“¿La felicidad es una cuestión de razón?”: esta era una de las preguntas que miles de alumnos de Francia tuvieron que enfrentar este miércoles en la prueba de Filosofía para obtener el Bachillerato, conocido como Bac.

La prueba, nacional, dio lugar a un experimento en París. El filósofo Raphaël Enthoven aceptó el desafío de una escuela de negocios y tecnología y se midió con ChatGPT4. El tema a desarrollar era “¿La felicidad es una cuestión de razón?”.

Las pruebas, cuyos autores no estaban identificados, fueron corregidas por Éliette Abécassis, profesora asociada de filosofía y escritora, y un profesor de secundaria conocido como “Serial Thinker” en TikTok. Resultado: ChatGPT obtuvo una puntuación de 11/20, y Raphaël Enthoven de 20/20.

Aunque evaluaron los dos trabajos a ciegas, “se puede adivinar quién escribió qué, incluso desde las primeras palabras”, dijo Abécassis.

“En el trabajo de ChatGPT, ni siquiera aparece una problemática (...) A menudo son frases muy largas, bastante huecas, sin contenido, en las que no se entienden los argumentos (...) Hay citas para intentar brillar”, según Lev Fraenckel, alias “Serial Thinker”. “La filosofía no es eso en absoluto, no se trata de encadenar frases bonitas”, añade. Además, “la referencia a los autores es muy débil, porque hay errores”.

La escuela organizadora, la Paris School of Technology & Business, se esperaba a una pregunta muy larga para que el programa siguiera el formato clásico de ensayo. También se le había sugerido a qué autores hacer referencia.

ChatGPT utilizó referencias vagas y breves a Aristóteles, Kant, Freud, Nietzsche y Camus. Tuvo algunas audacias estilísticas, pero, entrenado para no opinar, no se comprometió en absoluto con el problema. Su conclusión es la siguiente: “No hay una respuesta universal, sino una miríada de caminos hacia la felicidad (...) La felicidad bien podría ser una cuestión de razón... y mucho más”.

Raphaël Enthoven considera que los filósofos se encuentran entre los profesionales menos susceptibles de ser sustituidos por la inteligencia artificial.

“La enseñanza de la filosofía no está amenazada (...) Apuesto a que podríamos haberle dado (a ChatGPT) todo un libro de recomendaciones, sin convertirlo en filósofo”, dijo.

La disertación del humano, escrita en hora y media, aboga por “la urgencia y el interés de pensar la razón misma y su actividad como una forma de felicidad”.