La Casa Blanca volvió a sufrir un remezón, luego que el Presidente Donald Trump despidiera vía Twitter al secretario de Estado, Rex Tillerson, tras meses de una tensa relación. La decisión se produjo menos de una semana después de que el mandatario aceptara reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un.

Trump dijo que reemplazará a Tillerson con el halcón de la CIA, Mike Pompeo, un ex congresista conservador del Tea Party, que ha impresionado al Presidente especialmente en las reuniones diarias sobre seguridad, por lo que según la prensa estadounidense, tendría mayor sintonía con los lineamientos de Trump.

El mandatario seleccionó a la subdirectora de la CIA, Gina Haspel, para que reemplazara a Pompeo. Así, esta ex agente encubierta se convertirá en la primera mujer al mando de la agencia de espionaje. Tanto ella como Pompeo tienen que ser confirmados por el Senado en momentos de gran división y paralización en la Cámara Alta por las confirmaciones para decenas de nominados de Trump, señaló The Washington Post.

Según The New York Times, Tillerson supo que había sido despedido en la mañana cuando un alto asesor le mostró el tuit de Trump en el que anunciaba el cambio. El ahora ex jefe de la diplomacia estadounidense había tenido indicios de lo que venía cuando el viernes pasado el jefe de gabinete, John Kelly, lo llamó para que acortara su viaje por África y le advirtió que "podría tener un tuit".

Trump le dijo a los periodistas que finalmente había decidido despedir al secretario de Estado porque no estaban de acuerdo sobre la estrategia en áreas clave de la política exterior, como el acuerdo nuclear con Irán de 2015, el enfoque sobre Corea del Norte y en general el tono de la diplomacia estadounidense. "No estamos pensando lo mismo", dijo Trump.

Por su parte, Tillerson -que se retirará de su puesto a fin de mes- dijo que él recibió una llamada cerca del mediodía, más de tres horas después del tuit del Presidente. En su alocución, Tillerson agradeció a los diplomáticos de carrera por su "honestidad e integridad" y a los estadounidenses por "sus actos de amabilidad". Destacó también al secretario de Defensa, Jim Mattis, por su respaldo en la diplomacia, pero no le agradeció a Trump ni tampoco alabó sus políticas.

Para el cientista político de la Universidad George Washington, Michael Cornfield, está claro que "había un choque de perspectivas, porque Tillerson estaba al mando de una corporación gigante con claras cadenas de mando y programas de largo plazo. Trump tenía una empresa y programas diarios". "Ellos nunca estuvieron en sincronía y la diplomacia de Estados Unidos ha sufrido un revés en todo el mundo como resultado de esto", añadió en conversación con La Tercera.

Funcionarios de la administración dijeron a The New York Times, que Trump había decido reemplazar a Tillerson ahora para poder tener un nuevo equipo antes de la reunión en mayo con Kim Jong Un.

Este era uno de los puntos de mayores desacuerdos entre ambos. Porque el ex secretario de Estado pensaba que el diálogo era clave para resolver la crisis nuclear norcoreana, pero Trump amenazó una y otra vez con las opciones militares. Según The Washington Post, Tillerson se enojó cuando lo dejaron fuera de la decisión sobre el encuentro con el líder norcoreano.

Otras discrepancias estaban en el acuerdo climático de París. Tillerson quería seguir adhiriendo a ese pacto y Trump quería salirse. También, el ex director ejecutivo de Exxon Mobil, quería continuar con el acuerdo nuclear iraní y Trump quería lo opuesto. A juicio del Presidente, ese pacto era una vergüenza para Estados Unidos. El Post señaló que Tillerson fue constantemente socavado en su puesto, incluso por el yerno de Trump, Jared Kushner, que se hizo cargo de los portafolios de Medio Oriente y México.

Los analistas coinciden que con Pompeo habrá un cambio. "Pompeo está más inclinado a recomendar el uso de fuerza y oponerse al acuerdo nuclear con Irán. Si va a continuar en la misma dirección que seguía Trump y Tillerson es algo que no sabemos", concluyó Cornfield.