Porque después de ponerse tempranamente en ventaja, con el gol de Puch (7'), porque después de tener controlado el partido y hacer ver muy mal a los guaraníes, en cosa de minutos se vio debajo en el marcador, por las conquistas de Jorge Recalde y Tacuara Cardozo justo antes de irse al descanso.

En la Copa Libertadores no se puede regalar un centímetro. Y Católica, su técnico Gustavo Quinteros en este caso, regaló mucho por insistir con Benjamín Kuscevic, quien llegó muy tocado al partido, probó hasta el final y acabó siendo titular. El mejor defensa de los universitarios esta temporada se vio muy disminuido y a medida que se repetían sus errores, Libertad se empezó a dar cuenta de que podía ir al frente y hacer daño con balonazos al área. Así llegaron los dos tantos de la visita, de hecho.

Era obvio el cambio. Salió Kuscevic y entró Válber Huerta (quien empezó a calentar antes de la media hora). También era obvio que la UC saldría con todo a buscar el empate, lo que se confirmó con la otra modificación cruzada: el ingreso de Diego Buonanotte por Stefano Magnasco y el respectivo cambio de esquema: de un 4-1-4-1 a un 4-2-3-1, con el Enano muy cerca de un peleador Sacha Sáez.

El problema es que el volante argentino ingresó muy desenchufado.

Al parecer falto de confianza, debido a su nueva condición de reserva. En las tres primeras jugadas falló, incluyendo una oportunidad inmejorable frente al arco. Extrañamente el argentino controló mal.

Sin hacer mucho, preocupado más de enredar el compromiso, Libertad incluso tuvo ocasiones claras para estirar la diferencia. Se notaba el nerviosismo en las filas de la franja. Aued envió un saque de costado al portero que casi costó el tercero de los paraguayos. Malos augurio para el cierre del partido, porque Libertad no perdonó otro yerro y cerró el marcador a los 84', con la anotación de Ángel Cardozo.

En la Copa Libertadores no se puede pestañear. Y la UC se descuidó frente a un equipo duro, muy copero. La esperanza cruzada era asegurar la clasificación a octavos de final con un triunfo. Al menos abrochar un eventual paso a la Copa Sudamericana. Ni lo uno ni lo otro. El conjunto estudiantil debe seguir bregando, le quedan dos partidos para cumplir la meta. Dos salidas complicadas, eso sí, a la casa de Rosario Central (que quiere revancha) y a la de Gremio, que hoy es tercero del Grupopo H. En la Libertadores nada es fácil.