“Nos sentimos absolutamente aislados, nada se puede programar. Los de Chile Chico no nos sentimos conectados con el país”.
Las palabras de Verónica Raty, presidenta de la Asociación Gremial de Turismo y Cultura de Chile Chico, resumen el sentir de los casi cinco mil habitantes de la comuna ubicada en Aysén. ¿La causa? Los problemas de conectividad con que conviven los chilechiquenses, producto de las constantes fallas de su principal medio de transporte lacustre, pero también de aquellas máquinas de reemplazo. Hoy, las posibilidades para salir de Chile Chico son más acotadas y menos frecuentes.
Los problemas se remontan a julio de 2021 -o al menos ahí comenzaron a ser graves-. Fue la primera pana de la Tehuelche, la barcaza para 250 pasajeros y casi 33 vehículos que desde 2012 opera en el lago General Carrera. Era, hasta entonces, el principal medio lacustre, con una inversión que superó los siete mil millones de pesos y que, además de esa detención, menos de dos meses después volvió a presentar fallas.
“Llevábamos nueve años con la Tehuelche, donde máximo paró 15 días al año. Entonces, que no navegara fue un desastre, los turistas no podían llegar y si te salía una hora médica, tampoco”, recuerda Raty. Y añade: “Ahí pusieron la Pilchero, una nave de 50 años para ocho autos y 50 pasajeros. La diferencia era mucha”. Luego de varias peticiones, asegura, “nos pusieron un avión subvencionado para siete pasajeros”. Esa avioneta, de Aerocord, cobra $ 7.000 el pasaje.
El alcalde Luperciano Muñoz (ind.) refrenda el sentir y se extiende: “Todo es una complicación, tenemos limitaciones en todo momento. Cómo te desplazas a Puerto Ibáñez si la avioneta es para siete pasajeros diarios; si no tienes vehículo hay que ver quién te lleva, la barcaza es acotada. Tienes alternativas por la Carretera Austral y por Argentina, pero eso es para quien tiene recursos, pero ¿y la persona común? Es una angustia enorme”.
Mientras, la Tehuelche, dicen conocedores del tema, debería estar nuevamente operativa en diciembre. “Lo mínimo es que quede en condiciones, pero a esta altura ya no se le cree a nadie y las esperanzas se van agotando”, se sincera el alcalde. Su desconfianza apunta a Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), entidad a cargo de esos trabajos.
El problema se agravó, como si fuera poco, el 3 de julio de este año, cuando a la Pilchero, el reemplazo de la Tehuelche, se le incendió la cocina y la sala de pasajeros. No pasó nada grave, pero hoy también está en reparaciones, según se estima, hasta noviembre. Fue la segunda nave en caer.
Así comenzó a operar, fruto del acuerdo del Ministerio de Transportes con Somarco, la Chelenco, única nave en la actualidad que hace un viaje a la semana desde Chile Chico a Puerto Ibáñez de carga peligrosa y otros cuatro para pasajeros y carga normal, en un trayecto de dos horas y 15 minutos.
Como solución momentánea, los chilechiquenses piden que la Chelenco haga dos viajes adicionales, pues, dicen, la frecuencia actual no es suficiente. Y tampoco su capacidad: 12 vehículos y 28 pasajeros, que se ha ampliado con un bus dentro de la nave.
Y es que hasta que la Tehuelche no esté operativa o no se abran otras opciones -sin contar la avioneta-, la alternativa más rápida es por tierra, ya sea por territorio chileno o argentino. Esto, sin embargo, implica mucho tiempo. “El bus por Argentina demora siete horas, más aduana. Y algunas personas no tienen papeles al día”, revela Verónica Raty, quien agrega que “salir es muy complejo si no está programado”.
El futuro
Con esa realidad y pidiendo soluciones para ahora, el edil apunta también a algo definitivo: “Necesitamos un transporte rápido, con más capacidad para pasajeros”, asegura, y añade que ya han adelantado averiguaciones con un astillero argentino que, asevera, cumple con la norma chilena. “Yo no le voy a cuidar la plata al gobierno, pero duele ver que gastamos en subsidios porque somos una carga para el Estado”.
El plan global de conectividad que han elaborado en el municipio propone tener dos barcos, uno tipo ferry, para 60 vehículos y 300 pasajeros, más un catamarán para 200 personas. “Eso es una solución digna, a largo plazo y que generaría inversión”, expone Muñoz.
La autoridad comunal, eso sí, dice que del otro lado, el del gobierno, no ha tenido respuesta. “No hay ninguna solución, no se comunican, mando oficios y no me responden, todo es parte de un tremendo maltrato que hemos sufrido no solo de este gobierno, sino también del de Piñera”. Y se extiende: “Es una tremenda irresponsabilidad que el MOP y la Seremi de Transportes no tengan mayor coordinación. El gobierno no tiene claridad y las autoridades regionales, menos”.
Ahora, asegura el alcalde, desde el gobierno les acercaron una idea de nave alternativa que implicaría construirla en cuatro años. “Pero con qué credibilidad, si Piñera también ofreció eso y en cuatro años Boric no va a estar”. Y cierra: “Nadie se ocupa y eso ya tiene a la comunidad, además de aislada, aburrida”.
La respuesta de la autoridad
La Seremi de Transportes de Aysén se limitó a contestar algunas inquietudes del tema por escrito. “Como gobierno estamos muy conscientes y desde que asumimos dispusimos un plan de trabajo y coordinación con distintas instituciones, como, por ejemplo, la Dirección de Obras Portuarias del MOP, para así mejorar el control de las mantenciones de las naves”, dice sobre responsabilidades la seremi Claudia Cantero, quien además detalla las acciones de mitigación (servicio aéreo, transporte terrestre por Chile y Argentina y el bus instalado sobre la Chelenco) que, asegura, cuestan en torno a $ 135 millones.
“Para abordar el problema de fondo hemos trabajo en conjunto con el MOP un cronograma de acciones y soluciones de corto, mediano y largo plazo, entre las que se incluye el diseño de una nueva nave”, añade la autoridad. Sin embargo, argumenta, “si queremos que sean soluciones reales y plausibles se requiere de análisis que den sustento a las medidas y es justamente en esa etapa en la que estamos”. Además, asegura que se ha generado mayor fiscalización a las empresas.