Centenares de mujeres salieron a las calles de Rio de Janeiro, Sao Paulo y otras ciudades de Brasil, la noche del viernes para exigir la despenalización del aborto en ese país.

Inspiradas en la ley promulgada este año en Irlanda y el avance del proyecto que permite la interrupción voluntaria del embarazo hace unas semanas en la Cámara de Diputados de Argentina, las manifestantes brasileñas comenzaron a ejercer presión sobre la demanda a través de una marcha denominada "nuestra hora de legalizar el aborto".

Consignas como "las ricas abortan, pero las pobres mueren" y "no debe obligarse a una mujer a ser madre", resumían algunos de los argumentos de las activistas que entre gritos, pancartas y los tradicionales pañuelos verdes inundaron las principales avenidas de Brasil.

Actualmente la legislación brasileña permite la interrupción del embarazo en tres causales: peligro de vida de la madre, violación e inviabilidad del feto. En cuanto a las sanciones, el artículo 124 del Código Penal, determina de uno a tres años de cárcel para la mujer que aborte en cualquier otro escenario.

De igual forma, pese a las restricciones, cifras divulgadas por medios de comunicación de ese país, señalan que entre 400.000 y 800.000 mujeres abortan clandestina o ilegalmente cada año.